Monición de Entrada
Queridos hermanos, tengan muy buenos días (tardes, noches). Sean todos bienvenidos a la celebración de la santa misa en el miércoles de la quinta semana del tiempo ordinario.
La Palabra de Dios nos invita hoy a purificar nuestro interior. Dejemos que Dios nos limpie y dispongamos nuestro corazón a la acción de su Espíritu que nos impulsa a la conversión.
Con estos sentimientos, comenzamos la celebración de estos misterios con el canto de entrada. De pie y cantemos todos.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Génesis 2, 4b-9. 15-17)
Después de haber escuchado ayer la versión sacerdotal, hoy leeremos la más antigua, la llamada «yahvista», de cómo Dios creó al hombre y lo colocó en el jardín del Edén. Escuchemos atentos esta versión llena de poesía y encanto popular, sin pretensiones científicas.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Génesis 2, 4b-9. 15-17
Cuando el Señor Dios hizo tierra y cielo, no había aún matorrales en la tierra, ni brotaba hierba en el campo, porque el Señor Dios no había enviado lluvia sobre la tierra, ni había hombre que cultivase el campo.
Sólo un manantial salía del suelo y regaba la superficie del campo.
Entonces el Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz un aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo.
El Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia oriente, y colocó en él al hombre que había modelado.
El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos de ver y buenos de comer; además, el árbol de la vida, en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal.
El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín de Edén, para que lo guardara y lo cultivara.
El Señor Dios dio este mandato al hombre:
—«Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y el mal no comas; porque el día en que comas de él, tendrás que morir».
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 103)
Con el salmo 103, alabemos a Dios por la creación diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 103, 1-2a. 27-28. 29bc-30
R. Bendice, alma mía, al Señor.
Bendice, alma mía, al Señor,
¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto. R.
Todos ellos aguardan
a que les eches comida a su tiempo:
se la echas, y la atrapan;
abres tu mano, y se sacian de bienes. R.
Les retiras el aliento, y expiran,
y vuelven a ser polvo;
envías tu aliento, y los creas,
y repueblas la faz de la tierra. R.
Monición al Evangelio (Marcos 7, 14-23)
El pasaje evangélico de ayer nos hablaba sobre la discusión de Jesús con los fariseos sobre lavarse o no las manos. Ahora Jesús les da una lección sobre lo puro y lo impuro, sobre lo que se puede comer y lo que no.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 7, 14-23
En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo:
—«Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre.
El que tenga oídos para oír, que oiga».
Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola. Él les dijo:
—«¿Tan torpes sois también vosotros? ¿No comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón, sino en el vientre, y se echa en la letrina».
Con esto declaraba puros todos los alimentos. Y siguió:
—«Lo que sale de dentro, eso sí mancha al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro».
Palabra del Señor.
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Oración de los fieles
Presidente: Dirijamos nuestra oración al Señor para que purifique nuestros corazones y nos haga capaces de vivir según su amor. Hagámoslo diciendo todos:
Conviértenos, Señor.
- Por la Iglesia, para que la santidad que le ha sido donada por el Espíritu Santo que la habita, ayude a cada cristiano a crecer en el camino de continua conversión y purificación de su corazón. Oremos.
- Por el Papa, los obispos y los sacerdotes, pastores y guías del pueblo de Dios, para que estimulen siempre las conciencias de los cristianos, ayudándoles a cuestionarse en la verdad de sus acciones, sus pensamientos y sus deseos, priorizando la purificación del corazón. Oremos.
- Por la paz entre los pueblos, para que se pueda construir una convivencia más humana y solidaria, partiendo de la conciencia de que el mal no nace de lo que circunda, sino del corazón del hombre, de su voluntad y de su egoísmo. Oremos.
- Por todos los que sufren, especialmente por los que son víctimas de la maldad del hombre, para que el Señor los acompañe con su gracia y puedan encontrar consuelo y sustento en la caridad fraterna. Oremos.
- Por todos nosotros, reunidos en torno al altar, para que nos abandonemos en las manos de Dios y nos esforcemos cada día por erradicar de nuestro corazón la envidia, la calumnia, la soberbia y toda raíz del mal que habita en nosotros y nos hace realmente impuros. Oremos.
Presidente: Señor, escucha la oración de tu pueblo, tanto la que te hemos elevado en voz alta, como la que ha quedado en el interior de cada uno, y ayúdanos a mantener nuestros corazones limpios de toda mancha, para ser agradables a tu presencia. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Presentación de las Ofrendas
«Dios, qué grande eres», hemos expresado en el salmo de hoy. De las grandezas de la creación hemos obtenido los frutos del pan y vino, que hoy, alegremente, llevamos al altar.
Comunión
«Sopló en su nariz un aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo.» Dios sigue dándonos vida, y en el pan y el vino consagrados, nos otorga la vida eterna. Acerquémonos devotamente a comulgar.
Final
Queridos hermanos, Dios nos ha dicho en su Palabra que lo que sale de nuestro corazón es lo que nos hace impuros. Terminamos la misa y nos vamos con la misión de mantenernos alejados de todo aquello que mancha nuestro interior y erradicar de nosotros todo sentimiento que mancha nuestro corazón.
Les esperamos mañana para la celebración especial de la misa en el jueves eucarístico.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 4, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia.