Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches), queridos hermanos. En el viernes de la décimo octava semana, les damos la más cordial bienvenida a la celebración de la Santa Misa.
Que la celebración de hoy nos fortalezca en el seguimiento de Jesús y nos permita tomar su cruz. Con esas intenciones, comenzamos la celebración de hoy, entonando todos juntos el canto de entrada.
También te puede interesar:
- Moniciones para todos los días del ciclo A (2022-2023)
- ¿Qué son las moniciones en las celebraciones litúrgicas?
- La Oración Universal (Oración de los Fieles)
- Taller para lectores o proclamadores de la Palabra
- Cuál es el color y tamaño adecuado para el mantel del altar?
Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Deuteronomio 4, 32-40)
A partir de hoy, y durante cinco días, leeremos el Deuteronomio, el último de los cinco libros del Pentateuco. El texto de hoy sigue la historia de Israel. Moisés interpela frontalmente a su pueblo, despertando su memoria histórica y le da una catequesis basada en las actuaciones de Dios. Escuchemos.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Deuteronomio 4, 32-40
Moisés habló al pueblo, diciendo:
—«Pregunta, pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra: ¿hubo jamás, desde un extremo al otro del cielo, palabra tan grande como ésta?; ¿se oyó cosa semejante?; ¿hay algún pueblo que haya oído, como tú has oído, la voz del Dios vivo, hablando desde el fuego, y haya sobrevivido?; ¿algún dios intentó jamás venir a buscarse una nación entre las otras por medio de pruebas, signos, prodigios y guerra, con mano fuerte y brazo poderoso, por grandes terrores, como todo lo que el Señor, vuestro Dios, hizo con vosotros en Egipto, ante vuestros ojos?
Te lo han hecho ver para que reconozcas que el Señor es Dios, y no hay otro fuera de él.
Desde el cielo hizo resonar su voz para enseñarte, en la tierra te mostró aquel gran fuego, y oíste sus palabras que salían del fuego.
Porque amó a tus padres y después eligió a su descendencia, él en persona te sacó de Egipto con gran fuerza, para desposeer ante ti a pueblos más grandes y fuertes que tú, para traerte y darte sus tierras en heredad, cosa que hoy es un hecho.
Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Guarda los preceptos y mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y prolongues tus días en el suelo que el Señor, tu Dios, te da para siempre».
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 76)
Al recordar las proezas del Señor, recordamos su gran proeza: el habernos amado. No hay un dios tan grande como el nuestro, porque es la grandeza del amor mismo. Por eso, con el salmo 76 digamos todos:
Salmo responsorial: Salmo 76, 12-13. 14-15. 16 y 21
R. Recuerdo las proezas del Señor.
Recuerdo las proezas del Señor;
sí, recuerdo tus antiguos portentos,
medito todas tus obras
y considero tus hazañas. R.
Dios mío, tus caminos son santos:
¿qué dios es grande como nuestro Dios?
Tú, oh Dios, haciendo maravillas,
mostraste tu poder a los pueblos. R.
Con tu brazo rescataste a tu pueblo,
a los hijos de Jacob y de José.
Guiabas a tu pueblo, como a un rebaño,
por la mano de Moisés y de Aarón. R.
Monición al Evangelio (Mateo 16 ,24-28)
El programa que expone Cristo en el evangelio de hoy va dirigido a sus discípulos de todos los tiempos para iniciarlos en el talante que supone el precedente anuncio del Mesías
doliente.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 16 ,24-28
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.
Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará.
¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida?
¿O qué podrá dar para recobrarla?
Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta.
Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin antes haber visto llegar al Hijo del hombre con majestad».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Señor, tú que has mostrado tu grandeza y tu bondad con signos y prodigios, mano potente y brazo firme, escucha las oraciones de esta asamblea reunida en tu nombre que se dirige a ti y te dice:
Padre, rescata a tus hijos.
- Por la santa Iglesia, para que cada cristiano pueda reconocer y observar tu ley, mientras es sostenido por la cruz de Cristo, es decir, por la gracia que da luz y lleva todo a cumplimiento. Oremos.
- Por los gobernantes de las naciones, para que estén acompañados por el celo por la evangelización, por la fidelidad a las enseñanzas de la Iglesia, anunciando con esperanza las obras de Dios. Oremos.
- Por los que sufren en el cuerpo y en el espíritu, para que puedan encontrar en sus dolores y en sus incapacidades los instrumentos que, liberando al hombre de sí mismo, los hagan semejantes a la figura de Cristo. Oremos.
- Por todos nosotros, para que imitemos a Cristo, que nos precede con su ejemplo, mostrándonos la vida que brota de la abnegación y de la cruz. Oremos.
Presidente: Padre, que en tu misericordia, mediante tu Hijo nos concedes la remisión de nuestras culpas, permítenos tomar nuestra cruz y seguirlo hasta el fin, renunciando a nosotros mismos. Por Cristo nuestro Señor. -Amén.
Presentación de las Ofrendas
Cristo nos ha invitado a negarnos a nosotros mismos, cargar nuestra cruz y seguirle. Con las ofrendas de pan y vino, presentamos nuestro firme propósito de aceptar su llamado.
Comunión.
En el difícil camino de la vida cristiana, Cristo nos fortalece con su Cuerpo y su Sangre. Vayamos con fe a recibirle.
También te puede interesar:
- Moniciones para todos los días del ciclo A (2022-2023)
- ¿Qué son las moniciones en las celebraciones litúrgicas?
- La Oración Universal (Oración de los Fieles)
- Taller para lectores o proclamadores de la Palabra
- Cuál es el color y tamaño adecuado para el mantel del altar?
Una forma de agradecer por este servicio que te brindamos es comentando y compartiendo nuestras publicaciones.
Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 5, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia