Para los lugares donde hoy se celebra la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo, ver moniciones y lecturas dando clic AQUÍ.
Monición de entrada
Queridos hermanos, tengan todos muy buenos días (tardes, noches). En un día tan especial como hoy, jueves eucarístico, nos llena de mucha alegría recibirles en la casa de Dios para celebrar la santa misa.
Dispuestos a que Jesús cure hoy nuestra ceguera, comencemos con mucha ilusión y esperanza la santa misa de hoy, entonando juntos el canto de entrada.
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Moniciones a las lecturas
Para los lugares donde hoy se celebra la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo, ver moniciones y lecturas dando clic AQUÍ.
Monición a la primera lectura (1 Pe 2, 2-5. 9-12)
En un texto dirigido especialmente a recién bautizados, los pensamientos de san Pedro están centrados en las claves de la leche, la piedra y el pueblo sacerdotal.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 2, 2-5. 9-12
Queridos hermanos:
Como el niño recién nacido ansía la leche, ansiad vosotros la auténtica, no adulterada, para crecer con ella sanos; ya que habéis saboreado lo bueno que es el Señor.
Acercándoos al Señor, la piedra viva desechada por los hombres, pero escogida y preciosa ante Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo.
Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, un pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de las tinieblas y a entrar en su luz maravillosa.
Antes erais «no pueblo», ahora sois «pueblo de Dios»; antes erais «no compadecidos», ahora sois «compadecidos».
Queridos hermanos, como forasteros en país extraño, os recomiendo que os apartéis de los deseos carnales que os hacen la guerra.
Vuestra conducta entre los gentiles sea buena; así, mientras os calumnian como si fuerais criminales, verán con sus propios ojos que os portáis honradamente y darán gloria a Dios el día que él los visite.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 99)
Pueblo de Dios, nación consagrada, ovejas de su rebaño. Todas son imágenes de la pertenencia a Dios como heredad peculiar. Dios es el pastor de su pueblo. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño. Ha sido fruto de su misericordia y su fidelidad, que son eternas. Por eso unámonos al salmista diciendo:
Salmo responsorial: Salmo 99, 2. 3. 4. 5
R. Entrad en la presencia del Señor con vítores.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre. R.
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades». R.
Monición al Evangelio (Marcos 10, 46-52)
El texto evangélico de hoy nos muestra la determinación de un ciego para obtener un milagro de Jesús. Preparémonos para escuchar este texto que cierra la sección que Marcos dedica en su evangelio al seguimiento de Jesús, narrando sus viajes fuera de Galilea y de camino hacia Jerusalén.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 46-52
En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:
—«Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí».
Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más:
—«Hijo de David, ten compasión de mí».
Jesús se detuvo y dijo:
—«Llamadlo».
Llamaron al ciego, diciéndole:
—«Ánimo, levántate, que te llama».
Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le dijo:
—«¿Qué quieres que haga por ti?».
El ciego le contestó:
—«Maestro, que pueda ver».
Jesús le dijo:
—«Anda, tu fe te ha curado».
Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: El Señor nos ha constituido piedras vivas de su Iglesia, llamándonos de las tinieblas del pecado a la luz de su misericordia. Digamos confiados:
Haz que proclamemos tus obras, Señor.
- Por la comunidad de los creyentes que Dios ha llamado a ser su pueblo. Para que pueda ofrecer cada día, como sacrificio agradable la unidad y la comunión entre sus miembros. Oremos.
- Por las asociaciones, los movimientos, los grupos eclesiales. Para que en ellos se pueda experimentar la belleza del ser Iglesia y del gastarse en ella y por ella, de modo que, a través de las peculiaridades que les caracterizan, la Iglesia se enriquezca con el don que es propria de cada uno. Oremos.
- Por los que gobiernan las naciones, para que luchen por la paz y dejen sus intereses egoístas, buscando siempre el bien de todos. Oremos.
- Por los cristianos que viven en zonas arrasadas por la guerra. Para que, en medio de los rumores del odio y de la violencia, lleven la voz de la misericordia y de la paz. Oremos.
- Por los que, en esta comunidad viven en un estado de grave pecado. Para que puedan encontrar la misericordia de Dios y, en la conversión, conocer la gracia con la que Él llena a su pueblo. Oremos.
Presidente: Acoge la oración de tu pueblo, Señor, para que sus obras buena en gloria a tu nombre. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
Presentación de las Ofrendas
Junto al pan y el vino, presentemos al Señor nuestra ceguera espiritual, para que Él la sane y podamos contemplar su gloria.
Comunión.
Cristo abre nuestros ojos para poderle descubrir en el pan y el vino que hoy vamos a recibir. Acerquémonos con fe a comulgar.
Final
Queridos hermanos, Cristo es la luz del mundo y hoy ha iluminado nuestra vida en esta santa misa. Vayamos a irradiar esa luz a los demás.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 4, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia.