Características del mantel del altar
Con el auge que las redes sociales han tenido en los últimos años, se ha popularizado la transmisión en vivo de la Santa Misa, especialmente con el surgimiento de la pandemia del covid-19. Eso nos abre una ventana para ver el uso correcto o incorrecto del mantel del altar en las diferentes parroquias del mundo.
Aprenderemos aquí algunas características como el color, tamaño, número de manteles a usar y otros detalles a tomar en cuenta en las celebraciones litúrgicas.
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Su uso en la historia
Hay evidencias históricas del uso del mantel desde los primeros siglos de la Inglesa. San Optato de Milevis dice que en el siglo IV todo cristiano sabía que durante la celebración de los misterios el altar se cubre con un mantel (Lb. VI). Según Gavanto, en el siglo VII su uso se hizo ley, promulgada por Bonifacio III.
¿De qué material deben ser hechos?
Anteriormente los manteles estaban hechos de tela de oro y plata, con incrustaciones de piedras preciosas, seda y otros materiales, pero en la actualidad deben ser de lino o cáñamo. No se puede usar ningún otro material, aunque sea equivalente o mejor que el lino o el cáñamo para efectos de limpieza, blancura o firmeza (Sag. Cong. Rit., 15 may. 1819)
¿Puede ser del color litúrgico del día?
No, definitivamente no. Al ver las transmisiones en línea de las misas en diferentes partes del mundo, puede observarse que hay lugares en los que se usan manteles del color litúrgico del día. Sin embargo, eso no es conforme a las normas de la Instrucción General del Misal Romano, que en los números 117 y 304 dice que tiene que ser blanco.
«Cúbrase el altar al menos con un mantel de color blanco…» (IGMR 117).
«Por reverencia para con la celebración del memorial del Señor y para con el banquete en que se ofrece el Cuerpo y Sangre del Señor, póngase sobre el altar donde se celebra por lo menos un mantel de color blanco, que en lo referente a la forma, medida y ornato se acomode a la estructura del mismo altar» (IGMR 304).
¿Por qué debe ser blanco?
En la Instrucción General del Misal Romano y en las Sagradas Escrituras encontramos la respuesta.
Porque el altar representa a Cristo, quien venció a la muerte, y el vencedor debe recibir una vestidura blanca: «El vencedor será así revestido de blancas vestiduras y no borraré su nombre del libro de la vida, sino que me declararé por él delante de mi Padre y de sus Ángeles.» (Ap. 3, 5)
Porque las vestiduras de Jesús, cuando mostró su gloria en el Monte Tabor, se volvieron blancas como la luz: «Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.» (Mt. 17, 2); tan blancas como nadie en el mundo es capaz de blanquear (Cf. Mc. 9, 3).
El papa san Silvestre encontraba que el mantel y los lienzos que envolvieron al cuerpo del Señor cuando fue sepultado y, por ello, dispuso que el sacrificio del altar fuese celebrado “no sobre sedas o tejidos de color, sino sobre tela de lino, que se cosecha de la tierra, de la misma manera que el cuerpo del Señor fue sepultado con un blanco lienzo de lino” Lib. Pontif. (1, 171).
Si el altar representa a Cristo, el mantel, que es el objeto más próximo, simboliza a los que se han unido a él por medio del Bautismo, los que se han lavado en la sangre del Cordero y así han blanqueado sus vestiduras (Ap 7, 14). Si el mantel representa a la Iglesia, no puede olvidarse que la esposa del Cordero se viste con lino fino de blancura resplandeciente (Ap 19, 7.8).
Tamaño y forma del mantel
En lo referente a la forma, medida y ornato, el mantel debe acomodarse a la estructura del mismo altar (Cf. IGMR 304). Además de tener la misma forma del altar, el tamaño debe acomodarse también al tamaño del altar. No debe ser tan grande que adquiera una forma desproporcional, como los que se ponen en algunos lugares, que cubren la parte del frente.
Lo más digno es que cubra el altar por la parte superior y que cuelgue solo por los lados, o que solo algún ornato pequeño cubra la parte superior del frontal.
¿Cuántos manteles deben usarse?
La Instrucción General del Misal Romano indica que debe ser “al menos un mantel”. Eso significa que eso es lo mínimo. De acuerdo a la tradición, es conveniente poner otro mantel por debajo del exterior, que suele ser más pequeño pues solo cubre la parte superior y no pende por los lados. A este se le llama bajo mantel.
Cuando no se celebra misa, es conveniente poner un lienzo sobre el mantel para protegerlo del polvo. Se le llama cubremantel. Es mejor colocarlo a quitar los manteles cuando no se celebra misa, porque la ausencia de mantel es un símbolo del luto del Viernes Santo.
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Fuentes:
Instrucción General del Misal Romano, liturgiapapal.org.