¿Qué es la Lectio Divina?
La Lectio Divina o Lectura Orante de la Palabra, es un método de lectura bíblica que nos lleva a la oración. Es orar con la Palabra; lectura orante de la Palabra.
Es una forma de lectura pausada de las Sagradas Escrituras que nos lleva a establecer un diálogo con Dios para saber lo que nos quiere decir por medio de un texto bíblico.
Es un método de oración, que suscita un encuentro personal con Dios, una forma que nos enseña a leer, meditar y vivir la Palabra.
Orígenes
Este método fue sistematizado en el siglo XII por los monjes cartujos, pero con indicios de su práctica ya entre las primeras comunidades cristianas y algunos padres de la Iglesia. Sus raíces se fundan en las sinagogas judías, donde la lectura, meditación y oración de las Escrituras eran enseñadas por los rabinos para una mejor comprensión de éstas.
Pasos para la Lectio Divina
Aunque no es un método que tenga reglas rígidas a seguir, hay algunos pasos que son fundamentales para conseguir nuestro objetivo:
1- Seleccionar el texto y lugar
La Lectio Divina puede hacerse en familia o de forma individual. Hay que elegir el texto, que puede ser el evangelio del día. También es importante seleccionar un lugar adecuado, donde no haya distracción
2. Oración al Espíritu Santo
Si el Espíritu Santo inspiró al autor sagrado, es también al Espíritu Santo a quien debemos invocar primero para que nos explique el contenido y nos introduzca en ese clima de oración con las Sagradas Escrituras.
Hay que hacer un silencio interior y entrar en la presencia del Señor. Puede hacerse un canto introductorio y alguna oración ya conocida al Espíritu Santo o una espontánea para pedir su presencia. Por ejemplo:
«Ven Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo para que nuestra mente y corazón sean iluminados y poder entender la Palabra que hoy vamos a meditar…»
3. Leer el texto (lectio)
Tanto si es en grupo como individual, es conveniente proclamar primero la Palabra en voz alta. Luego quedarse leyendo tantas veces sea necesario para identificar aquí todos los detalles que sobresalen en el texto leído: personajes principales y secundario, circunstancias, actitudes, lugares, expresiones, verbos, adjetivos, tiempos. No es lo mismo que un acontecimiento bíblico suceda en la mañana, que suceda en la tarde o en la noche. También es fundamental el tiempo de los verbos: pasado, presente o futuro. Todos esos detalles sirven para entender bien el mensaje.
Aquí respondemos a la pregunta «¿Qué dice el texto?»
4. Meditar la Palabra (Meditatio)
Aquí respondemos a la pregunta «¿Qué me dice el texto?»
Hacer una breve reflexión sobre el el texto leído. La lectura hecha, ¿Qué me dice a mí, personalmente? ¿Qué me sugiere? Mirar la escena y nuestra propia vida. ¿Cómo la estoy viviendo en mi familia, grupo, parroquia…?
Esta es una reflexión que, aunque se haga en grupo, se dice en primera persona: «¿Qué me dice a mí el texto?», no es «¿Qué nos dice…?» La reflexión es personal.
5. Orar con la Palabra (Oratio)
Aquí respondemos a la pregunta «¿Qué le decimos ahora al Señor?». Es la respuesta orante que surge del texto leído y meditado. Entramos en diálogo con el Señor en una oración que puede ser de acción de gracias, alabanza o petición.
Por ejemplo: «Gracias, Señor, por este mensaje que me llama a… por este mensaje que me ha reconfortado en… por este mensaje que aumente mi fe por…» O una petición: «Te ruego Señor que me ayudes a hacer vida este mensaje en el que me pides que…» o también «Te pido, Señor, que me perdones porque, a la luz de tu palabra, he descubierto que te estoy fallando en…»
6. Contemplar al que es la Palabra (Contemplatio)
¡Quiero identificarme contigo, Señor! Contemplo a Jesús: en el trasfondo de esta escena, en su vida.
Aquí nos acercamos al acontecimiento, a los hechos, a los personajes. Viajamos a Galilea, al mar, a la montaña, al lugar donde sucedió lo que hemos leído. Percibimos, olemos, sentimos la escena.
7. Vivir la Palabra, compromiso (Actio)
¿Qué debo hacer yo? ¿Qué quieres, Señor de mí? ¿A qué me compromete el mensaje de fe que hemos visto en este relato? Quienes se han encontrado con Jesús no pueden callar la noticia…
8. Oración de Acción de Gracias
Gracias, Padre, por tu presencia y cercanía en este rato de oración, y por la luz y la fuerza que nos has dado.
Ayúdanos a vivir según tu voluntad, sirviendo siempre a nuestros hermanos.
Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor. Amén.