El Rosario a través de los siglos
El Santo Rosario, tal como lo conocemos, ha pasado por ciertas modificaciones durante muchos siglos, y seguirá, con seguridad, formándose o reformándose. Conozcamos su historia y sus protagonistas.
Siglo X
Sus orígenes se remontan, probablemente, hasta el siglo X, puesto que en el año 910 se fundó la Orden Cluniacense, cuyos miembros le daban una gran importancia a la oración coral comunitaria, con dos tipos de monjes o monjas:
- Los dedicados a la oración coral: formado por personas con cierto grado de preparación y formación académica, letrados, que rezaban al día unos 150 salmos.
- Los dedicados al trabajo manual: personas sencillas e iletradas que se ocupaban de la cocina, la limpieza, la huerta y otros oficios. Pero era preciso que también orasen; por lo que algunos de estos monjes y monjas comenzaron a rezar individualmente al día 150 Padrenuestros, en sustitución de los 150 salmos, costumbre que se fue difundiendo poco a poco entre otras comunidades religiosas y entre sacerdotes y laicos.
Siglo XII
En el siglo XII, la Orden Cisterciense, con San Bernardo de Claraval como su principal teólogo, difundió muchísimo la devoción a María como Madre más que como Reina (que era lo normal desde el siglo V).
Fue San Bernardo quien quien inventó el título de «Nuestra Señora», es decir, «Nuestra Madre».
Esos monjes y monjas reemplazan en el Rosario algunos Padrenuestros por Salutaciones de la Virgen María. Todavía no se había creado la oración del Avemaría, sino que se rezaba sólo su primera parte, la Salutación del ángel, tomada de Lc 1,28-33: «Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo» y algunos le añadían la segunda parte del saludo: «Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre».
Siglo XIII
El Salterio de María
A lo largo del siglo XIII se crea el «Salterio de María», formado por tres cincuentenas de salutaciones en lugar de los 150 Padrenuestros.
Se añade el nombre de «Jesús» al final de la Salutación del Ángel y se comienza a generalizarse el uso de «contadores», es decir, de rosarios (o camándulas, como se le conoce en algunos lugares), para poder llevar la cuenta de las Salutaciones que se van rezando.
Santo Domingo de Guzmán.
La Madre de Dios, en una aparición a Santo Domingo le enseñó a rezar el rosario, en el año 1208. Le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe, especialmente los herejes albiginenses, quienes enseñaban que existen dos dioses, uno del bien y otro del mal. El bueno creó todo lo espiritual. El malo, todo lo material, por lo que afirmaban que todo lo material es malo, y si el cuerpo es material, entonces es malo. Jesús tuvo un cuerpo, por consiguiente, Jesús no es Dios.
También negaban los sacramentos y la verdad de que María es la Madre de Dios. Se rehusaban a reconocer al Papa y establecieron sus propias normas y creencias.
Pero con la propagación de la devoción al Santo Rosario, Santo Domingo consiguió la conversión de muchos herejes y la victoria en la batalla militar contra ellos.
La Santísima Virgen también le dio a Santo Domingo 15 promesas para quienes recen o propaguen la devoción al Santo Rosario.
Siglo XIV
El Rosario y las Órdenes Mendicantes
En el siglo XIV las Órdenes mendicantes (Franciscanos, Dominicos, Carmelitas y Agustinos) van a difundir el rezo del Salterio de María en sus predicaciones y entre los laicos que ellos acompañaban espiritualmente.
Es en esta época que se va a difundir la costumbre de agregar, al final de cada Salutación del Ángel, una coletilla que ayude a meditar un pasaje de la vida de Jesús y de María. Por ejemplo: «… y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús, que nació en Belén». O «… que murió en la Cruz».
Siglo XV
Santa María…
Parece que es a comienzos del siglo XV cuando se crea el Avemaría completo, añadiendo la segunda parte: «Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén».
Cofradías del Rosario
En 1470 el dominico fr. Alain de la Roche ‒o Alano de Rupe, funda la Cofradía del Salterio de la Gloriosa Virgen María, con el objetivo de difundir la devoción al Rosario, crear un ambiente de espiritualidad mariana entre sus cofrades y pedir la intercesión de la Virgen.
Con esa inspiración, el prior de los dominicos de Colonia, creó en 1475 la primera Cofradía del Rosario. Ésta tuvo tanto éxito entre el pueblo fiel y las autoridades civiles y eclesiásticas, que rápidamente comenzaron a fundarse Cofradías del Rosario en otros conventos dominicos, pasando a ser responsabilidad de la Curia Generalicia de la Orden de Predicadores (Roma) en 1485.
Siglo XVI
San Pío V
En el siglo XVI hubo un acontecimiento muy importante: la victoria en la batalla de Lepanto (1571), en la que la armada cristiana venció a la turca, que era muy superior.
El Papa Pío V pidió a los cristianos cristianos que rezaran el Rosario para que María intercediera.
El 7 de octubre de 1571 se encontraron las flotas cristianas y musulmanas en el Golfo de Corinto, cerca de la ciudad griega de Lepanto. La flota cristiana, compuesta de soldados de los Estados Papales, de Venecia, Génova y España y comandada por Don Juan de Austria, entró en batalla contra un enemigo muy superior en tamaño y lo venció.
Agradecido con Nuestra Madre, el Papa Pío V instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias y agregó a las Letanía de la Santísima Virgen el título de «Auxilio de los Cristianos«. Más adelante, el Papa Gregorio III cambió la fiesta a la Nuestra Señora del Rosario, celebrada el primer domingo de octubre. Posteriormente esta fiesta pasó al 7 de octubre, día de la batalla de Lepanto.
