Monición de entrada
Muy buenos días (tardes, noches) queridos hermanos; les damos una cordial bienvenida a esta Santa Eucaristía en la Solemnidad de la Santísima Trinidad.
Hoy glorificamos a Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo; Dios trino y uno, que le da sentido a nuestra existencia. Precisamente cuando termina la Pascua, ese Dios trino, con un evidente protagonismo diferenciado, nos ha querido comunicar con mayor densidad su vida divina.
Con un corazón abierto a la acción de la Santísima Trinidad, comenzamos esta Misa, entonando juntos el canto de entrada…
Moniciones a las Lecturas
Opción 1: Monición para todas las lecturas
En la Solemnidad de la Santísima Trinidad, las lecturas nos presentan un retrato vivo del Dios Trino a partir de sus actuaciones, tal como se nos describen en la Biblia. Este año, ciclo C, sus rasgos característicos son la creación inicial del cosmos, la gracia que nos ha comunicado en Cristo y en el Espíritu, y la admirable comunión que existe entre las divinas Personas. Escuchemos atentamente.
Opción 2: Monición para cada una de las lecturas
Monición a la primera Lectura (Proverbios 8, 22-31)
En el libro de los Proverbios, el sabio reflexiona sobre la creación cósmica y afirma que la Sabiduría, personificada, ya existía antes que comenzara la creación de este mundo
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de los Proverbios 8, 22-31
Así dice la sabiduría de Dios:
«El Señor me estableció al principio de sus tareas,
al comienzo de sus obras antiquísimas.
En un tiempo remotísimo fui formada,
antes de comenzar la tierra.
Antes de los abismos fui engendrada,
antes de los manantiales de las aguas.
Todavía no estaban aplomados los montes,
antes de las montañas fui engendrada.
No había hecho aún la tierra y la hierba,
ni los primeros terrones del orbe.
Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo;
cuando trazaba la bóveda sobre la faz del abismo;
cuando sujetaba el cielo en la altura,
y fijaba las fuentes abismales.
Cuando ponía un límite al mar,
cuyas aguas no traspasan su mandato;
cuando asentaba los cimientos de la tierra,
yo estaba junto a él, como aprendiz,
yo era su encanto cotidiano,
todo el tiempo jugaba en su presencia:
jugaba con la bola de la tierra,
gozaba con los hijos de los hombres».
Palabra de Dios.
Monición al Salmo Responsorial (Salmo 8)
Con el Salmo 8, manifestamos, junto al salmista, nuestra admiración a Dios creador, que con sabiduría hizo todas las cosas. Hagámoslo diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 8, 4-5. 6-7a. 7b-9.
R. Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder? R.
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos. R.
Todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar. R.
Monición a la segunda Lectura (Romanos 5, 1-5)
Si la obra de la creación es admirable, más lo es la obra de la salvación. Pablo entona un canto de alabanza a Dios en sus tres divinas personas. Escuchemos este canto.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 1-5
Hermanos:
Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos; y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios.
Más aún, hasta nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce constancia, la constancia, virtud probada, la virtud, esperanza, y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado.
Palabra de Dios.
Monición al Evangelio (Juan 16, 12-15)
En la Última Cena, Jesús promete a sus discípulos que les enviará al Espíritu Santo. Lo hace con unas afirmaciones que destacan expresivamente la unión y el protagonismo de las tres divinas Personas. Cantando el aleluya, preparémonos para escuchar este mensaje.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 12-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando.
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará».
Palabra del Señor.
Oración de los Fieles
Nosotros, que hemos recibido un Espíritu, no de esclavos para caer en el miedo, sino de hijos, dirijámonos a Dios con confianza y amor, a Él que nos permite llamarlo «Abbá», Padre. Digamos con fe:
Santísima Trinidad, guíanos por la verdad
1. Por la Iglesia, para que sea sacramento de unidad y de comunión vivida entre sus miembros y con toda la humanidad, a imagen de la comunión trinitaria, oremos.
2. Por nuestra nación y los países del mundo entero, para que encontremos caminos de paz y justicia, venciendo toda tentación de violencia, oremos.
3. Por todas las familias, para que, superando dificultades y diferencias, puedan vivir en paz, unidad y amor, oremos.
4. Por nosotros, reunidos en esta asamblea, para que la gracia del bautismo, que nos ha sido dado en el nombre de la Trinidad, crezca y fructifique con una adhesión cada vez más convencida y activa oremos.
Presentación de las Ofrendas
Ahora, junto al pan y el vino, presentemos al Señor nuestros propósitos de unidad entre todos los cristianos, para cumplir el deseo de Cristo de que todos seamos uno. Cantamos.
Comunión
Acerquémonos hoy a comer el cuerpo de Cristo, Pan que da la vida y nos une en amor y fraternidad. Cantemos.
Final
Que el Dios Trino y Uno sea nuestra fortaleza en el camino de la vida. Vayamos a nuestras casas a vivir lo que aquí hemos aprendido.