Color: morado / Salterio: I Semana
Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches), queridos hermanos. Sean bienvenidos a la celebración de la Santa Misa en el primero domingo de cuaresma.
El miércoles hemos comenzado ya esta ruta de la Cuaresma, camino hacia la Pascua. Durante estos domingos y la Semana Santa, seremos testigos del inmenso amor que Dios nos tiene, llamándonos a la conversión y arrepentimiento, para gozar de la Resurrección de Cristo.
Agradeciéndole el detalle, comenzamos sellando en la Eucaristía la alianza que nos ofrece en Jesús, y que iremos renovando a lo largo de toda la Cuaresma. De pie, cantamos…
Moniciones a las lecturas
Opción 1: Monición única para todas las lecturas
Al iniciar la Cuaresma, el libro del Deuteronomio, cuando se refiere a la ofrenda de las primicias, recuerda inmediatamente la historia del éxodo y la liberación de Israel de la esclavitud. Como el salmista, también los judíos experimentaron en Egipto la compañía de Dios en la prueba. Pablo habla a los cristianos de Roma de la fe en Jesús, el Señor, que salva y libera de todos los demás “señores” que dividen y esclavizan. Y es que Jesús también fue capaz de superar la prueba gracias a la fuerza del Espíritu y de mantenerse libre ante otros “señores”. Escuchemos atentamente.
Opción 2: Moniciones para cada lectura
Monición a la primera lectura (Deuteronomio 26, 4-10)
En la serie de pasajes de la historia de la salvación que recordamos este año en las primeras lecturas, leemos hoy la «profesión histórica de fe» que propone Moisés a su pueblo cuando van a ofrecer las primicias ante el altar del Señor. Escuchemos.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Deuteronomio 26, 4-10
Dijo Moisés al pueblo:
—«El sacerdote tomará de tu mano la cesta con las primicias y la pondrá ante el altar del Señor, tu Dios.
Entonces tú dirás ante el Señor, tu Dios:
«Mi padre fue un arameo errante, que bajó a Egipto, y se estableció allí, con unas pocas personas.
Pero luego creció, hasta convertirse en una raza grande, potente y numerosa.
Los egipcios nos maltrataron y nos oprimieron, y nos impusieron una dura esclavitud.
Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros padres, y el Señor escuchó nuestra voz, miró nuestra opresión, nuestro trabajo y nuestra angustia.
El Señor nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, en medio de gran terror, con signos y portentos.
Nos introdujo en este lugar, y nos dio esta tierra, una tierra que mana leche y miel.
Por eso, ahora traigo aquí las primicias de los frutos del suelo que tú, Señor, me has dado».
Lo pondrás ante el Señor, tu Dios, y te postrarás en presencia del Señor, tu Dios».
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 90)
Con el salmo 90, manifestamos nuestra confianza puesta en el Señor, diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 90, 1-2. 10-11. 12-13. 14-15
R. Está conmigo, Señor, en la tribulación.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío,
Dios mío, confío en ti». R.
No se te acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos. R.
Te llevarán en sus palmas,
para que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás sobre áspides y víboras,
pisotearás leones y dragones. R.
«Se puso junto a mí: lo libraré;
lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé.
Con él estaré en la tribulación,
lo defenderé, lo glorificaré». R.
Monición a la segunda lectura (Romanos 10, 8-13)
Como eco a la primera lectura, Pablo propone a los cristianos de Roma una profesión de fe que tiene como centro a Cristo Jesús.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 10, 8-13
Hermanos:
La Escritura dice:
«La palabra está cerca de ti: la tienes en los labios y en el corazón».
Se refiere a la palabra de la fe que os anunciamos.
Porque, si tus labios profesan que Jesús es el Señor, y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás.
Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la salvación.
Dice la Escritura:
«Nadie que cree en él quedará defraudado».
Porque no hay distinción entre judío y griego; ya que uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan.
Pues «todo el que invoca el nombre del Señor se salvará».
Palabra de Dios.
Monición al Evangelio (Lucas 4, 1-13)
Este año las tentaciones de Jesús en el desierto las escuchamos tal como nos las cuenta el evangelista del año, Lucas. Preparemos nuestros oídos para escuchar con atención.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 4, 1-13
En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y, durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo.
Todo aquel tiempo estuvo sin comer, y al final sintió hambre.
Entonces el diablo le dijo:
—«Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan».
Jesús le contestó:
—«Está escrito: «No sólo de pan vive el hombre»».
Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo:
—«Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo».
Jesús le contestó:
—«Está escrito: «Al Señor, tu Dios, adorarás y a él sólo darás culto»».
Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo:
—«Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: «Encargará a los ángeles que cuiden de ti», y también: «Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras»».
Jesús le contestó:
—«Está mandado: «No tentarás al Señor, tu Dios»».
Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
La Cuaresma es un tiempo precioso y propicio para que, en el don de gracia de sus cuarenta días, el alma se convierta y el corazón purificado se dirija a Dios. Oremos por nuestra conversión y purificación diciendo juntos:
No nos dejes caer en la tentación, Señor.
- Por la Iglesia, para que este tiempo de Cuaresma sea la ocasión para tomar más conciencia de los dones recibidos con el bautismo, y seamos en el mundo, y para el mundo, profecía y testimonio del amor de Dios. Oremos.
- Por los gobernantes de las naciones, especialmente los de nuestro país, para que sientan la necesidad de recurrir a Dios para pedirle una mirada límpida y nueva, ciencia recta junto aun corazón puro para ver mejor las necesidades y llevar bienestar a todos. Oremos.
- Por los enfermos y los que sufren, para que, si es la voluntad de Dios, puedan sanar pronto y recobrar la salud y, para que tengan siempre a su lado personas que las cuiden y las asistan con amor. Oremos.
- Por todos nosotros, para que en este tiempo de Cuaresma Dios nos dé la fuerza de su Espíritu para poder mortificar nuestro cuerpo y ofrecerle un sacrificio agradable a su presencia. Oremos.
Presentación de las Ofrendas
Moisés invitaba a entregar al Señor los primeros frutos, porque había liberado al pueblo de la esclavitud. Nosotros ofrecemos pan y vino porque fuimos liberados del pecado. Mientras acercamos nuestros dones, cantamos…
Comunión
El pan transformado en Cuerpo del Señor se ofrece a nosotros. Vayamos a recibirlo para que fortalezca nuestro espíritu cuando enfrentemos las tentaciones. Cantamos…
Final
Dispuestos a dar la batalla contra las tentaciones que el mundo nos ofrece, vayamos a nuestros hogares. Nos retiramos cantando.
¿Qué te parece si nos ayudas comentando y compartiendo nuestras publicaciones? Sería una bonita forma de agradecer nuestro trabajo…