Monición de entrada
Queridos hermanos, tengan todos muy buenos días (tardes, noches). En el lunes de la tercera semana de Pascua, nos agrada recibirles en la casa de Dios para la celebración de la santa misa.
Cristo nos congrega en torno al altar para alimentarnos con su Palabra y el Pan Eucarístico. Dispongamos todo nuestro ser para acogerle en nuestra vida y comencemos esta celebración con el canto de entrada. De pie y cantemos todos.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Hechos de los apóstoles 6, 8-15)
No sólo los apóstoles fueron protagonistas en la primera comunidad: en la lectura de hoy aparece uno de los diáconos recién ordenados, Esteban, dando testimonio de Cristo ante el pueblo y las autoridades, con la misma valentía y lucidez que Pedro y los demás apóstoles. Escuchemos.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 6, 8-15
En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Indujeron a unos que asegurasen:
—«Le hemos oído palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios».
Alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, agarraron a Esteban por sorpresa y lo condujeron al Sanedrín, presentando testigos falsos que decían:
—«Este individuo no para de hablar contra el templo y la Ley. Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá el templo y cambiará las tradiciones que recibimos de Moisés».
Todos los miembros del Sanedrín miraron a Esteban, y su rostro les pareció el de un ángel.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 118)
La valentía mostrada por Esteban solo puede venir de un piadoso que medita y se deleita en los preceptos de Dios. Pidamos al Señor esa gracia con el salmo 118, diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 118, 23-24. 26-27. 29-30
R. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.
Aunque los nobles se sienten a murmurar de mí,
tu siervo medita tus leyes;
tus preceptos son mi delicia,
tus decretos son mis consejeros. R.
Te expliqué mi camino, y me escuchaste:
enséñame tus leyes;
instrúyeme en el camino de tus decretos,
y meditaré tus maravillas. R.
Apártame del camino falso,
y dame la gracia de tu voluntad;
escogí el camino verdadero,
deseé tus mandamientos. R.
Monición al Evangelio (Juan 6, 22-29)
Cuando Jesús realiza un milagro lo hace con un propósito. En el Evangelio de hoy echa en cara a sus seguidores la superficialidad con la que le buscan, después de la multiplicación de los panes.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 22-29
Después que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el lago.
Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del lago notó que allí no había habido más que una lancha y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos.
Entretanto, unas lanchas de Tiberíades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan sobre el que el Señor pronunció la acción de gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
—«Maestro, ¿Cuándo has venido aquí?».
Jesús les contestó:
—«Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios».
Ellos le preguntaron:
—«Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?».
Respondió Jesús:
—«La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: A Dios Padre omnipotente en el amor, que nutre a todo ser vivo, elevemos nuestras oraciones diciendo todos:
Señor, escucha nuestra oración.
- Por la Iglesia, para que no se canse nunca de buscar a Jesús, sino que permanezca en un camino continuo de conversión y seguimiento, y encuentre siempre en Él el alimento que da la vida eterna. Oremos.
- Por el Papa Francisco, los obispos, los sacerdotes y los religiosos, para que, a través de la predicación, hagan resonar con fuerza la invitación a ir más allá de las apariencias y encontrar el verdadero significado de los acontecimientos, para comprender la obra de Dios en la historia de los hombres. Oremos.
- Por los que rigen los destinos de los pueblos, para que busquen siempre el bienestar común da la población que los eligió, antes de buscar satisfacer sus intereses personales. Oremos.
- Por todos aquellos que sufren por enfermedades físicas, espirituales y mentales, para que encuentren en la Eucaristía el consuelo y la fuerza necesaria para no caer en la desesperación. Oremos.
- Por los que este día nos hemos reunido en torno al altar de Dios para celebra esta santa misa, para que busquemos al Señor, no por los milagros que Él pueda hacer por nosotros, sino por amor a Aquél que nos ha salvado con su vida. Oremos.
Presidente: Te bendecimos, Señor, porque nos has dado a Jesús que cada día se hace por nosotros. Él vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Presentación de las Ofrendas
Llevemos gozosos al altar las ofrendas de vino y pan, con las que presentamos también nuestros anhelos de buscar al Señor desinteresadamente.
Comunión.
Cristo quiere saciar nuestra hambre y nuestra sed con su Cuerpo y su Sangre. Acudamos devotamente a recibirle.
Final
Queridos hermanos, la eucaristía diaria nos ayuda a seguir a Jesús como Él quiere que lo hagamos. Mañana les esperamos en este mismo lugar para seguir celebrando nuestra fe.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 3 La Pascua día tras día, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1999; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo de Cuaresma y Pascua, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia.