Para el sábado 25 de enero de 2025, ver Moniciones y Lecturas Fiesta de la Conversión de san Pablo
Monición de Entrada
Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos. En el sábado, con el que terminamos la segunda semana del tiempo ordinario, nos complace recibirles en la casa de Dios para la celebración eucarística de hoy.
Esta celebración la ofreceremos por las dudas que nos confunden muchas veces y afectan nuestra fe en Cristo Jesús, que se enfrentó a la incomprensión, incluso de su misma familia, como lo veremos en las lecturas de hoy.
Con fe, comencemos esta celebración eucarística con el canto de entrada. De pie, por favor.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Hebreos 9, 2-3. 11-14)
Hablando todavía del sacerdocio de Cristo, la carta a los Hebreos hoy nos hace una comparación de dos elementos importantes de Templo de Jerusalén con la nueva realidad de Cristo, Jesús. El templo mismo y los sacrificios.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos 9, 2-3. 11-14
Hermanos:
De hecho se construyó un tabernáculo, el primero, donde estaban el candelabro, la mesa y los panes presentados —éste se llama «el santo»—, y detrás de la segunda cortina el tabernáculo llamado «el santísimo».
Pero Cristo ha venido como sumo sacerdote de los bienes definitivos. Su tabernáculo es más grande y más perfecto: no hecho por manos de hombre, es decir, no de este mundo creado.
No usa sangre de machos cabríos ni de becerros, sino la suya propia; y así ha entrado en el santuario una vez para siempre, consiguiendo la liberación eterna.
Si la sangre de machos cabríos y de toros y el rociar con las cenizas de una becerra tienen el poder de consagrar a los profanos, devolviéndoles la pureza externa, cuánto más la sangre de Cristo, que, en virtud del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como sacrificio sin mancha, podrá purificar nuestra conciencia de las obras muertas, llevándonos al culto del Dios vivo.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 46)
Con el salmo 46, aclamemos a Dios como Rey de todos los pueblos. Digamos todos:
Salmo responsorial: Salmo 46, 2-3. 6-7. 8-9
R. Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas.
Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra. R.
Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad. R.
Porque Dios es el rey del mundo:
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado. R.
Monición al Evangelio (Marcos 3, 20-21)
En un texto corto que nos ofrece hoy el Evangelio de San Marcos, nos muestra una realidad un tanto paradójica: los mismos familiares no comprenden a Jesús.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 3, 20-21
En aquel tiempo, Jesús fue a casa con sus discípulos y se juntó de nuevo tanta gente que no los dejaban ni comer.
Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Dios ha entrado, mediante Cristo, directamente en el corazón del hombre para purificarlo, haciéndolo templo vivo para un culto espiritual. Por medio de Él, invoquemos al Padre y digamos todos:
Señor, haznos testimonio creíble de tu Evangelio.
- Por todos los sacerdotes, para que realicen su misión con ánimo y celo, haciendo que en sus acciones aparezca el amor ardiente y misericordioso del Padre por sus hijos. Oremos.
- Por las vocaciones, para que el Señor se digne llamar a su viña jóvenes valientes y fieles, llenos del espíritu de fortaleza, que sean afrontar con corazón generoso las alegrías y los sufrimientos que han de ofrecer por la difusión de la Buena Noticia. Oremos.
- Por los que gobierna las naciones, para que también ellos se muestren misericordiosos y generosos con el pueblo, lo dirijan con dedicación plena y desinteresada y estén siempre atentos a las necesidades más apremiantes. Oremos.
- Por las familias desintegradas por la separación forzada de quienes tienen que migrar a otros países buscando un mejor destino, para que el amor de Dios les mantenga siempre unidos y los vínculos familiares se fortalezcan con la oración. Oremos.
- Por todos nosotros, para que la participación en esta santa misa reavive en nosotros el espíritu de la Navidad ya próxima. Oremos.
Presidente: Señor, te pedimos que escuches nuestras oraciones por la Sangre de Cristo, derramada como la del cordero sin mancha por la redención de todos los hombres, para que, en la libertad, podamos servirte y alabarte eternamente. Te lo pedimos por el mismo Cristo nuestro Señor. Amén.
Presentación de las Ofrendas
Con las ofrendas de pan y vino que llevamos ahora al altar, ofrecemos también al Señor nuestras dudas para que Él nos ilumine con la luz del Espíritu Santo.
Comunión
Aunque a veces pudiera resultar difícil comprender el mensaje de Jesús, su presencia real en la Eucaristía es innegable para el que tiene fe. Acudamos cantando a comulgar.
Final
Llega el momento de retornar a nuestros hogares, agradecidos con Dios por los sacramentos que nos ha permitido celebrar. Mañana esperamos reunirnos una vez más para la misa dominical.
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Fuentes: Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 4, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia.