Monición de entrada
Queridos hermanos, bienvenidos a la casa de Dios para compartir el Banquete eucarístico en el decimocuarto domingo del Tiempo Ordinario.
Dentro del ajetreo de las ocupaciones a lo largo de la semana, representa la misa
dominical una pausa de reflexión para conocer mejor lo que somos, por qué trabajamos.
Presentémonos hoy ante Dios con nuestras luces y sombras y pidamos que aumente nuestra fe en esta Santa Misa. Cantamos todos; de pie por favor…
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Moniciones a las lecturas
Opción 1: Monición única para todas las lecturas
Las tres lecturas de hoy nos presentan un panorama de rechazo a la Palabra y los profetas. El profeta Ezequiel es enviado por Dios a un pueblo rebelde y testarudo que rechaza la Palabra. También Jesús tropieza con la misma experiencia y se sorprende de la falta de fe de sus paisanos. Pero el mensajero de la Palabra nunca se viene abajo, afirma San Pablo en la lectura de la segunda carta a los corintios.
Con mucha atención nosotros sí escuchemos atentos y aceptemos esta Palabra.
Opción 2: Moniciones para cada lectura
Primera lectura (Ezequiel 2, 2-5)
El profeta Ezequiel recuerda el origen de su misión y justifica así su predicación: ha sido Dios quien le ha enviado a un pueblo obstinado en su rebeldía y quien le ha puesto sobre aviso. Es un pueblo que no escucha. Con mucha atención escuchemos.
Salmo responsorial (Salmo 122)
El salmista se pone de la parte del profeta al que no le hacen caso, pero no pierde la esperanza, y pide a Dios que le ayude en esos momentos tan críticos. Nosotros también clamamos a Dios diciendo:
Segunda lectura (Corintios 12, 7b-10)
En el el último pasaje que en el leccionario dominical leemos de la segunda
carta a los Corintios, Pablo confiesa las «debilidades» que experimenta en su vida, fortalecido siempre por la esperanza en la ayuda de Dios, que hace posible que el anuncio de la Palabra siga adelante.
Evangelio (Marcos 6, 1-6)
Ningún profeta es bien recibido en su patria. El texto que escucharemos de San Marcos nos dice que también Jesús fue aislado como Ezequiel y Pablo.
Cantando el aleluya, preparémonos para que el mensaje de Jesús sí encuentre eco en cada uno de nosotros.
Oración de los fieles
- Por la Iglesia, especialmente por el Papa Francisco, para que su voz profética sea escuchada y acogida por todos los hombres, oremos al Señor.
- Para que todos trabajemos por construir la paz en el mundo. Oremos al Señor.
- Por todos los que sufren, para que comprendan que en su debilidad triunfa el poder de Cristo, oremos al Señor.
- Por nosotros, para que escuchando la Palabra de Dios con corazón noble y bueno, produzcamos abundantes frutos de santidad, oremos al Señor.
Presentación de las Ofrendas
Con las ofrendas del pan y el vino, ofrezcamos también al Señor nuestras dudas, para que él nos regale una fe profunda… Cantemos todos