Para el 20 de mayo de 2024, favor ver Moniciones y Lecturas, Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia.
Monición de Entrada
Queridos hermanos, tengan todos muy buenos días (tardes, noches). En el lunes de la séptima semana del tiempo ordinario, les damos la más cordial bienvenida a la casa de Dios para la celebración de esta santa misa.
Que la participación en esta misa aumente nuestra fe y nos impulse a la oración constante, con la que expulsaremos todos los males de nuestra vida.
Con esas intenciones, iniciemos nuestra celebración, cantando juntos.
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Moniciones a las lecturas
Para el 20 de mayo de 2024, favor ver Moniciones y Lecturas, Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia.
Monición a la primera lectura (Santiago 3, 13-18)
A los cristianos de su tiempo, Santiago les da una lección sobre la sabiduría. Escuchemos atentos, porque a nosotros, una comunidad con sus disensiones, también nos hace falta mucha esta instrucción.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol Santiago 3, 13-18
Queridos hermanos:
¿Hay alguno entre vosotros sabio y entendido? Que lo demuestre con una buena conducta y con la amabilidad propia de la sabiduría.
Pero, si tenéis el corazón amargado por la envidia y las rivalidades, no andéis gloriándoos, porque sería pura falsedad.
Esa sabiduría no viene del cielo, sino que es terrena, animal, diabólica.
Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males.
La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera.
Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 18)
La mejor sabiduría es la buena conducta. Por esto, es para el hombre un descanso el cumplimiento de la ley. Con el salmo 18, pidamos esa gracia diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 18, 8. 9. 10. 15
R. Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón.
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R.
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R.
La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R.
Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío. R.
Monición al Evangelio (Marcos 9, 14-29)
Al bajar del monte de la transfiguración, Jesús realiza un milagro, con el que nos muestra su poder sobre el mal y nos llama a tener mucha fe y oración.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 14-29
En aquel tiempo, cuando Jesús y los tres discípulos bajaron de la montaña, al llegar a donde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a unos escribas discutiendo con ellos.
Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo. Él les preguntó:
—«¿De qué discutís?».
Uno le contestó:
—«Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no le deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces».
Él les contestó:
—«¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo».
Se lo llevaron.
El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; cayó por tierra y se revolcaba, echando espumarajos.
Jesús preguntó al padre:
—«¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?».
Contestó él:
—«Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua, para acabar con él. Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos».
Jesús replicó:
—«¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe».
Entonces el padre del muchacho gritó:
—«Tengo fe, pero dudo; ayúdame».
Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo:
—«Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Vete y no vuelvas a entrar en él».
Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió.
El niño se quedó como un cadáver, de modo que la multitud decía que estaba muerto.
Pero Jesús lo levantó, cogiéndolo de la mano, y el niño se puso en pie.
Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas:
—«¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?».
Él les respondió:
—«Esta especie sólo puede salir con oración».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: La sabiduría que viene de Dios es principio de vínculos de caridad y de paz. Para que el Señor nos la conceda y nos ayude a hacerla crecer en nosotros, oremos con mucha fe diciendo todos:
Haznos humildes, Señor.
- Por la Iglesia, para que los dones carismáticos de los grupos, de las asociaciones y de los movimientos que contribuyen a enriquecerla y a hacerla bella y diversa den siempre fruto con sabiduría, para una comunión sincera, sin rivalidades que llevan al desorden. Oremos.
- Por quienes dirigen el destino de nuestras naciones, para que se dejen guiar por el espíritu de paz y de unidad, desechando toda rivalidad con los demás pueblos. Oremos.
- Por todos los que sufren algún tipo de enfermedad o son víctimas de espíritus malignos, para que Jesús, que tiene poder absoluto sobre la enfermedad y espíritus demoníacos, tome el control de todas esas situaciones y les devuelva la salud. Oremos.
- Por todos nosotros, para que seamos una comunidad de fe, amor, unidad y fraternidad, erradicando toda disensión y rivalidad. Oremos.
Presidente: Mira nuestra humanidad herida, Señor, sananos del orgullo y del pecado, para que, una vez sanos, con humildad podamos sembrar en la paz y dar frutos de justicia. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Presentación de las Ofrendas
Con los dones de pan y vino, presentamos a Dios nuestra unidad y fraternidad. Cantemos todos.
Comunión
«Todo es posible al que tiene fe», nos ha dicho el Evangelio de hoy. La fe nos mueve a acudir a recibir a Jesús y nos da la certeza de que es el Pan que nos da la vida eterna. Acudamos cantando a comulgar.
Final
Queridos hermanos, Jesús hoy nos ha demostrado tener más fuerza que el mal. Por eso retornamos a nuestros hogares o a nuestro diario vivir, confiados en el poder de Dios que vence las adversidades con las que nos enfrentamos con frecuencia, y a vivir en fraternidad.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 4, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia.