Color: verde / Salterio: Domingo III Semana
Monición de entrada
En el séptimo domingo del tiempo ordinario, nos complace recibirles en la casa de Dios para celebrar juntos la Santa Misa dominical, en la que Dios nos seguirá instruyendo con su santa Palabra.
El «mandamiento» que Jesús da a sus discípulos sobre el amor a los enemigos es lo que más caracteriza la Palabra de Dios de este domingo, por eso manifestemos nuestro amor a los hermanos y juntos, como una sola familia, demos inicio a esta celebración cantando todos. De pie…
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Moniciones a las lecturas
Monición única para todas las lecturas
En la primera lectura, David reconoce que Saúl es imagen de Dios que le ungió. En eso insiste Pablo cuando recuerda que la profunda y auténtica vocación humana es llegar a ser perfecta imagen de Dios, llevar en nosotros la imagen del hombre celestial. Y Jesús nos enseña cómo ser imagen de Dios: siendo compasivos y misericordiosos, como nos lo reconocerá también el salmo. Atentos escuchemos este mensaje.
Moniciones para cada lectura
Monición a la primera lectura (1 Samuel 26, 2. 7-9. 12-13. 22-23)
En el primer libro de Samuel nos encontramos hoy con la heroicidad de David, capaz de amar a su enemigo hasta el punto de perdonarle la vida.
PRIMERA LECTURA
Lectura del primer libro de Samuel 26, 2. 7-9. 12-13. 22-23
En aquellos días, Saúl emprendió la bajada hacia el páramo de Zif, con tres mil soldados israelitas, para dar una batida en busca de David.
David y Abisay fueron de noche al campamento; Saúl estaba echado, durmiendo en medio del cercado de carros, la lanza hincada en tierra a la cabecera. Abner y la tropa estaban echados alrededor. Entonces Abisay dijo a David:
—«Dios te pone el enemigo en la mano. Voy a clavarlo en tierra de una lanzada; no hará falta repetir el golpe».
Pero David replicó:
—«¡No lo mates!, que no se puede atentar impunemente contra el ungido del Señor».
David tomó la lanza y el jarro de agua de la cabecera de Saúl, y se marcharon. Nadie los vio, ni se enteró, ni se despertó: estaban todos dormidos, porque el Señor les había enviado un sueño profundo.
David cruzó a la otra parte, se plantó en la cima del monte, lejos, dejando mucho espacio en medio, y gritó:
—«Aquí está la lanza del rey. Que venga uno de los mozos a recogerla. El Señor pagará a cada uno su justicia y su lealtad. Porque él te puso hoy en mis manos, pero yo no quise atentar contra el ungido del Señor».
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 102)
El salmo responsorial relaciona el hecho de la primera lectura con el amor misericordioso de Dios, haciéndonos cantar el salmo 102 diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 102, 1-2. 3-4. 8 y 10. 12-13
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
no nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R.
Como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos;
como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por sus fieles. R.
Monición a la segunda lectura (Corintios 15, 45-49)
Pablo, en la carta a los Corintios, continúa hoy su razonamiento sobre la resurrección de los muertos. Escuchemos.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 45-49
Hermanos:
El primer hombre, Adán, fue un ser animado. El último Adán, un espíritu que da vida.
No es primero lo espiritual, sino lo animal. Lo espiritual viene después.
El primer hombre, hecho de tierra, era terreno; el segundo hombre es del cielo.
Pues igual que el terreno son los hombres terrenos; igual que el celestial son los hombres celestiales.
Nosotros, que somos imagen del hombre terreno, seremos también imagen del hombre celestial.
Palabra de Dios.
Monición al Evangelio (Lucas 6, 27-38)
Después de las bienaventuranzas que leíamos el domingo pasado, Jesús nos propone hoy su sorprendente doctrina del amor a los enemigos.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 6, 27-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«A los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian.
Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿Qué merito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿Qué mérito tenéis? También los pecadores lo hacen.
Y si prestáis sólo cuando esperáis cobrar, ¿Qué merito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo.
¡No! Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; tendréis un gran premio y seréis hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desagradecidos.
Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante.
La medida que uséis, la usarán con vosotros».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Conscientes del amor del Padre, que nunca nos abandona, dirijámosle nuestras oraciones diciendo juntos:
Que seamos misericordiosos como Tú, Señor.
- Por la Iglesia, para que ante las persecuciones no se eje vencer por el desánimo, sino que siga confiándose al amor del Padre, que la sostiene siempre y le da la fuerza de ser portadora de esperanza, incluso en las situaciones más oscuras. Oremos.
- Por por los gobernantes de las naciones, especialmente por los de nuestro país, para que ejerzan su poder en favor del pueblo, esforzándose por garantizar la defensa de los derechos fundamentales de cada persona, promoviendo leyes que protejan sobre todo al más débil. Oremos.
- Por quienes son perseguidos a causa de la política, las diferencias raciales o de religión, para que el Señor les dé la fortaleza necesaria en los momentos de angustia, y puedan perseverar, como David, en circunstancias de sufrimiento. Oremos.
- Por nosotros, reunidos como hermanos, para que sigamos el ejemplo de Jesús y nos llenemos de misericordia hacia el prójimo, configurándonos así cada vez más con el Juez Justo y misericordioso. Oremos.
Presentación de las Ofrendas
Para recibir el alimento celestial del Cuerpo y Sangre del Señor, presentemos ahora el alimento material de pan y vino. Por eso, cantamos…
Comunión
El Señor nos llama a buscar el reino de Dios y su justicia. Lo haremos si somos hombres y mujeres celestiales, por eso, vayamos a comulgar
cantando…
Final
El mundo dividido, fraccionado por las guerras y la violencia que nos azota por todas partes, espera ahora nuestra luz. Vayamos a ser instrumentos de misericordia y paz para todos. Cantamos…
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