Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches). Sean todos bienvenidos a la casa de Dios para la celebración eucarística, en el viernes de la décimo novena semana del tiempo ordinario.
Cada vez que participamos del banquete del Señor, nos fortalecemos en nuestra fe. Abramos nuestro corazón a su presencia y comencemos con el canto de entrada.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Josué 24, 1-13)
El libro de Josué nos cuenta hoy sobre la gran asamblea de las tribus judías en Siquén, en el centro de Palestina. Escuchemos la larga catequesis de Josué, que a nosotros nos sirve también para recordar lo que hemos ido leyendo como primera lectura de la misa durante las últimas semanas..
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Josué 24, 1-13
En aquellos días, Josué reunió a las tribus de Israel en Siquén. Convocó a los ancianos de Israel, a los cabezas de familia, jueces y alguaciles, y se presentaron ante el Señor.
Josué habló al pueblo:
—«Así dice el Señor, Dios de Israel: «Al otro lado del río Éufrates vivieron antaño vuestros padres, Teraj, padre de Abrahán y de Najor, sirviendo a otros dioses. Tomé a Abrahán, vuestro padre, del otro lado del río, lo conduje por todo el país de Canaán y multipliqué su descendencia dándole a Isaac.
A Isaac le di Jacob y Esaú. A Esaú le di en propiedad la montaña de Seír, mientras que Jacob y sus hijos bajaron a Egipto.
Envié a Moisés y Aarón para castigar a Egipto con los portentos que hice, y después os saqué de allí. Saqué de Egipto a vuestros padres; y llegasteis al mar. Los egipcios persiguieron a vuestros padres con caballería y carros hasta el mar Rojo. Pero gritaron al Señor, y él puso una nube oscura entre vosotros y los egipcios; después desplomó sobre ellos el mar, anegándolos.
Vuestros ojos vieron lo que hice en Egipto.
Después vivisteis en el desierto muchos años. Os llevé al país de los amorreos, que vivían en Transjordania; os atacaron, y os los entregué. Tomasteis posesión de sus tierras, y yo los exterminé ante vosotros.
Entonces Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, atacó a Israel; mandó llamar a Balaán, hijo de Beor, para que os maldijera; pero yo no quise oír a Balaán, que no tuvo más remedio que bendeciros, y os libré de sus manos.
Pasasteis el Jordán y llegasteis a Jericó. Los jefes de Jericó os atacaron: los amorreos, fereceos, cananeos, hititas, guirgaseos, heveos y jebuseos; pero yo os los entregué; sembré el pánico ante vosotros, y expulsasteis a los dos reyes amorreos, no con tu espada ni con tu arco.
Y os di una tierra por la que no habíais sudado, ciudades que no habíais construido, y en las que ahora vivís, viñedos y olivares que no habíais plantado, y de los que ahora coméis»».
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 135)
Josué les ha recordado todas las maravillas de Dios, para que sepan a quién responden. Tantos beneficios ponen en nuestra boca un canto agradecido a la misericordia del Señor. Por eso digamos, con el salmo 153:
Salmo responsorial: Salmo 135, 1-3. 16-18. 21-22 y 24
R. Porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Señor porque es bueno. R.
Dad gracias al Dios de los dioses. R.
Dad gracias al Señor de los señores. R.
Guió por el desierto a su pueblo. R.
Él hirió a reyes famosos. R.
Dio muerte a reyes poderosos. R.
Les dio su tierra en heredad. R.
En heredad a Israel, su siervo. R.
Y nos libró de nuestros opresores. R.
Monición al Evangelio (Mateo 19, 3-12)
Terminado ya el «discurso eclesial» del cap. 18, siguen unas recomendaciones de Jesús en su camino a Jerusalén: esta vez escucharemos sobre la célebre cuestión del divorcio.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 19, 3-12
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba:
—«¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?».
Él les respondió:
—«¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: «Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne»? De modo que ya no son dos, sino una sola carne.
Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
Ellos insistieron:
—«¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?».
Él les contestó:
—«Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Ahora os digo yo que, si uno se divorcia de su mujer —no hablo de impureza— y se casa con otra, comete adulterio».
Los discípulos le replicaron:
—«Si ésa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse».
Pero él les dijo:
—«No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don.
Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el reino de los cielos. El que pueda con esto, que lo haga».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Cada etapa de la vida es bendecida por el Señor y debe ser vivida como vocación, no para el provecho propio. Pidamos al Señor que nos libre de esta tentación y digamos.
Enséñanos la gratuidad, Señor.
- Por la Iglesia, para que esté atenta a las necesidades de las familias y, anunciando el valor sagrado y la indisolubilidad del matrimonio, no cierre sus puertas a los hermanos y hermanas que viven situaciones irregulares, sino que los acompañe en un camino que los ayude a reflexionar y a comprender la grandeza del si pronunciado ante Dios para siempre. Oremos.
- Por los religiosos, para que den testimonio con su vida de que adherir con radicalidad al Evangelio a través de los votos de castidad, pobreza y obediencia no es señal de desprecio por las creaturas ni de exclusión de la sociedad, sino atracción por el Creador y entrega a El de la propia vida. Oremos.
- Por los jóvenes que están en un camino de discernimiento vocacional, para que no tengan miedo de lo que el Señor suscita en su corazón. sino que, creyendo que es el amor del Padre el que los elige y los sostiene, respondan con generosidad y sientan la alegría de responder a una llamada de amor. Oremos.
- Por las mujeres que son victimas de violencia doméstica, para que no pierdan el valor, sino que tengan la fuerza para buscar ayuda y así puedan interrumpir el mecanismo que ha destrozado su belleza y mortificado su dignidad Oremos.
- Por todos los que este día nos hemos reunido en torno al altar de Dios, para que, al recordar todas las maravillas que Dios ha hecho en nuestra vida, seamos agradecidos y le bendigamos con nuestras obras. Oremos.
Presidente: Oh Dios, haz que, sostenidos por tu gracia, vivamos una vida coherente con la vocación que hemos recibido para ser en el mundo signo de unidad. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Presentación de las Ofrendas
Con las ofrendas de pan y vino, que llevamos a altar, presentemos también a los matrimonios de nuestra comunidad, para que Dios los bendiga y fortalezca.
Comunión.
Cristo nos invita a participar de su banquete. Con la certeza de su presencia real, vayamos cantando a comulgar.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 5, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia