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Color: Verde / Salterio: Semana I
Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos, les damos la más cordial bienvenida a la celebración eucarística del decimoséptimo domingo del tiempo ordinario.
Durante cinco domingos, a partir de hoy, interrumpimos la lectura de San Marcos para leer casi íntegro el capítulo 6 de Juan, con la multiplicación de los panes y el discurso-catequesis de Jesús sobre el Pan de la Vida que es él mismo.
Con un corazón dispuesto a recibir la semilla que Dios quiere sembrar en nosotros este día, comenzamos la celebración de estos misterios. De pie, cantemos todos.
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Moniciones a las lecturas
Monición única para todas las lecturas
Jesús y Eliseo son los grandes protagonistas de las lecturas de hoy, realizando grandes signos que intentan orientar a la gente hacia Dios. El pan que multiplican contiene una fuerza divina y sacia todo tipo de hambres, físicas y espirituales.
Atentos escuchemos este mensaje.
Moniciones para cada lectura
Monición a la primera lectura (2 Reyes 4, 42-44)
Del libro de los reyes escucharemos un hecho prodigioso, como anticipo al del evangelio de hoy, que subraya el poder de Dios y su generosidad.
PRIMERA LECTURA
Lectura del segundo libro de los Reyes 4, 42-44
En aquellos días, uno de Baal-Salisá vino a traer al profeta Eliseo el pan de las primicias, veinte panes de cebada y grano reciente en la alforja. Eliseo dijo:
—«Dáselos a la gente, que coman».
El criado replicó:
—«¿Qué hago yo con esto para cien personas?».
Eliseo insistió:
—«Dáselos a la gente, que coman. Porque así dice el Señor: Comerán y sobrará».
Entonces el criado se los sirvió, comieron y sobró, como había dicho el Señor.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 144)
Con el salmo 144 damos gracias a Dios por todos los favores con los que nos sacia. Lo haremos diciendo:
Salmo responsorial: Salmo 144, 10-11. 15-16. 17-18
R. Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.
Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo;
abres tú la mano,
y sacias de favores a todo viviente. R.
El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R.
Monición a la segunda lectura (Efesios 4, 1-6)
El pan que compartimos nos lleva a la unidad y a establecer un vínculo de paz. Pablo les recuerda a los cristianos de Éfeso su vocación y hace una llamada a la unidad. Escuchemos.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 1-6
Hermanos:
Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados.
Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.
Palabra de Dios.
Monición al Evangelio (Juan 6, 1-15)
Con el signo de la multiplicación de los panes comenzamos hoy la lectura del capítulo 6 del cuarto evangelio. Escucharemos este relato, con el que Juan subraya la iniciativa soberana de Jesús.
Cantemos para prepararnos a la escucha de este mensaje.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 1-15
En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos.
Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.
Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe:
—«¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?».
Lo decía para tentarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer.
Felipe contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo».
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice:
—«Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?».
Jesús dijo:
—«Decid a la gente que se siente en el suelo».
Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil.
Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.
Cuando se saciaron, dice a sus discípulos:
—«Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie».
Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido.
La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía:
—«Éste sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo».
Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Con toda la fuerza del Espíritu, oremos, hermanos, y pidamos a Dios nuestro Padre, que escuche nuestra oración.
Contestaremos todos: Dios misericordioso, escucha nuestra oración.
- Por el Papa, los obispos y los sacerdotes, para que ejerzan su ministerio siempre acompañados por la oración que es garante de confianza en el Señor. Oremos.
- Por los políticos y gobernantes, para que se alejen de los actos de corrupción y se preocupen por llevar una vida digna, al servicio de los más necesitados de nuestra sociedad. Oremos.
- Por todos los que padecen hambre en el mundo, para que encuentren manos generosas que alivien sus necesidades. Oremos.
- Por todos nosotros que a menudo no reconocemos la presencia del Padre en nuestra vida, para que la gracia nos ayude a abrirnos a la escucha de la Palabra, y así toda nuestra existencia sea renovada por la alegría de la Pascua. Oremos.
Presentación de las Ofrendas
Con mucha alegría y con agradecimiento a Dios por los prodigios que hace en favor nuestro, cantemos y llevemos al altar los dones que Él mismo eligió para la Misa: pan y vino.
Comunión
Como aquel pueblo fue saciado por el pan que Jesús multiplicó, hoy también quiere saciar nuestra hambre y sed espiritual, alimentándonos con su Cuerpo y su Sangre. Acerquémonos con fe a comulgar. Cantemos todos.
Final
La celebración de hoy ha finalizado y esperamos encontrarnos una vez más el próximo domingo en este lugar santo.
Con el firme propósito de seguir dejándonos transformar por Dios, vayamos a nuestros hogares a vivir coherentemente con lo que aquí hemos dicho, creído y celebrado.
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