Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos. Nos reunimos en la casa de Dios para celebrar las santa misa diaria, en el miércoles de la vigésimo quinta semana del tiempo ordinario.
En las lecturas de hoy, somos llamados a reflexionar sobre la confianza en la divina Providencia. Abandonados en esa providencia, cantemos todos para iniciar la santa misa de hoy.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Proverbios 30, 5-9)
Los últimos pensamientos que leemos del Libro de los Proverbios se basan también en el valor de la Palabra de Dios, que es nuestro mejor tesoro y escudo. Son muy breves pero muy densas las dos peticiones que el sabio le ha hecho a Dios. Escuchemos.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de los Proverbios 30, 5-9
La palabra de Dios es acendrada,
él es escudo para los que se refugian en él.
No añadas nada a sus palabras,
porque te replicará y quedarás por mentiroso.
Dos cosas te he pedido;
no me las niegues antes de morir:
aleja de mí falsedad y mentira;
no me des riqueza ni pobreza,
concédeme mi ración de pan;
no sea que me sacie y reniegue de ti,
diciendo: «¿Quién es el Señor?»;
no sea que, necesitando,
robe y blasfeme el nombre de mi Dios.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Tobías 13, 2. 4. 6. 7. 8)
El salmo 118 destaca la alegría y la bendición que se encuentran en la Palabra de Dios. Unámonos al salmista diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 118, 29. 72. 89. 101. 104. 163
R. Lámpara es tu palabra para mis pasos, Señor.
Apártame del camino falso,
y dame la gracia de tu voluntad. R.
Más estimo yo los preceptos de tu boca
que miles de monedas de oro y plata. R.
Tu palabra, Señor, es eterna,
más estable que el cielo. R.
Aparto mi pie de toda senda mala,
para guardar tu palabra. R.
Considero tus decretos,
y odio el camino de la mentira. R.
Detesto y aborrezco la mentira,
y amo tu voluntad. R.
Monición al Evangelio (Lucas 9, 1-6)
Leemos hoy como evangelio la versión lucana del discurso misionero de Jesús, que ya había elegido a los doce apóstoles. Ahora les envía con poder y autoridad a una primera misión evangelizadora, dándoles instrucciones precisas de lo que deben hacer.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 1-6
En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades.
Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles:
—«No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco llevéis túnica de repuesto.
Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio.
Y si alguien no os recibe, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa».
Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando el Evangelio y curando en todas partes.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Enviados por el Señor a anunciar su Reino y a llevar la salvación de su amor, oremos para que nos revista de su fuerza y nos fortalezca en la fe. Digamos juntos:
Venga tu Reino, Señor.
- Por la Iglesia: para que anuncie el Reino de Dios en la pobreza y en la debilidad, apoyándose únicamente en la fuerza del Señor y de su amor. Oremos.
- Por todos los pastores y los ministros de la Iglesia. Que vivan su misión con la libertad y el entusiasmo de los primeros apóstoles, libres de todo apego a los bienes y riquezas. Oremos.
- Por todos los hermanos que viven graves situaciones de sufrimiento, por enfermedad, pobreza, soledad y cualquier tipo de dificultad. Que se abran a acoger la visita del Señor que trae su salvación y sana con su amor. Oremos.
- Por nosotros aquí presentes: para que, renovados por el encuentro con el Señor, vayamos al encuentro de los hermanos llevando la riqueza de su amor y la alegría de su Palabra. Oremos.
Presidente: Señor, que quieres que todo hombre conozca la palabra de vida que has venido a traernos, haznos dóciles instrumentos de tu amor, despójanos de todo poder y revistenos solamente de ti. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Presentación de las Ofrendas
Con las ofrendas de pan y vino, presentemos también nuestro compromiso con la evangelización.
Comunión.
Jesús, que también a nosotros nos envía a proclamar su Palabra, también nos alimenta con su Cuerpo y su Sangre. Acudamos con fe a comulgar.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 6, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia