Monición de entrada
Bienvenidos queridos hermanos a la celebración de esta Santa Misa, en la Solemnidad de Santa María Madre de Dios, con la que también celebramos la Jornada Mundial de la Paz.
La fiesta de hoy tiene varias direcciones: es el comienzo del año civil (la más popular), es la octava de la Navidad, el día en que Jesús fue circuncidado y le pusieron ese nombre, la jornada de oración por la paz (que podría motivar de modo especial la oración por la paz del mundo y el gesto de la paz mutua antes de comulgar). Pero, sobre todo, es la solemnidad de Santa María Madre de Dios.
Aunque el protagonista de todo el tiempo de la Navidad es Cristo Jesús, el recuerdo de la Virgen en la octava de la Navidad no le quita al Hijo ninguna importancia y nos ayuda a todos a vivir mejor la Navidad.
Comencemos esta Santa Misa con mucho gozo. De pie y cantamos…
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Moniciones a las lecturas
Monición única para todas las lecturas
En el inicio de un nuevo año todos deseamos también el comienzo de algo nuevo. las lecturas que ofrece la liturgia de hoy están en consonancia con todo ello, pues todas hablan de bendición. La fórmula del libro de los Números expresa el deseo de que Dios proteja a su pueblo. En el evangelio, la bendición se hace carne con el nacimiento de Jesús. La bendición, en la segunda lectura, se muestra en el ser hijos, no esclavos, herederos de la casa de Dios. Escuchemos con mucha atención.
Moniciones para cada lectura
Monición a la primera lectura (Nm 6, 22-27)
Escucharemos del Libro de los Números una fórmula de bendición que tiene muy buen sentido el día de hoy: también nosotros necesitamos, para todo el año que empieza, esa bendición de Dios, que ahora está llena de mayor contenido, desde la venida de Cristo Jesús a nuestra familia.
Lectura del Libro de los Números 6, 22-27
El Señor habló a Moisés:
—«Di a Aarón y a sus hijos: Esta es la fórmula con que bendeciréis a los israelitas:
«El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti
y te conceda su favor;
El Señor se fije en ti
y te conceda la paz».
Así invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré».
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Sal 66)
El salmo 66 bellamente prolonga la primera lectura, pidiendo para nosotros que «el Señor tenga piedad y nos bendiga», y lo hace no sólo para nosotros, sino para todos los pueblos de la tierra. Contestaremos todos:
Salmo responsorial: Salmo 66, 2-3. 5. 6 y 8 (R.: 2a)
R. El Señor tenga piedad y nos bendiga.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros:
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud,
y gobiernas las naciones de la tierra. R.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R.
Monición a la segunda lectura (Ga 4, 4-7)
La lectura de San Pablo a los habitantes de Galacia nos recuerda el gran don que nos otorgó Jesús al hacerse hombre y nacer de la Virgen María, pues ese misterio nos hizo ser hijos de Dios por adopción.
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 4, 4-7
Hermanos:
Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.
Como sois hijos, Dios envió a vuestros corazones al Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abba! (Padre). Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.
Palabra de Dios.
Monición al evangelio (Lucas 2, 16-21)
María, la Madre de Dios, aparece en el siguiente relato cumpliendo la ley judía y conservando en su corazón todas las maravillas que sucedían en torno a su recién nacido, Jesús.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 16-21
En aquel tiempo los pastores fueron corriendo y encontraron a María y a José y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, les contaron lo que les habían dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho.
Al cumplirse los ocho días tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Opción 1
Presidente: Unidos a la fe de la Bienaventurada Virgen María, presentemos al Padre nuestras oraciones y digamos:
Haz nuestra fe como la de María, Señor.
- Por la Iglesia, para que, como María, sea dócil para la acogida de la intervención de Dios en la historia y esté dispuesta siempre a aceptar y dejarse mover por el soplo del Espíritu Santo. Oremos.
- Por el Papa Francisco, para que la Virgen María sea su protección y guía, que aliente e ilumine cada uno de sus pasos, para el bien de toda la Iglesia. Oremos.
- Por la paz en el mundo, para que todos los responsables políticos vivan su labor con responsabilidad y atención al pueblo, promoviendo iniciativas de solidaridad y paz, con el fin de arrancar de nuestra sociedad todo indicio de violencia y guerra. Oremos.
- Por todos los enfermos de nuestra sociedad, para que puedan gozar de la presencia consoladora, intercesora y maternal de María Santísima, y se dejen acompañar por ella con confianza y ofrecimiento paciente. Oremos.
- Por todos nosotros, para que aprendamos de María su capacidad de escucha de la Palabra de Dios y su disponibilidad al servicio de los hermanos. Oremos.
Presidente: Te bendecimos, Padre, porque has donado a tu Iglesia a la Santísima Virgen María. Por sus manos premurosas te hemos dirigido estas oraciones. Escúchalas, Padre, y atiéndelas en tu infinita bondad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Opción 2
Presidente: Al Padre que ha escogido a María, llena de gracia, como Madre de su Hijo amado, dirijamos nuestras oraciones diciendo:
«María, llena de gracia, intercede por nosotros».
- Por la santa Iglesia de Dios: que como María, sepa guardar en su corazón la Palabra de Dios; que abrace en la fe y cuide con ternura a todo hombre, ayudándole a conocer cada vez más a Jesús. Oremos
- Por la paz en el mundo: que la Jornada Mundial de la Paz que hoy celebramos sea una llamada firme para todos los que dirigen los destinos de las naciones, para que siempre busquen la justicia, la reconciliación y la concordia. Oremos
- Por los niños y adolescentes que recibirán los sacramentos de la iniciación cristiana, los jóvenes que se casarán y aquellos que se consagrarán al Señor, en este año que comienza. Que el Señor los sostenga en su vida cristiana. Roguemos al Señor
- Por nosotros, para que el año 2023 esté lleno de la bendición de Dios y compartamos ese don con todos nuestros familiares, amigos y vecinos. Roguemos al Señor
Presidente: Escucha, Padre de bondad, por intercesión de María Santísima, las oraciones que tus hijos te hemos presentado. Atiéndelas según tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Presentación de las ofrendas
Como María, junto al pan y el vino ofrezcamos nuestras vidas al Señor. Cantemos todos.
Comunión
Orando por un año de prosperidad, que hoy iniciamos, acerquémonos a recibir el pan que del Cielo baja, para alimentarnos en esta travesía hacia la Patria Celestial. Cantemos..
Final
Feliz Año Nuevo para todos. Vayamos ahora a transmitir nuestra bendición a los que nos rodean, llevando un mensaje de alegría y optimismo al iniciar un nuevo año.
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