Monición de Entrada
Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos. En el martes de la tercera semana del tiempo ordinario, les damos la más cordial bienvenida a la casa de Dios, para celebra juntos la santa Misa.
Como una sola familia, hermanos todos de Jesús, nos congregamos para escuchar su Palabra, que hoy nos invita a hacer la voluntad de Dios. Dispuestos a ello, comencemos esta misa con el canto de entrada. De pie, por favor.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (2 Samuel 6, 12b-15. 17-19)
Seguimos escuchando la historia de David, el rey, un hábil político, además de persona creyente. Ayer vimos cómo conquistó Jerusalén y estableció allí la capital de su reino. Hoy da un paso adelante, convirtiéndola también en capital religiosa. Escuchemos atentos.
PRIMERA LECTURA
Lectura del segundo libro de Samuel 6, 12b-15. 17-19
En aquellos días, fue David y llevó el arca de Dios desde la casa de Obededom a la Ciudad de David, haciendo fiesta.
Cuando los portadores del arca del Señor avanzaron seis pasos, sacrificó un toro y un ternero cebado.
E iba danzando ante el Señor con todo entusiasmo, vestido sólo con un roquete de lino.
Así iban llevando David y los israelitas el arca del Señor entre vítores y al sonido de las trompetas.
Metieron el arca del Señor y la instalaron en su sitio, en el centro de la tienda que David le había preparado.
David ofreció holocaustos y sacrificios de comunión al Señor y, cuando terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en el nombre del Señor de los ejércitos; luego repartió a todos, hombres y mujeres de la multitud israelita, un bollo de pan, una tajada de carne y un pastel de uvas pasas a cada uno. Después se marcharon todos, cada cual a su casa.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 39)
La primera entrada del arca en el primer santuario de Sión nos trae a nuestros labios el salmo 23, en que cantamos la presencia del Señor que invade el santuario. Unámonos al salmista diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 23, 7. 8. 9. 10
R. ¿Quién es ese Rey de la gloria?
Es el Señor en persona.
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria. R.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra. R.
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria. R.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria. R.
Monición al Evangelio (Marcos 3, 22-30)
Finalizamos hoy la lectura del capitulo tercero de San Marcos. El pasaje de hoy tiene como protagonistas a la familia de Jesús. Con el canto del aleluya nos preparamos para la escucha del Evangelio.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 3, 31-35
En aquel tiempo, llegaron la madre y los hermanos de Jesús y desde fuera lo mandaron llamar.
La gente que tenía sentada alrededor le dijo:
—«Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan».
Les contestó:
—«¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?».
Y, paseando la mirada por el corro, dijo:
—«Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Con todas nuestras fuerzas, como David ante el arca, ofrezcamos Dios nuestras alegrías y nuestras tristezas diciendo con confianza
Señor, alegría nuestra, ven en nuestra ayuda.
- Por todos los que formamos la Iglesia, para que, antes de cualquier otra cosa, ofrezcamos a Dios nuestra alabanza, como nos enseña el rey David. Oremos.
- Por los pueblos que no reconocen al Dios de Jesucristo. Que en la Igle sia se desarrolle un auténtico espíritu misionero, para que el impulso de la evangelización llegue a todos los confines de la tierra. Oremos.
- Por los que gobiernan las naciones, para que busquen la felicidad de sus pueblos, satisfaciendo sus necesidades básicas y fundamentales. Oremos.
- Por los niños que han sido privados de su infancia porque han sido explotados, abusados o abandonados. Que el corazón de quien favorece con crueldad el tráfico y la especulación de estos pequeños se convierta, y que en ellos vuelvan a florecer la alegría y la danza del rey David. Oremos.
- Por esta comunidad, para que, al celebrar estos sacramentos, la alegría reine en nuestros corazones y la irradiemos hacia quienes nos rodean. Oremos.
Presidente: Tú, Señor, eres en verdad nuestra alegría. Hay tristeza, aturdimiento y oscuridad cuando nos alejamos de ti. Estamos seguros de esto y con esta convicción te hemos expresado nuestras oraciones. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Presentación de las Ofrendas
Con las ofrendas de Pan y Vino que llevamos al altar, ofrecemos también nuestra entrega personal a Dios.
Comunión
Cristo, nuestro hermano, nos ha alimentado con su Palabra, pero ahora también nos quiere alimentar con su Cuerpo y su Sangre. Acerquémonos con fe a recibirle.
Final
Queridos hermanos, seremos verdaderos parientes de Jesús si escuchamos su Palabra y hacemos la voluntad de Dios. Vayamos a nuestros hogares a hacerlo realidad.
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Fuentes: Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 4, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia