Monición de entrada
Queridos hermanos, nos reunimos para la celebración eucarística con la que cerramos la semana vigésimo segunda del tiempo ordinario y recordamos a la Madre de Dios, María Santísima. Sean todos bienvenidos.
Que la intercesión de la bienaventurada Virgen María haga posible que saquemos máximo provecho de esta santa misa, que comenzamos con el canto de entrada. De pie y cantemos todos.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Colosenses 1, 21-23)
En la primera lectura, san Pablo aplica concretamente a los Colosenses toda la obra de reconciliación llevada a cabo por Cristo. Escuchemos.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 21-23
Hermanos:
Antes estabais también vosotros alejados de Dios y erais enemigos suyos por la mentalidad que engendraban vuestras malas acciones; ahora, en cambio, gracias a la muerte que Cristo sufrió en su cuerpo de carne, Dios os ha reconciliado para haceros santos, sin mancha y sin reproche en su presencia.
La condición es que permanezcáis cimentados y estables en la fe, e inamovibles en la esperanza del Evangelio que escuchasteis.
En el mismo que se proclama en la creación entera bajo el cielo, y yo, Pablo, fui nombrado su ministro.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 53)
El salmo 53 es una acción de gracias por la liberación. La salvación la da el Señor a quien, desde la humildad de su condición, la necesita y lapide. Nos la ofrece totalmente en Jesús-Salvador, que por su muerte nos ha reconciliado con Dios. Por eso unámonos al salmista diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 53, 3-4. 6 y 8
R. Dios es mi auxilio.
Oh Dios, sálvame por tu nombre,
sal por mí con tu poder.
Oh Dios, escucha mi súplica,
atiende a mis palabras. R.
Pero Dios es mi auxilio,
el Señor sostiene mi vida.
Te ofreceré un sacrificio voluntario,
dando gracias a tu nombre, que es bueno. R.
Monición al Evangelio (Lucas 6, 1-5)
El episodio evangélico de hoy refleja una polémica de Jesús con los fariseos sobre la observancia del descanso sabático. Jesús, hablando realmente con autoridad y poder, se atreve a reinterpretar una de las instituciones más sagradas de su pueblo.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 6, 1-5
Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas con las manos, se comían el grano.
Unos fariseos les preguntaron:
—«¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?».
Jesús les replicó:
—«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre?
Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y les dio a sus compañeros».
Y añadió:
—«El Hijo del hombre es señor del sábado».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: La observancia estéril de la ley no salva, sino que condena al hombre a la frustración y a la infelicidad. Oremos juntos diciendo:
Imprime tu ley en lo intimo de nuestro corazón.
- Por la Iglesia, para que con disponibilidad y humildad sepa ponerse al servicio de cada hombre; que no olvide nunca que el resultado de la evangelización no depende de lo que es capaz de hacer ella, sino del Espíritu, que pone en el corazón de cada hombre el deseo del encuentro con Dios. Oremos.
- Por los gobernantes de las naciones, para que no ejerzan su poder con la manía de tener cada vez más, incluso en detrimento la población, sino que busquen el bien común, para que nadie sea indigente y todos puedan vivir una vida digna. Oremos.
- Por los que administran comunidades de rehabilitación para exdrogadictos, exalcohólicos y exconvictos, para que no caigan en la rigidez extrema ni en la laxitud, sino que sepan evaluar cada situación con la caridad que tiene en cuenta los límites del hombre y la obra en él de la gracia que cambia el corazón y llama nuevamente a la vida. Oremos.
- Por cada uno de nosotros, para que, entendiendo que Dios es dueño de todo cuanto existe, rindamos a Él toda la adoración y la alabanza por la creación entera. Oremos.
Presidente: Dios, Padre nuestro, que provees a nuestras necesidades, haz que nuestra vida alimentada por la escucha de tu Palabra sea signo evidente de tu amor sin límites. Por Cristo nuestro Señor. -Amén.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 5, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia