El Demonio no soporta que los esposos se amen
(Por Ing. Mardoqueo Sánchez)
“¡No soporto que se amen!”, fue la respuesta inmediata y clara que le lanzó un demonio al exorcista italiano P. Sante Babolin durante uno de los “combates”, cuando el sacerdote le cuestionó por qué estaba causando problemas a la esposa de un amigo…
En una ocasión, mi esposa me llamó para que fuera en ese mismo instante a unirme en oración con ella, pues en la televisión un predicador iba a comenzar una oración por los matrimonios, para que el demonio llamado «Asmodeo» dejara de atormentarlos.
Me despertó curiosidad el nombre de dicho demonio, sin embargo ahí lo dejé, no investigué nada sobre el mismo. Pero el 6 de agosto de 2014, leía en aciprensa.com el siguiente titular: «El demonio no soporta que los esposos se amen, revela exorcista» . Eso me impulsó aún más a profundizar más sobre el efecto que el matrimonio produce en Satanás, para que reaccione en contra de esta institución.
El mencionado artículo dice que el exorcista italiano P. Sante Babolin durante uno de los “combates” con Satanás, le preguntó por qué estaba causándole problemas a la esposa de un amigo. Satanás respondió: “¡No soporto que se amen”. Y el exorcista explica que la razón de ese odio surge porque el Matrimonio es el sacramento más cercano a la Eucaristía:
Me explico: en la Eucaristía, nosotros ofrecemos al Señor el pan y el vino, que por la acción del Espíritu Santo, se convierten en la Carne y Sangre de Jesús. En el Sacramento del Matrimonio se actúa algo semejante: por la gracia del Espíritu Santo, el amor humano se convierte en el amor divino, así que, de manera real y particular, los esposos, consagrados por el Sacramento del Matrimonio, realizan lo que dice la Sagrada Escritura: ‘Dios es amor: quien conserva el amor permanece en Dios y Dios con él.
Si Satanás siendo odio no tolera el amor, ahí donde haya amor, intervendrá astutamente para conseguir odio, desunión.
Roberto Ítalo Zanini, en su libro “Más Fuertes que el Mal”, basado en las sesiones de exorcismo practicadas por el Padre Amorth, habla de esas “Puertas abiertas para el diablo”, y dice que, por el hecho mismo de una familia estructurada haya sido el ambiente en que Jesús escogió nacer y crecer, hace de ella un destino privilegiado para Satanás. Por eso hay tanta degradación del matrimonio, de la familia en nuestros tiempos y tantos ataques de Satanás que destruyen: infidelidades, paternidad irresponsable, libertinaje sexual, lesbianismo, homosexualismo, drogadicción, alcoholismo, machismo, feminismo y tantas formas que el enemigo del amor usa para dividir y destruir a las familias.
Quienes propagan y defienden la ideología de género, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la adopción de hijos por parejas de homosexuales o lesbianas, son nada más un instrumento fuerte con el que Satanás está masacrando la institución sagrada del Matrimonio y la Familia. Los medios de comunicación se prestan con facilidad para difundir esos «nuevos estilos de vida», ahora ya tan abiertamente, ni siquiera vía mensajes subliminales, sino abiertamente, sin tapujos. O la gente no entiende lo que se esconde detrás de todos esos movimientos, o libremente se presta para ser instrumentos diabólicos y destructores de las familias y su estructura natural instituida por Dios.
El Papa Francisco dijo en una entrevista publicada por Radio Vaticana el 27 de octubre de 2014, que la familia, el matrimonio, nunca fue tan atacada como ahora. A la familia le pegan de todos lados y queda muy herida, entra en crisis.
Los cambios culturales van haciendo surgir nuevas necesidades y por ello muchas veces los hogares se disuelven. Madres que se quedan solas con sus hijos por la partida de su esposo al extranjero en busca de un mejor destino, y no en pocos casos, esposos que se quedan solos con sus hijos por la partida de su esposa. Esto provoca, en general, la pérdida del amor en el matrimonio. Y la ausencia de una figura paterna o materna, va distorsionando el correcto desarrollo de los hijos, convirtiéndolos en presa fácil de la delincuencia, las drogas u otros vicios.
Satanás destruye el amor entre los esposos también a través de las tentaciones. Hace caer a uno de los dos en el matrimonio, o a ambos, presentándole ofertas atractivas que desvían el amor hacia afuera del matrimonio.
En otras tantas ocasiones Satanás se vale de los celos, de la intervención de terceras personas a través de los chismes, o de familiares que no dejan de meter su mano en la relación de los esposos.
Roberto Ítalo Zanini, en el libro y tema ya mencionado, cuenta el caso de una esposa atormentada por su suegra, quien enloqueció de celos y no quería que su hijo se le fuera a vivir a otro hogar.
Esta esposa resultó hasta con problemas de salud e incluso dejó de amar a su esposo. Por eso tuvo que ir a donde un exorcista y permitir que un grupo de Renovación Carismática llegara a orar por ese matrimonio. Ante esas oraciones, el demonio gritaba: No quiero irme, no quiero irme!. Pero un día logró liberarse y todo se restableció en su hogar (Cf. Más Fuertes que el Mal, pág. 102).
Por eso el Papa Francisco ha pedido en reiteradas ocasiones que los matrimonios oren juntos. Que se rece el rosario en familia y que las parejas nunca vayan a dormirse sin haberse perdonado y restablecido la paz entre ellos. Eso evitará que Satanás siga destruyendo el amor y sembrando odio y desunión.
Es bueno que entre los matrimonios se cierren todas las puertas por las que el enemigo pueda entrar, por eso debe haber perdón inmediato de cada ofensa, y no acumularlas para hacer un problema cada vez más grande. Por eso es excelente la recomendación del Papa Francisco, al ir a la cama, antes de acostarse a dormir, ambos se pidan perdón, aunque no sepan de qué, por que a veces hay ofensas que quedan inadvertidas por el victimario, pero que hieren a la víctima. Pedir perdón es ir a la cama sanos, dormir en paz y, al amanecer un nuevo día, comenzar tambié «como nuevos», sin rencores, sin heridas, sino con una armonía y una energía positiva que facilite al amor las vías por las que fluya con facilidad entre la pareja.
Cuando el amor comienza a faltar entre la pareja, hay que examinar primero dónde están esas puertas abiertas por las que Satanás está haciéndolo desaparecer y cerrarlas de inmediato, antes de que sea demasiado tarde.