Monición de Entrada
Queridos hermanos, tengan todos muy buenos días (tardes, noches). Les damos la más cordial bienvenida a la celebración de esta santa misa, en el jueves en que la celebración eucarística tiene una connotación especial. La ofrecemos hoy por los sacerdotes.
Nos acercamos a Dios a través de los sacramentos. Unámonos como una sola familia y comencemos la celebración de estos misterios con el canto de entrada. De pie, por favor.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Hebreos 12, 18-19. 21-24)
La carta a los Hebreos sigue comparando las instituciones del Antiguo Testamento, que sus lectores añoraban, con las del Nuevo Testamento, que en Cristo Jesús han encontrado su plenitud. El texto de hoy se refiere al acontecimiento de la primera alianza. Escuchemos.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos Hebreos 12, 18-19. 21-24
Hermanos:
Vosotros no os habéis acercado a un monte tangible, a un fuego encendido, a densos nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta; ni habéis oído aquella voz que el pueblo, al oírla, pidió que no les siguiera hablando.
Y tan terrible era el espectáculo, que Moisés exclamó: «Estoy temblando de miedo».
Vosotros os habéis acercado al monte Sión, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo, a millares de ángeles en fiesta, a la asamblea de los primogénitos inscritos en el cielo, a Dios, juez de todos, a las almas de los justos que han llegado a su destino y al Mediador de la nueva alianza, Jesús, y a la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 47)
Dios es digno de nuestra alabanza, por eso hoy nos unimos a la creación entera para alabarle con el salmo 47 diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 47, 2-3ab. 3cd-4. 9. 10-11
R. Oh Dios, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo.
Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra. R.
El monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar. R.
Lo que habíamos oído lo hemos visto
en la ciudad del Señor de los ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios:
que Dios la ha fundado para siempre. R.
Oh Dios, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo:
como tu renombre, oh Dios, tu alabanza
llega al confín de la tierra;
tu diestra está llena de justicia. R.
Monición al Evangelio (Marcos 6, 7-13)
El texto de San Marcos, que hoy escucharemos, describe la primera misión, pre-pascual, del grupo de los doce apóstoles, quienes deben seguir unas consignas muy concretas dictadas por Jesús.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 7-13
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió:
—«Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio.
Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa».
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Abandonémonos con confianza en la providencia de Dios, seguros de que nada le faltará a quien acoge su Palabra, y digamos con fe:
Señor, escucha nuestra oración.
- Por la Iglesia, para que salga de sí misma para hacerse misionera y socorrer a los hombres de nuestro tiempo en sus necesidades. Que les ayude a preguntase por la presencia de Dios, a través de la predicación de la Palabra, y sea para ellos presencia profética y guía materna hacia el encuentro con el Señor. Oremos.
- Por la salvación del mundo, para que a través de nuestro testimonio de Cristo y nuestra predicación, alcancen la salvación creyendo en el Dios vivo que les ama y les busca día a día. Oremos.
- Por todos los que trabajan en el área de la salud, para que se inclinen ante el sufrimiento con respeto y benevolencia, y hagan todo lo que esté a su alcance para aliviar el dolor de los enfermos que han sido confiados a sus cuidados. Oremos.
- Por todos nosotros, para que atendamos el llamado que Dios nos hace hoy en su Palabra y anunciemos la Buena Nueva de Salvación, comenzando por los más cercanos a nosotros y necesitados de Dios. Oremos.
Presidente: Oh Dios, que nos haces misioneros de tu Evangelio, escucha nuestras súplicas y haz que el anuncio de tu Palabra de salvación esté acompañado de nuestras buenas obras. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Presentación de las Ofrendas
Llevamos hoy al altar las ofrendas de pan y vino. También ofrecemos al Señor nuestro aporte económico.
Comunión
Cristo está presente en el pan y vino consagrados. En este jueves eucarístico, acerquémonos con devoción y fe a comulgar.
Final
Queridos hermanos, como los doce apóstoles, que fueron enviados a dar testimonio de Jesús, también nosotros somos invitados a evangelizar y dar testimonio en la vida. Vayamos a proclamar la Buena Nueva de salvación.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 4, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia.