Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches) hermanos. En el jueves eucarístico, día especial en el que también oramos por nuestros sacerdotes y celebramos la memoria de los santos Cosme y Damián, gemelos mártires, patronos de médicos, cirujanos y farmacéuticos. Les damos la más cordial bienvenida a la celebración de la santa misa.
Pedimos al Señor que nos permita deleitarnos en su presencia eucarística y que asista a todos los sacerdotes perseguidos en el mundo.
Anhelando que Cristo se haga presente en esta celebración, comencémosla con el canto de entrada.
->Haz clic aquí para unirte a nuestro Canal de Liturgia en Telegram
También te puede interesar:
- Moniciones para todos los días del ciclo B (2023-2024)
- ¿Qué son las moniciones en las celebraciones litúrgicas?
- La Oración Universal (Oración de los Fieles)
- Taller para lectores o proclamadores de la Palabra
- Cuál es el color y tamaño adecuado para el mantel del altar?
Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Eclesiastés 1, 2-11)
El libro del Edesiastés nos habla de una realidad que hoy en día nos cuesta mucho trabajo aceptar y por eso nos afanamos por trabajar y trabajar más de lo debido. Escuchemos esta instrucciones.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del libro del Eclesiastés 1, 2-11
¡Vanidad de vanidades, dice Qohelet;
vanidad de vanidades, todo es vanidad!
¿Qué saca el hombre de todas las fatigas
que lo fatigan bajo el sol?
Una generación se va,
otra generación viene,
mientras la tierra siempre está quieta.
Sale el sol, se pone el sol,
jadea por llegar a su puesto
y de allí vuelve a salir.
Camina al sur, gira al norte,
gira y gira y camina el viento.
Todos los ríos caminan al mar,
y el mar no se llena;
llegados al sitio a donde caminan,
desde allí vuelven a caminar.
Todas las cosas cansan
y nadie es capaz de explicarlas.
No se sacian los ojos de ver
ni se hartan los oídos de oír.
Lo que pasó, eso pasará;
lo que sucedió, eso sucederá:
nada hay nuevo bajo el sol.
Si de algo se dice: «Mira, esto es nuevo»,
ya sucedió en otros tiempos
mucho antes de nosotros.
Nadie se acuerda de los antiguos
y lo mismo pasará con los que vengan:
no se acordarán de ellos sus sucesores.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 89)
El salmo 89 es una meditación melancólica sobre la brevedad de la vida, que al final se levanta con una súplica de plenitud en las obras. Nos unimos al salmista diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17
R. Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.
Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó;
una vela nocturna. R.
Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R.
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R.
Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos. R.
Monición al Evangelio ( Lucas 9, 7-9)
La fama de Jesús se extiende y llega a oídos de Herodes Antipas, tetrarca de Galilea y Perea, el asesino de Juan el Bautista. El texto evangélico de hoy nos muestra el interés de Herodes por saber quién es Jesús.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 7-9
En aquel tiempo, el virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado, otros que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Herodes se decía:
—«A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?».
Y tenía ganas de ver a Jesús.
Palabra del Señor.
Comunión
Herodes tenía ganas de ver a Jesús. Nosotros no solo de verlo, sino de recibirlo en nuestro corazón, por eso nos acercamos con fe a comulgar.
Oración de los fieles
Presidente: Con confianza invoquemos al Padre para que nos conceda apoyarnos en su Hijo, con fe humilde y sincera. Por eso digamos juntos:
Señor, escucha nuestra oración.
- Por la Iglesia: para que sea signo de la novedad del Reino y sepa provocar e interpelar al hombre de nuestro tiempo, a pesar de la pobreza de los medios y de la debilidad de sus miembros. Oremos.
- Por las naciones que viven oprimidas por regímenes dictatoriales violentos: para que se abran a procesos pacíficos de democracia, libertad y justicia. Oremos.
- Por nuestra sociedad, que vive en la indiferencia del relativismo de la verdad y de los valores: para que no se encierre en si misma, sino que se abra a una confrontación viva con la verdad del Evangelio. Oremos.
- Por nosotros aqui reunidos: para que sepamos siempre reconocer la presencia del Señor en cualquier situación existencial, incluso en las más delicadas y dolorosas. Oremos.
Presidente: Padre Santo, que en tu Hijo, entregado a nosotros, nos has mostrado la necedad de la gloria de este mundo, abre nuestros ojos y nuestro corazón para que podamos reconocerte como nuestro único y sumo Bien. Te lo pedimos por el mismo Cristo nuestro Señor. Amén.
->Haz clic aquí para unirte a nuestro Canal de Liturgia en Telegram
También te puede interesar:
- Moniciones para todos los días del ciclo B (2023-2024)
- ¿Qué son las moniciones en las celebraciones litúrgicas?
- La Oración Universal (Oración de los Fieles)
- Taller para lectores o proclamadores de la Palabra
- Cuál es el color y tamaño adecuado para el mantel del altar?
Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 6, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia