El anuncio de la beatificación
El día 27 de agosto, la Conferencia Episcopal de El Salvador emitió un comunicado sobre la beatificación de 4 mártires salvadoreños, que ofrendaron su vida y dieron testimonio de su fe durante la guerra que sufrió el país centroamericano en la década de los 80. Nos referimos los siervos de Dios: el P. Rutilio Grande, SJ., el señor Manuel Solórzano, el joven Nelson Rutilio Lemus y Fray Cosme Spessotto OFM.
El Papa Francisco delegó al cardenal salvadoreño Gregorio Rosa Chávez para que presida la celebración de beatificación, que será el día sábado 22 de enero de 2022 en San Salvador.
Esta será la segunda beatificación en El Salvador, después de la de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, presidida por el cardenal Angelo Amato y que se llevó a cabo en la Plaza Salvador del Mundo de la ciudad de San Salvador el día 23 de mayo de 2015, con una asistencia de aproximadamente 300,000 personas (canonizado el 14 de octubre de 2018 en Roma).
El Martirio de Rutilio dio un giro en la pastoral de San Oscar Romero
La muerte del P. Rutilio Grande, un jesuita de 48 años, y los laicos campesinos Manuel Solórzano, de 72 años y el Nelson Rutilio Lemus, de 16 años, sucedió el día 12 de marzo de 1977, cuando fueron emboscados por la Guardia Nacional de El Salvador, que ametralló el vehículo en el que viajaban los tres ocupantes, asesinándolos a sangre fría.
El P. Rutilio se dirigía, con sus dos acompañantes, a celebrar la eucaristía en El Paisnal, cuando fueron asesinados y convertidos así en los protomártires de una persecución sin piedad que desataron los militares contra la Iglesia salvadoreña. Después de ellos fueron asesinados muchos catequistas y delegados de la palabra, además de sacerdotes y religiosas. El Caso más conocido es el del ya canonizado, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, ocurrido el 24 de marzo de 1980, mientras celebraba una misa en una capilla de San Salvador.
Precisamente ante el cadáver de los tres asesinados, Monseñor Romero llegó a afirmar que el P. Rutiio le había abierto los ojos. Era su gran amigo y su muerte marcó la conversión del Arzobispo de San Salvador en defensor de los pobres y en la voz de aquellos que no tenían voz.
Y es que a partir de ese momento, Romero decidió no participar en acto alguno del Gobierno de El Salvador mientras no se investigara el crimen y no dejó de levantar su voz profética contra el Gobierno y contra la clase dominante. El domingo 20 de marzo suspendió todos los servicios religiosos de la archidiócesis y celebró una sola misa delante de la catedral, a la que asistieron decenas de miles de personas.
Fray Spessotto.
También será beatificado el italiano Cosme Spessotto, sacerdote de la Orden de los Frailes Menores, nacido el 28 de enero de 1923 en Mansué, Italia, y quien llegó a El Salvador en 1950.
Por su trabajo en favor de las personas vulnerables salvadoreñas, fue amenazado de muerte y asesinado el 14 de junio de 1980 mientras se encontraba arrodillado en un banco de la iglesia de San Juan Nonualco, departamento de La Paz, por dos personas que, usando pelucas que ocultaban su identidad, entraron y le dispararon con una ametralladora.
Pedimos a los siervos de Dios y futuros beatos Rutilio, Cosme, Manuel y Nelson, su intercesión por la paz en El Salvador, azotado por la violencia de las pandillas, y por la paz en el mundo, cuyas guerras no terminan y están acabando con la vida de muchos inocentes.
Que así sea.