Monición de entrada
Para el 21 de septiembre de 2023, ver Moniciones y Lecturas San Mateo, Apóstol
Queridos hermanos, nos llena de mucha alegría recibirles en la casa de Dios para la celebración de la santa misa, en un día tan especial para todos los católicos, jueves eucarístico. Sean todos bienvenidos.
Dios es compasivo y misericordioso con todos; siempre dispuesto a perdonarnos. Con un corazón arrepentido, venimos a sus pies. Con esa actitud comencemos la celebración de hoy, con el canto de entrada.
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Moniciones a las lecturas
Para el 21 de septiembre de 2023, ver Moniciones y Lecturas San Mateo, Apóstol
Monición a la primera lectura (1 Timoteo 4, 12-16)
Después de los dos motivos teológicos de ayer – la dignidad de la comunidad y la riqueza del misterio de Cristo-, hoy propone san Pablo unos criterios de actuación a Timoteo, que también son para nosotros ahora, sobre todo para los jóvenes que sirven en la Iglesia.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4, 12-16
Querido hermano:
Nadie te desprecie por ser joven; sé tú un modelo para los fieles, en el hablar y en la conducta, en el amor, la fe y la honradez.
Mientras llego, preocúpate de la lectura pública, de animar y enseñar.
No descuides el don que posees, que se te concedió por indicación de una profecía con la imposición de manos de los presbíteros.
Preocúpate de esas cosas y dedícate a ellas, para que todos vean cómo adelantas.
Cuídate tú y cuida la enseñanza; sé constante; si lo haces, te salvarás a ti y a los que te escuchan.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 110)
Las grandes obras de Dios exigen nuestra sencilla respuesta. Por eso, con el salmo 110 decimos todos:
Salmo responsorial: Salmo 110, 7-8. 9. 10
R. Grandes son las obras del Señor.
Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud. R.
Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible. R.
Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre. R.
Monición al Evangelio (Lucas 7, 36-50)
El relato evangélico de hoy, Jesús muestra una gran madurez personal, al hacerse cargo perfectamente de una situación que se da entre el fariseo Simón, que ha invitado a Jesús a comer, y una mujer pecadora.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 7, 36-50
En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él. Jesús, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo:
—«Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora».
Jesús tomó la palabra y le dijo:
—«Simón, tengo algo que decirte».
El respondió:
—«Dímelo, maestro».
Jesús le dijo:
—«Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?».
Simón contestó:
—«Supongo que aquel a quien le perdonó más».
Jesús le dijo:
—«Has juzgado rectamente».
Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón:
—«¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella, en cambio, me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor; pero al que poco se le perdona, poco ama».
Y a ella le dijo:
—«Tus pecados están perdonados».
Los demás convidados empezaron a decir entre sí:
—«¿Quién es esté, que hasta perdona pecados?».
Pero Jesús dijo a la mujer:
—«Tu fe te ha salvado, vete en paz».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Hoy todos nosotros aquí reunidos, conscientes de nuestras culpas, pidamos a Dios que nos perdone y nos ayude a caminar en la luz. Digamos todos:
Concédenos tu perdón, Señor.
- Por la Iglesia, para que sea siempre el lugar donde cada uno de nosotros pueda aprender a dar y a recibir amor. Que en las situaciones más difíciles no tenga vergüenza ni miedo de intervenir y de hacer sentir su voz para defender a los más débiles. Oremos.
- Por el Papa, los obispos y los sacerdotes, para que siempre sean conscientes de que han sido elegidos por el Señor. Que vivan su vocación como un don y siempre estén dispuestos a perdonar en el nombre de Jesús y a ponerse al servicio de todo hombre. Oremos.
- Por todos los que ocupan cargos públicos en el gobierno de las naciones, sobre todo los que administran justicia, para que actúen siempre con rectitud y nunca se dejen presionar por poderes que tergiversan la verdad y buscan favorecer al culpable y culpara al inocente. Oremos.
- Por todas las mujeres que son maltratadas y explotadas, para que no caigan en la desesperación, sino que encuentren el coraje de buscar ayuda y, a través de los hermanos que están a su lado, redescubran la dignidad de ser hijas de Dios y la certeza del amor del Padre hacia cada una de ellas. Oremos.
- Por nosotros aquí presentes, para que el Espíritu nos ayude a ver la verdad y a descubrirnos pecadores. Que nos dé el coraje de pedir perdón y de darlo a cada hermano que se ha equivocado, que aprendamos a mirarnos y a mirar a los otros con los ojos de Dios. Oremos.
Presidente: Oh Dios, que a la pecadora arrepentida le has concedido el perdón y la esperanza, escucha nuestras necesidades y ven en nuestro auxilio. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 5, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia