Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches). Sean bienvenidos hermanos a la celebración del tercer Domingo de Adviento, llamado también “domingo de gaudete”, o de la alegría, por la primera palabra del introito de la Misa: Gaudete, es decir, regocíjense. Isaías y San Pablo son testigos hoy de ese gozo en las lecturas que escucharemos.
El motivo de esta alegría es muy profundo: Dios está cerca, viene a nuestra vida a cumplir sus promesas de salvación, Así que con ese gozo desbordante, comencemos esta celebración. De pie, cantamos jubilosos.
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Moniciones a las lecturas
Monición única para todas las lecturas
La venida del Señor tiene sus precursores, mensajeros que van por delante
allanándole el camino.
Ésa fue la tarea de los profetas en el Antiguo Testamento, pregoneros de la Buena Noticia de la salvación para los pobres, como leemos hoy en el libro de Isaías. Y ésa fue la misión de Juan Bautista, el último de ellos, cuya presencia en medio de Israel hace presentir ya próxima la llegada de Cristo. A este testimonio que hoy nos llega por medio del evangelista Juan se unen el salmo y la primera carta a los Tesalonicenses que nos invitan a vivir este anuncio del Adviento con profundo sentimiento de alegría.
Escuchemos atentos este mensaje.
Moniciones para cada lectura
Monición a la primera lectura (Isaías 61, 1-2a. 10-11)
Después del retorno de Babilonia, y cuando las promesas de Dios no parecían cumplirse, un mensaje de gozo y esperanza es dirigido por un enviado al pueblo de Israel. Escuchemos
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 61, 1-2a. 10-11
El desierto y el yermo se regocijarán,
se alegrarán el páramo y la estepa,
florecerá como flor de narciso,
se alegrará con gozo y alegría.
Tiene la gloria del Líbano
la belleza del Carmelo y del Sarión.
Ellos verán la gloria del Señor,
la belleza de nuestro Dios.
Fortaleced las manos débiles,
robusteced las rodillas vacilantes;
decid a los cobardes de corazón:
«Sed fuertes, no temáis.
Mirad a vuestro Dios,
que trae el desquite;
viene en persona, resarcirá y os salvará».
Se despegarán los ojos del ciego,
los oídos del sordo se abrirán,
saltará como un ciervo el cojo,
la lengua del mudo cantará.
Volverán los rescatados del Señor.
Vendrán a Sión con cánticos:
en cabeza, alegría perpetua;
siguiéndolos, gozo y alegría.
Pena y aflicción se alejarán.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Interleccional: Lc 1, 46-48. 49-50. 53-54
Esta vez el salmo responsorial no está tomado del AT, sino del evangelio. Es el Magníficat de la Virgen María, que hace eco al anuncio del profeta: «se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador». Contestaremos todos:
Interleccional: Lucas 1, 46-48. 49-50. 53-54
R. Me alegro con mi Dios.
El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,
hace justicia a los oprimidos,
da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R.
Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.R.
Monición a la segunda lectura (1 Ts 5, 16-24)
En el contexto de la «Alegría» de este domingo, para San Pablo esta alegría es profunda, porque quiere a sus cristianos constantes en la oración y en la acción de gracias, y con una actitud positiva en la vida. Es el mensaje que escucharemos a continuación.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 7-10
Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor.
El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la lluvia temprana y tardía.
Tened paciencia también vosotros, manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca.
No os quejéis, hermanos, unos de otros, para no ser condenados. Mirad que el juez está ya a la puerta.
Tomad, hermanos, como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.
Palabra de Dios.
Monición al Evangelio (Jn 1, 6-8. 19-28)
De nuevo aparece Juan, el Precursor, como protagonista del evangelio de hoy, presentándose como el testigo de la luz e invitando a la conversión. Preparémonos para la escucha de esta Palabra.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 2-11
En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos:
—«¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?».
Jesús les respondió:
—«Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo:
los ciegos ven, y los inválidos andan;
los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen;
los muertos resucitan,
y a los pobres se les anuncia el Evangelio.
¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!».
Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan:
—«¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta?
Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien está escrito:
“Yo envío mi mensajero delante de ti,
para que prepare el camino ante ti.”
Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él».
Palabra del Señor
Oración de los fieles
Opción 1
Presidente: Oremos al Señor, nuestro Dios, quien es fiel y cumple siempre sus promesas, para que nos disponga de corazón y de mente a acogerlo con espíritu de conversión. Hagámoslo diciendo todos:
Ven, Señor Jesús.
- Por toda la Iglesia, enviada al mundo para dar testimonio de la luz y de la verdad, para que sepa mostrar el rostro amoroso del Padre en Cristo a todos los que lo buscan. Oremos.
- Por los gobernantes y los encargados de llevar adelante el desarrollo de la sociedad, para que conduzcan a sus pueblos por los caminos de la justicia, la libertad y la paz. Oremos.
- Por los olvidados de la sociedad, para que, por la fe, puedan descubrir al que trae la buena noticia a los pobres, la alegría a los tristes y deprimidos, la salud a los enfermos, la libertad a los oprimidos. Oremos.
- Por los secuestrados y los privados de libertad, para que en este tiempo de Adviento puedan descubrir la esperanza de liberación que trae el niño Jesús, único salvador de la humanidad. Oremos.
- Por toda esta comunidad, reunida en torno al altar de Dios, para que nos preparemos con la oración y las obras de caridad a la venida de nuestro Salvador. Oremos.
Presidente: Acoge, Señor, nuestras oraciones, muéstranos tu misericordia y haznos ver pronto tu salvación. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Opción 2
Presidente: Llenos de gozo y confianza en el amor de Dios, que nos salva por medio de su Hijo unigénito, acudamos suplicantes a su bondad y presentémosle nuestras necesidades diciendo todos:
«Ven a salvarnos, Señor»
- Para que la Iglesia siga llevando la alegría de la salvación a todos los rincones del planeta, especialmente a los pobres y humildes. Oremos.
- Para que el mundo y sus gobernantes luchen por el progreso de los pueblos, generando bienestar para todos, en un ambiente de justicia, libertad y paz. Oremos.
- Para que los más necesitados, especialmente los que no tienen techo, este domingo se llenen de alegría al encontrar refugio y apoyo en todos nosotros. Oremos.
- Para que nosotros compartamos la alegría que nos trae Cristo en su Navidad, especialmente con aquellos que en el mundo viven sin esperanza. Oremos.
Presentación de las Ofrendas - Con las ofrendas de Pan y Vino, ahora presentamos al Señor nuestra gozosa espera de su llegada e nuestros corazones.
Comunión
Ahora vamos con alegría a recibir a Jesús en la Santa Comunión. Los que estén preparados se acercan a comulgar y todos cantamos con el gozo que nos da recibir a Jesús en nuestros corazones.
Final
«Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vieran a la fe». Esa es la misión que nosotros llevamos también hoy: vamos a ser testigos y dar testimonio de la luz de Cristo para aquellos que viven en la tristeza de las tinieblas, comenzando por los más allegados a nosotros.
Nos vamos también con la esperanza de encontrarnos nuevamente aquí el próximo domingo.
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