Además, san Pío V fijó el modo de rezar el Rosario, dividido en tres grupos de 5 misterios:
- Gozosos: que invitan a meditar los pasajes más importantes de la infancia de Jesús.
- Dolorosos: sobre la pasión de nuestro Señor.
- Gloriosos: en los se medita la resurrección del Señor y otros acontecimientos posteriores
En cada misterio se rezan un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria mientras se medita un pasaje de la vida de Jesús o de María.
Siglos XVII y XVIII
El Rosario Perpetuo
Durante los siglos XVII y XVIII se difundió mucho el rezo del Rosario entre el pueblo fiel. En 1629 el dominico fray Timoteo Ricci creó el Rosario Perpetuo. Para ello repartió 8.760 tarjetas (correspondientes a las 8.760 horas que tiene un año solar), para que en cada hora del año hubiese alguien rezando los quince misterios del Rosario. Fue tan bien acogido que en algunas ciudades tuvieron que repartirse varios grupos de tarjetas, porque los solicitantes sobrepasaban con mucho el número de 8.760. Con el apoyo de los Papas, el Rosario Perpetuo fue difundido por Europa y las tierras de misión.
Siglo XIX
Rosario Viviente
Debido al cataclismo que la Iglesia sufría, tras la Revolución Francesa y otras revoluciones liberales del siglo XIX, el pueblo fiel encontró su refugio espiritual en las devociones. Una de las principales fue el rezo del Rosario. La joven seglar Paulina Jaricot, tomando como referencia el Rosario Perpetuo ‒que apenas se rezaba ya por estar desfasado‒ ideó el Rosario Viviente, pensando sobre todo en las clase obrera.
Consistía en crear grupos de 15 personas en los que cada una se comprometiese a rezar, al día, un misterio del Rosario. Así, cada grupo rezaba un Rosario completo al día. Este rezo se extendió muy rápidamente por Europa, y los dominicos se implicaron mucho en su difusión.
Apariciones de la Virgen en Lourdes
En 1858, la Santísima Virgen se aparece a Santa Bernardita en la gruta de Lourdes, rezando y pidiendo que se rece el Santo Rosario.
Siglo XX
En 1908, los dominicos de la Provincia de Toulouse crean la peregrinación anual del Rosario a Lourdes en octubre. Es, actualmente, la peregrinación anual más multitudinaria a este santuario.
Apariciones de la Virgen en Fátima
Mientras en Europa se desarrollaba la Primera Guerra Mundial (1914-1918), el 13 de mayo de 1917 comienza una serie de apariciones que se repetirán cada 13 de mes, hasta octubre de ese año. La Santísima Virgen María se aparece a tres pastorcitos en Cova de Iría, pidiendo que el mundo rece el Santo Rosario para alcanzar la paz y la conversión de los pecadores. Pide que al final de cada misterio se rece esta oración: «Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas.»
Cruzada del Rosario.
Como consecuencia del estallido de la Segunda Guerra Mundial, nace en Bélgica la Cruzada del Rosario. Promovida generalmente por dominicos, ha empleado diferentes plataformas de evangelización: misiones populares, fraternidades, revistas, programas de radio y televisión…
Apostolado del Rosario en Familia
En 1948 el P. Patrick Peyton fundó en Estados Unidos el Apostolado del Rosario en Familia, y se difundió por el mundo. Su lema era: «La familia que reza unida, permanece unida». Se apoyaba en programas de radio de gran difusión y en una serie de películas: Los Misterios del Rosario, que los promotores proyectaban para dar a conocer el Rosario en Familia.
Equipos del Rosario
En el Concilio Vaticano II (1962-1965) la Iglesia supera la mentalidad tridentina y se abre a la sociedad contemporánea, propiciando profundos cambios espirituales. A resultas de ello, en 1967 se crean los Equipos del Rosario por iniciativa del dominico francés fray Marie-Bertrand Eyquem. Este movimiento tiene un fuerte carácter apostólico y ecuménico. Los equipos están formados por 15 personas, en los que también se admiten a no católicos. Además de comprometerse cada miembro a rezar un misterio del Rosario al día (como ya se hacía en el Rosario Viviente), se reúnen una vez al mes en la casa de uno de los miembros para orar en común, invitando a otras personas a participar.
Siglo XXI
Misterios Luminosos
Ya en nuestro siglo, el Papa Juan Pablo II, siguiendo su promoción por la devoción del Santo Rosario, en 2002 escribió su encíclica Rosarium Virginis Mariae, con la que incluye los misterios luminosos al Santo Rosario:
1) El Bautismo en el Jordán
2) Las bodas de Caná
3) La proclamación del Reino de Dios
4) La Transfiguración
5) La institución de la Eucaristía
Nuevas letanías
En 2020, mientras el mundo sufría lo más fuerte de la Pandemia del Covid-19, el papa Francisco incluye 3 nuevas invocaciones a las Letanías Lauretanas:
«Mater Misericordiae» (Madre de la Misericordia), «Mater Spei» (Madre de la Esperanza) y «Solacium migrantium» (Consuelo de los Migrantes).
El Santo Rosario ha sido un arma poderosa para vencer al maligno durante muchos siglos. Con él se han conseguido muchos milagros, especialmente la conversión de muchos pecadores. No dejemos de rezarlo, individualmente, en familia o en comunidad.
Santa María, ruega por nosotros!
Fuente: dominicos.org