Monición de entrada
Queridos hermanos, en el decimotercer domingo del Tiempo Ordinario nos agrada recibirles nuevamente en la casa de Dios para celebrar esta Santa Misa.
Las lecturas hoy nos siguen mostrando los milagros con los que Jesús revela progresivamente su condición divina. Si el domingo pasado era tempestad del lago la que calmaba, hoy aparece como Señor de la enfermedad y de la muerte.
Con una fe firme en Dios Todopoderoso, comencemos la celebración de esta Santa Eucaristía. De pie, cantemos todos…
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Moniciones a las lecturas
Opción 1: Monición única para todas las lecturas
La idea que da unidad a todas estas lecturas de hoy es que Dios es amigo de la vida. Es el Dios de la inmortalidad, el Dios que llama a compartir fe y bienes materiales, y el Dios que se ha mostrado Señor de la vida en Jesucristo. Acogerle puede colmar de fecundidad nuestra existencia, por eso dispongamos todo nuestro ser para escuchar atentos esta buena noticia que la liturgia nos trae en este domingo.
Opción 2: Moniciones para cada lectura
Primera lectura (Sabiduría 1, 13-15; 2, 23-24)
El autor del libro de la Sabiduría hoy nos ofrece una visión de Dios y del hombre que responde a una de las convicciones básicas del creyente bíblico sobre el origen de la muerte. Escuchemos atentos.
Salmo responsorial (Salmo 29)
Con el salmo 29, manifestemos nuestra confianza en la voluntad de Dios diciendo juntos:
Segunda lectura (2 Corintios 8, 7. 9. 13-15)
Con los argumentos necesarios, Pablo anima a las comunidades pudientes, como la de Corinto, a ser generosos con las comunidades más necesitadas. Escuchemos este mensaje que es para nosotros ahora.
Evangelio (Marcos 5, 21-43)
El texto del Evangelio de hoy nos muestra la respuesta de fe que los discípulos no pudieron dar en la lectura del domingo pasado. Marcos nos narra dos milagros de Jesús, intercalados el uno en el otro, y los dos realizados a beneficio de dos mujeres.
De pie, cantemos el aleluya…
Oración de los fieles
Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, por Jesucristo, su Hijo, en la unidad del Espíritu Santo, y presentemos nuestras oraciones con la fe de los personajes del Evangelio de hoy.
Digamos todos: Señor, escucha nuestra oración.
- Por la Santa Iglesia de Dios, para que sepa guiar a los fieles al encuentro con Cristo, sea animadora de la fe, y dé siempre testimonio creíble. Oremos.
- Por los gobernantes de las naciones más poderosas y desarrolladas, para que compartan también sus bienes con los países más necesitados. Oremos.
- Por los que sufren en el mundo, especialmente los enfermos, para que la Palabra que hoy hemos escuchado incremente en ellos la fe y puedan ser sanados de sus enfermedades físicas y espirituales. Oremos.
- Por todos nosotros aquí reunidos, para que recibamos hoy la gracia de acrecentar nuestra fe y permitir que Dios obre en nuestra vida. Oremos.
Presentación de las Ofrendas
Hermanos, con los dones eucarísticos podemos ofrecer la ofrenda económica y todas nuestras buenas obras. Así el pequeño pan y el sencillo vino adquieren la riqueza de la vida que se ofrece. Cantemos todos.
Comunión
Vamos cantando a comulgar el Cuerpo del Señor Jesús. Recibamos con fe la Vida nueva que transforma nuestra condición de pecadores en criaturas nuevas, en hijos de Dios.
Final
Queridos hermanos, la misa ha terminado, pero nuestra misión en el mundo continúa. Llevemos un mensaje de esperanza a aquellos conocidos nuestros que viven agobiados por las enfermedades y angustias de este mundo.