Un poco de historia
En el siglo XIII, la Santísima Virgen María se le había aparecido a Santo Domingo de Guzmán, fundador de los Dominicos, con un Rosario en la mano, pidiéndole que fomentara la devoción de esta bellísima oración y haciéndole múltiples promesas para quienes así lo hicieran. Pero después de la muerte de Santo Domingo, esta práctica había quedado en el olvido.
Fue hasta que surgió Fray Alano de la Roca (1428 aprox. – 1475), también conocido como Alano de Rupe, Alanus de Rupe, o por su nombre en francés, Alain de La Roche de la orden de los dominicos, quien se convirtió en el primer gran difusor del uso devocional del Santo Rosario, denominado entonces Salterio de la Virgen.
La Virgen se le apareció al Beato Alano de la Rupe, quien escribió el famoso libro “De Dignitate Psalterii” (De la dignidad del Salterio de María), en el cual relata cómo la Virgen pide a Santo Domingo de Guzmán que propague el rezo del Santo Rosario.
De ese mismo libro se extraen las 15 promesas que la virgen ha hecho a quienes recen devotamente el Santo Rosario.
Nótese que el cumplimiento de esas promesas no son para rosarios rezados mecánicamente, a mil por hora. Fijemos bien la atención en cada promesa.
Las 15 promesas del Santo Rosario
1. Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
3. El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías.
4. El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas celestiales y eternas.
5. El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.
7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.
8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
10. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13. He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la corte celestial.
14. Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
15. La devoción al Santo rosario es una señal manifiesta de predestinación de gloria.
Bendiciones del rezo del Santo Rosario
Según los papas, estas son algunas de las bendiciones que recibimos al rezar el Santo Rosario:
- Los pecadores obtendrán el perdón.
- Las almas sedientas se saciarán.
- Los que están atados verán sus lazos desechos.
- Los que lloran encontrarán alegría.
- Los que son tentados hallarán tranquilidad.
- Los pobres serán socorridos.
- Los religiosos serán reformados.
- Los ignorantes serán instruidos.
- Los vivos triunfarán sobre la vanidad.
- Los muertos alcanzarán la misericordia por vía de sufragios
Beneficios de rezar el Santo Rosario
Según San Luis María Grignion de Montfort, uno de los grandes santos apasionados a la Devoción a la Santísima Virgen María, rezar el rosario tiene los siguientes beneficios:
- Nos eleva gradualmente al perfecto conocimiento de Jesucristo.
- Purifica nuestras almas del pecado.
- Nos permite vencer a nuestros enemigos.
- Nos facilita la práctica de las virtudes.
- Rezar el rosario nos aviva el amor de Jesucristo.
- Nos enriquece con gracias y méritos
- Nos proporciona con qué pagar todas nuestras deudas con Dios y con los hombres y nos
- Consigue de Dios toda clase de gracias.
Que nada ni nadie nos detenga en la práctica de esta devoción. Hay muchos testimonios del poder que tiene el Santo Rosario. Las promesas se cumplen