Monición de entrada
Para el viernes 16 de junio de 2023, ver Moniciones y Lecturas Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.
Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos. Nos disponemos a celebrar la santa misa en el viernes de la décima semana del tiempo ordinario. Sean todos bienvenidos.
Nuestra fragilidad humana nos impediría cumplir la voluntad de Dios, si no tenemos el auxilio divino. Ofrezcamos nuestras debilidades al Señor en esta misa y comencemos con alegría la celebración de hoy, entonando todos el canto de entrada.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (2 Corintios 4, 7-15)
En este hermoso texto de la carta a los Corintios, san Pablo describe la condición paradójica del apóstol que lleva en su frágil naturaleza humana el tesoro de su misión salvadora. Escuchemos.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4, 7-15
Hermanos:
El tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros.
Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.
Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros, y la vida en vosotros.
Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros.
Todo es para vuestro bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 115)
En medio de los más graves apuros, el cristiano está seguro: su certeza se apoya en Jesucristo resucitado. Él es la prenda de nuestra futura resurrección. Con el salmo 115 cantamos nuestra seguridad diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 115, 10-11. 15-16. 17-18
R. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!».
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos». R.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas. R.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo. R.
Monición al Evangelio (Mateo 5, 27-32)
Las antítesis que plantea Jesús entre lo que se decía en el Antiguo Testamento y lo que Él propone a los suyos, le llevan hoy al tema de la fidelidad conyugal, como ayer lo hacía sobre la caridad fraterna. Preparémonos cantando el aleluya para escuchar este mensaje.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 27-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído el mandamiento «no cometerás adulterio». Pues yo os digo: El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior.
Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el infierno.
Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno.
Está mandado: «El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio».
Pues yo os digo: El que se divorcie de su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: La fuerza de la resurrección sostiene nuestras frágiles naturalezas humanas: Cristo, en efecto, nos ha dado su vida y manifiesta en nosotros su gloria. Por eso, digamos confiados:
Concédenos tu salvación.
- Por las Iglesias que desde la clandestinidad tienen que llevar la Buena Noticia del Evangelio allí donde el hombre no puede vivir ni expresar su credo libremente. Que, en medio de las persecuciones a las que están sometidas, puedan ser siempre fortalecidas por la gracia del Resucitado. Que la fe y el sufrimiento sean fermento de salvación para sus pueblos. Oremos.
- Por el Papa Francisco, para que la íntima unión con el Señor resucitado haga firme su fe, y la fe alimente sus palabras y sus acciones, para que en su servicio a la Iglesia sean siempre visibles a todos, incluso en medio de las fatigas, la alegría y la paz que vienen del Resucitado. Oremos..
- Por los matrimonios que están en crisis, para que el Señor les conceda la fuerza de vivir el sufrimiento como ocasión de confrontación y de crecimiento en el amor recíproco. Que fortalezca su deseo de renovar la adhesión al pacto nupcial, experimentando su presencia que, por el sacramento celebrado, es garantía de su unión. Oremos.
- Por todos nosotros, para que la gracia que nos viene de Cristo nos ayude a vivir sin reservas la radicalidad del Evangelio, adhiriendo con todo nuestro ser al mandamiento del amor. Oremos.
Presidente: Que la alegría de tu resurrección permee nuestra vida, Señor, y lleve fuerza y consuelo allí donde sentimos el peso de nuestra debilidad, para que siempre vivamos en la certeza de que toda nuestra vida está en tus manos. Tú eres Dios y vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Presentación de las Ofrendas
Con el pan y el vino que llevamos al altar, ofrezcamos nuestro compromiso con la vocación a la que hemos sido llamados.
Comunión.
La radicalidad del Evangelio nos exige hacer las cosas tal como tienen que ser. En esa tarea, Cristo nos acompaña hasta el fin de los tiempos. Hoy está presente en el pan y el vino que vamos a compartir.
Final
Queridos hermanos, con la alegría de haber participado en esta misa y con el firme propósito de vivir la radicalidad del Evangelio, nos vamos a nuestros hogares.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 4, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia; Farnés Sherer, Pedro, Moniciones y Oraciones Sálmicas, Ed. Regina, Mallorca, 1978.
