Monición de entrada
Queridos hermanos, en nuestra preparación para las celebraciones navideñas, hoy nos reunimos para la celebración de la Santa Misa y nos complace tenerles en este lugar.
La celebración de la Navidad está muy próxima. El nacimiento del Salvador es anunciado tanto por la primera lectura como por el Evangelio. En ambas lecturas, María es el personaje central.
Esta misa tiene un claro color mariano. Comencémosla con el canto de entrada. De pie, cantemos todos.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Isaías 7, 10-14)
Al rey Acaz le es dada una señal que asegura el cumplimiento de los planes de Dios sobre la dinastía davídica; una profecía que se refiere al Mesías futuro, el rey perfecto. Escuchemos con atención.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 7, 10-14
En aquellos días, el Señor habló a Acaz:
—«Pide una señal al Señor, tu Dios:
en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo».
Respondió Acaz:
—«No la pido, no quiero tentar al Señor».
Entonces dijo Dios:
—«Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal:
Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo,
y le pondrá por nombre Emmanuel,
que significa «Dios-con-nosotros».
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 23)
Porque somos el grupo que busca al Señor y viene hoy a su presencia, unamos nuestra alabanza a Dios diciendo con el salmista:
Salmo responsorial: Salmo 23, 1-2. 3-4ab. 5-6
R. Va a entrar el Señor,
él es el Rey de la gloria.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.
Evangelio (Lucas 1, 26-38)
El «Sí» de una joven virgen de Nazaret hace posible que la profecía de la primera lectura se cumpla. Preparémonos para escuchar este trascendental diálogo que hace posible nuestra salvación.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
—«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo:
—«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
—«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó:
—«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.
Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible».
María contestó:
—«Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y la dejó el ángel.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Opción 1
Presidente: El Señor nos invita a reconocer la gratuidad del anuncio y nos muestra que el consentimiento confiado hace posible para Dios lo que al hombre le parece irrealizable. Pongamos en Dios nuestra vida y digámosle con fe:
Escucha, Señor, nuestra oración.
- Por la Iglesia, para que, por la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, sepa dar el sí que acoge y engendra al Verbo, haciéndose manifestación de la elección de amor que Dios tiene por cada una de sus criaturas. Oremos.
- Por los jóvenes que han tomado un camino de discernimiento vocacional, para que, como María, se sientan llenos de la gracia de Dios y que, siguiendo el ejemplo de la Santísima Virgen, se dejen guiar por la luz del Espíritu Santo y puedan responder alegremente con prontitud la llamada del Señor. Oremos.
- Por los que en el mundo se niegan a aceptar la salvación que Cristo les ofrece, para que, por nuestra oración de hoy, a raíz del anuncio salvador del Evangelio, Dios les ayude con su luz a descubrir el las riquezas de su Reino. Oremos.
- Por los religiosos que viven momentos difíciles, para que sientan viva la presencia del Señor que los invita a alegrarse y a no dudar de la acción del Espíritu Santo que guarda su vida bajo su sombra. Oremos.
- Por todos nosotros, para que, habiendo escuchado hoy la Palabra de Dios, abramos nuestros corazones a Dios y sepamos decir siempre sí al llamado que todos los días nos hace. Oremos.
Presidente: Dios todopoderoso, que envías tus mensajeros a anunciar la venida de Cristo, salvación del hombre, escucha nuestra oración y haz que podamos alegrarnos y gozar de tu predilección por nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Opción 2
Presidente: Después de haber escuchado la Buena Noticia de la pronta llegada del Mesías, elevemos nuestras oraciones a Dios, confiando en que Él siempre cumple sus promesas, diciendo todos:
Ven, Señor Jesús.
- Por la Iglesia, para que siga preparando a cada uno de sus hijos para la llegada del Mesías. Oremos.
- Por los que gobiernan las naciones, para que en sus planes siempre consideren la voluntad de Dios para nuestros pueblos, luchando por la justicia y la igualdad. Oremos.
- Por los que se sienten solos y abatidos por las circunstancias de la vida, para que el anuncio de a salvación que hoy hemos escuchado, traiga para ellos también un mensaje de esperanza. Oremos.
- Por todos nosotros, para que, habiendo escuchado hoy la Palabra de Dios, abramos nuestros corazones al nacimiento del Mesías. Oremos.
Presidente: Escucha, Padre celestial, nuestras súplicas y haz que aprendamos, como la Santísima Virgen María, a hacer tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Presentación de las Ofrendas
Con la alegría del gran anuncio que hemos escuchado hoy, llevemos al altar las ofrendas de pan y vino. Cantemos todos.
Comunión
Jesús se encarnó en el vientre de María Santísima y hoy nos invita a dejarle entrar a nuestra vida. Acerquémonos a comulgar y recibir a Jesús en nuestro corazón.
Final
Queridos hermanos, al finalizar nuestra misa de hoy nos regresamos a nuestros hogares con la alegría de las ya muy próximas fiestas navideñas.
Aceptemos la invitación de Dios a decir que sí, como María, y acojamos a Dios en nuestra vida, para que celebremos la Navidad «según su Palabra», superando las visiones superficiales de nuestra sociedad para estos días.
Les esperamos el día de mañana.
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Fuentes: Aldazábal, J. Enséñanos tus Caminos 1. Adviento y Navidad día tras día, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo de Adviento y Navidad, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia., Barcelona.