Monición de entrada
Queridos hermanos, tengan muy buenos días (tardes, noches). Sean todos bienvenidos a la celebración de la Santa Misa, en el viernes de la tercera semana de Cuaresma.
La Cuaresma es tiempo de conversión y la Palabra de hoy nos hace nuevamente un llamado a convertirnos, abandonar nuestros malos caminos y buscar a Dios.
Dispuestos a dar signos de un cambio de vida, comencemos esta celebración eucarística con el canto de entrada. De pie, por favor.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Oseas 14, 2-10)
El texto de la primera lectura es la conclusión del libro del profeta Oseas, que vivió en el siglo VIII a.C. entre las tribus del reino del norte, Israel, poco antes de la caída de
Samaría ante el empuje de los asirios (722 a.C). Su mensaje se centra en la conversión a Dios. Escuchemos este llamado que es también para nosotros ahora.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Oseas 14, 2-10
Así dice el Señor:
«Israel, conviértete al Señor Dios tuyo,
porque tropezaste por tu pecado.
Preparad vuestro discurso,
volved al Señor y decidle:
«Perdona del todo la iniquidad,
recibe benévolo el sacrificio de nuestros labios.
No nos salvará Asiria,
no montaremos a caballo,
no volveremos a llamar Dios
a la obra de nuestras manos.
En ti encuentra piedad el huérfano».
Yo curaré sus extravíos,
los amaré sin que lo merezcan,
mi cólera se apartará de ellos.
Seré para Israel como rocío,
florecerá como azucena,
arraigará como el Líbano.
Brotarán sus vástagos,
será su esplendor como un olivo,
su aroma como el Líbano.
Vuelven a descansar a su sombra;
harán brotar el trigo,
florecerán como la viña;
será su fama como la del vino del Líbano.
Efraín, ¿qué te importan los ídolos?
Yo le respondo y le miro:
yo soy como un ciprés frondoso:
de mí proceden tus frutos.
¿Quién es el sabio que lo comprenda,
el prudente que lo entienda?
Rectos son los caminos del Señor:
los justos andan por ellos,
los pecadores tropiezan en ellos».
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 80)
El salmo 80 también nos hace un llamado a enderezar nuestros caminos y escuchar la voz de Dios. Unámonos al salmista diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 80, 6c-8a. 8bc-9. 10-11ab. 14 y 17
R. Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.
Oigo un lenguaje desconocido:
«Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré. R.
Te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases, Israel! R.
No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto. R.
¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!:
te alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre». R.
Monición al Evangelio (Marcos 12, 28b-34)
Para convertirnos hay que practicar los mandamientos. Jesús, en el Evangelio de hoy, nos enseña en qué mandamientos se resume toda la ley.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 12, 28b-34
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
—«¿Qué mandamiento es el primero de todos?».
Respondió Jesús:
—«El primero es: «Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser». El segundo es éste: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». No hay mandamiento mayor que éstos».
El escriba replicó:
—«Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
—«No estás lejos del reino de Dios».
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Unidos y perseverantes en la oración, elevemos nuestra súplica a Dios, fuente del amor, diciendo todos:
Atráenos hacia ti, Señor.
- Por la Iglesia, para que en este período de Cuaresma esté cada vez más arraigada en Dios y que dé testimonio del amor del Padre, acogiendo como propios los sufrimientos de los hombres y tomándose a pecho sus necesidades materiales y espirituales. Oremos.
- Por el Papa, los obispos y los sacerdotes, para que en escucha profunda de la Palabra que salva, tengan siempre la serenidad para llevar a todo hombre a conocer y amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas. Oremos.
- Por los gobernantes de las naciones, para que se alejen de servir a los ídolos del poder, del éxito y del dinero y que sus pensamientos y sus proyectos estén inspirados en la justicia y la caridad, para que contribuyan en la generación de la paz y de la unión entre los pueblos. Oremos.
- Por aquellos que están decepcionados de sí mismos y de otros por los errores cometidos o los agravios sufridos, para que el amor del Señor convierta su corazón al perdón, para que encuentren la fuerza para amar siempre y en todo caso a los hermanos, reconociendo en toda ocasión su belleza y su dignidad. Oremos.
- Por todos nosotros, reunidos en torno al altar eucarístico, para que ordenemos nuestra vida y demos signos de conversión, preparándonos para vivir mejor la Pascua con Cristo. Oremos.
Presidente: Padre, que nos has enviado a tu Hijo para enseñarnos a amarte a ti y a los hermanos, escucha las oraciones que la Iglesia te dirige. Por Él que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
Presentación de las Ofrendas
Con el pan y el vino que llevamos al altar, presentemos al Señor nuestro arrepentimiento por fallarle cada día y nuestro propósito de conversión.
Comunión.
Cristo quiere morar en los corazones convertidos a Él. Vayamos con fe a recibirle.
Final
Queridos hermanos, finalizamos esta misa, ya a la mitad de la Cuaresma. Vayamos a profundizar en nuestra conversión a Dios y en nuestro amor al prójimo, avanzando por el camino de la fe hacia la Pascua.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 3 La Cuaresma día tras día, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 2003; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo de Cuaresma y Pascua, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia.
