Era tan, pero tan… más humor sano para compartir con la familia y amigos…
Era tan, pero tan…
– Era un muerto tan, pero tan educado… que cuando lo fueron a enterrar le dijo al sepulturero: «¡Pase usted primero!»
– Aguél médico era tan feo, pero tan feo… que cuando miraba por el microscopio, los microbios le sacaban la lengua.
– Era un hombre tan, pero tan egoísta… que no prestaba ni atención.
– Era un alumno tan, pero tan inteligente… que cuando la profesora borraba el ejercicio de la pizarra, él lo borraba también del cuaderno.
– Era un hombre tan, pero tan despistado… que se pasó dos horas en el espejo tratando de descubrir de quién era esa cara.
– Era un hombre tan, pero tan alto… que se tropezó un miércoles… y se cayó un viernes.
– Tenía la nariz tan, pero tan larga… que cuando iba a una cuadra de su casa, su nariz ya estaba en la cocina.
– Era un hombre tan, pero tan pequeño… que cuando se sentaba en el piso, sus pies le colgaban.
– Era una mujer tan, pero tan pobre… que se tuvo que embarazar para tener algo en la barriga.
– Era un hombre tan alto, pero tan alto… que vendía chicles en los aviones
– Era una señora tan gorda, pero tan gorda… que cuando iba al mar, subía la marea.
– Era una cama tan, pero tan pequeña… que el Ángel de la Guarda tenía que dormir en el piso.
– Era una señora tan gorda, pero tan gorda… que cuando se pesaba, la báscula decía: «Continuará…»
– Era tan delgado, pero tan delgado… que trabajaba limpiando mangueras por dentro.
– Era tan feo, pero tan feo… que no podía dormir, porque cuando venía el sueño, lo espantaba.
– Era tan feo, pero tan feo… que cuando iba al zoológico, tenía que comprar dos entradas, una para entrar y otra para salir (que entienda el que pueda)
– Era un futbolista tan malo, pero tan malo… que la única vez que metió un gol, lo falló en la repetición.
– Era un ladrón tan precavido, pero tan precavido… que cuando robaba en una tienda se llevaba los maniquíes para no dejar testigos.
– Era un comerciante tan optimista, pero tan optimista… que puso un negocio de venta de hielo en el Polo Norte.
– Era un hombre tan pequeño, pero tan pequeño… que en vez de viajar en «metro» viajaba en «milímetro».