Monición de entrada
Para los lugares donde no se celebra a Nuestra Señora de Guadalupe, ver Moniciones y Lecturas Aquí.
Queridos hermanos, sean todos bienvenidos a esta gran celebración eucarística con un marcado color mariano en toda la Iglesia, especialmente en América Latina. Es la fiesta de la Santísima Virgen de Guadalupe.
Hace poco estuvimos celebrando la Solemnidad de la Inmaculada Concepción y ahora toca el turno a la Virgen de Guadalupe. Fiesta para la Iglesia, Solemnidad para muchos pueblos de Latinoamérica, especialmente para México.
Pio X la proclamó como «Patrona de toda la América Latina», Pio XI de todas las «Américas», Pio XII la llamó «Emperatriz de las Américas» y Juan XXIII «La Misionera Celeste del Nuevo Mundo» y «la Madre de las Américas».
Al igual que su mensajero predilecto, San Juan Diego, nos ponemos con toda confianza en las manos de la «Madre del verdadero Dios por quien se vive», y comenzamos esta Misa, cantando jubilosos. De pie, por favor.
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Moniciones a las lecturas
Para los lugares donde no se celebra a Nuestra Señora de Guadalupe, ver Moniciones y Lecturas Aquí.
Monición única para todas las lecturas
En la celebración de nuestra Señora de Guadalupe, nos abrimos de corazón a Dios, que nos habla y en María nos enseña los caminos de la fe y sus obras.
Moniciones para cada lectura
NOTA: Esta es una propuesta de lecturas. Los calendarios de las diferentes provincias tienen sus propias selecciones para las lecturas de este día.
Primera lectura (Isaías: 7,10-14)
Ocho siglos antes de Cristo, Dios le da una señal al Rey Acaz, sobre la virgen que daría a luz al Emmanuel. Esa virgen es a quien nosotros ahora celebramos bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe. Escuchemos atentos.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 7, 10-14
En aquellos días, el Señor habló a Acaz:
—«Pide una señal al Señor, tu Dios:
en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo».
Respondió Acaz:
—«No la pido, no quiero tentar al Señor».
Entonces dijo Dios:
—«Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal:
Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo,
y le pondrá por nombre Emmanuel,
que significa «Dios-con-nosotros».
Palabra de Dios.
O bien:
Primera lectura (Eclesiástico 24, 23-31)
La lectura que escucharemos del libro del Eclesiástico, es un texto lleno de imágenes poéticas, un himno a la sabiduría. A nuestra Madre, la Virgen María, la alabamos en las letanías como el «Trono de la sabiduría». Escuchemos.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Eclesiástico: 24,23-31
Yo soy como una vid de fragantes hojas
y mis flores son producto de gloria y de riqueza.
Yo soy la madre del amor,
del temor del conocimiento
y de la santa esperanza.
En mí está toda la gracia del camino y de la verdad,
toda esperanza de vida y de virtud.
Vengan a mí, ustedes,
los que me aman y aliméntense de mis frutos.
Porque mis palabras son más dulces que la miel
y mi heredad, mejor que los panales.
Los que me coman seguirán teniendo hambre de mí,
los que me beban seguirán teniendo sed de mí;
los que me escuchan no tendrán de qué avergonzarse
y los que se dejan guiar por mí no pecarán.
Los que me honran tendrán una vida eterna.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 66)
Llenos de alegría por la fiesta de nuestra madre santísima, bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe, alabemos al Señor con el salmo 66 diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 66, 2-3. 5. 7-8
R. Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R.
Monición a la segunda lectura (Tito 2, 11-14)
San Pablo nos recordará el misterio por el cual Dios se hizo hombre, encarnándose en una mujer, para hacernos hijos adoptivos de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito 2, 11-14
Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres, enseñándonos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y a llevar ya desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa, aguardando la dicha que esperamos: la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo.
Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad y para prepararse un pueblo purificado, dedicado a las buenas obras
Palabra de Dios.
O bien:
Monición a la segunda lectura (Gálatas 4, 4-7)
La razón de ser de toda la grandeza de María es su maternidad divina: Dios la eligió «cuando se cumplió el tiempo», para que el Mesías y Salvador naciera de ella, «para rescatar a los que estaban bajo la ley». Escuchemos este mensaje de San Pablo, que nos recuerda que el Centro de la historia de nuestra salvación es Cristo, nacido de una Mujer.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 4, 4-7
Hermanos:
Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.
Como sois hijos, Dios envió a vuestros corazones al Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abba! (Padre). Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.
Palabra de Dios.
Monición al Evangelio (Lucas 2, 1-14)
Las profecías del Antiguo Testamento, sobre el nacimiento del Salvador, se cumplen cuando María da a luz al Hijo de Dios. Preparémonos para unirnos a la alegría de los Ángeles ante tan grande acontecimiento.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 1-14
En aquel tiempo, salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer un censo del mundo entero.
Éste fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad.
También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaba allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada.
En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño.
Y un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor.
El ángel les dijo:
—«No temáis, os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre».
De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
—«Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Opción 1
Presidente: Pongamos, hermanos, nuestros ojos en Jesús que, para salvar al mundo, quiso nacer de Santa María Virgen, y oremos por nuestra nación y por el bien de todo el mundo. Diremos todos:
«Por intercesión de María de Guadalupe, escucha nuestra oración»
- Por nuestra santa Iglesia, para que, como María, sea dócil para acoger la intervención de Dios en la historia y esté siempre dispuesta a adherirse al soplo del Espíritu Santo. Roguemos al Señor.
- Por el Papa Francisco, los obispos y los sacerdotes, para que siempre cuenten con la protección de la Santísima Virgen María de Guadalupe, especialmente cuando el ejercicio de su ministerio se vuelve difícil por las adversidades de la vida. Roguemos al Señor.
- Por los países ensangrentados por la violencia y por regímenes dictatoriales, para que la Santísima Virgen María de Guadalupe suscite en los corazones de sus gobernantes iniciativas de diálogo y de protección y defensa de la paz y la justicia. Roguemos al Señor.
- Por las comunidades indígenas de América Latina, para que su cultura sea respetada y preservada por las autoridades competentes y se les brinde el apoyo gubernamental para su progreso y desarrollo. Roguemos al Señor.
- Por los que sufren y se sienten decaídos, para que La Santísima Virgen María, que sufrió crueles dolores al pie de la cruz, sea su consuelo y esperanza. Roguemos al Señor.
- Por quienes ahora celebramos a Nuestra Señora de Guadalupe, para que nos sintamos orgullosos de nuestra cultura y defendamos nuestras costumbres y tradiciones cristianas. Roguemos al Señor.
Presidente: Dios nuestro, que has querido que santa María de Guadalupe fuera ayuda y patrona de nuestros pueblos, escucha nuestras plegarias y has que, confiando en su ayuda poderosa, obtengamos los bienes quete hemos pedido. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
Opción 2
Elevemos nuestras plegarias a Dios todopoderoso, confiándonos a la poderosa intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe -Madre de Dios y Madre nuestra- especial protectora y abogada de nuestros pueblos, especialmente los de América Latina, y digamos con fe:
«Por intercesión de María de Guadalupe, escucha nuestra oración»
- Para que la Iglesia en el Continente Americano siga creciendo, inspirada en el modelo de nuestra Señora de Guadalupe. Oremos.
- Para que los gobiernos de nuestro continente trabajen unidos en la búsqueda de la paz, progreso y libertad para nuestros pueblos. Oremos.
- Por las comunidades indígenas de nuestro continente, para que su cultura sea respetada y preservada por las autoridades competentes. Oremos.
- Por los pueblos más pobres de nuestro continente, para que la gracia de Dios se traduzca en el auxilio que les lleve el bienestar necesario. Oremos.
- Por quienes ahora celebramos a Nuestra Señora de Guadalupe, para que imitando sus virtudes progresemos cada día en nuestra conversión. Oremos.
Presentación de las Ofrendas
Con María, presentemos al Señor Pan y Vino. También nuestra fe y confianza en Dios, para que él la aumente y nos haga vivir como María.
Comunión
Con la sencillez y humildad con las que María recibió a Jesús en su seno, nosotros nos acercamos a comulgar. Cantemos todos.
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Final
La celebración de hoy nos impulsa a seguir preparándonos para las celebraciones navideñas que se nos aproximan. María, a quien hoy hemos celebrado, nos sirve de modelo de espera. Dispuestos a imitarla, vayamos a nuestros hogares.
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