Monición de entrada
Queridos hermanos, tengan todos muy buenos días (tardes, noches); hoy es un día especial para la celebración eucarística y orar por nuestros sacerdotes. Nos agrada tenerles en la casa de Dios. Sean todos bienvenidos.
Tanto la primera lectura como el salmo y el Evangelio acentúan la actitud de escucha de Dios cuando el hombre se acerca a Él a través de la oración.
Con esa confianza nos disponemos a celebrar esta misa, comenzando con el canto de entrada. De pie, por favor.
También te puede interesar:
- Moniciones para todos los días del ciclo B (2023-2024)
- ¿Qué son las moniciones en las celebraciones litúrgicas?
- La Oración Universal (Oración de los Fieles)
- Taller para lectores o proclamadores de la Palabra
- Cuál es el color y tamaño adecuado para el mantel del altar?
Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Ester 14, 1. 3-5. 12-14)
La primera lectura contiene la hermosa oración de Ester, que acude al Señor confiando
en su providencia para salvar a su pueblo. Escuchemos y hagamos nuestra esta bella oración.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Ester 14, 1. 3-5. 12-14
En aquellos días, la reina Ester, temiendo el peligro inminente, acudió al Señor y rezó así al Señor, Dios de Israel:
—«Señor mío, único rey nuestro.
Protégeme, que estoy sola
y no tengo otro defensor fuera de ti,
pues yo misma me he expuesto al peligro.
Desde mi infancia oí, en el seno de mi familia, cómo tú, Señor,
escogiste a Israel entre las naciones,
a nuestros padres entre todos sus antepasados,
para ser tu heredad perpetua;
y les cumpliste lo que habías prometido.
Atiende, Señor, muéstrate a nosotros en la tribulación,
y dame valor, Señor, rey de los dioses y señor de poderosos.
Pon en mi boca un discurso acertado
cuando tenga que hablar al león;
haz que cambie y aborrezca a nuestro enemigo,
para que perezca con todos sus cómplices.
A nosotros, líbranos con tu mano;
y a mí, que no tengo otro auxilio fuera de ti, protégeme
tú, Señor, que lo sabes todo».
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 137)
Con el salmo 137, alabemos y demos gracias a Dios porque siempre escucha la oración de su pueblo. Hagámoslo diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 137, 1-2a. 2bc y 3. 7c-8
R. Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario. R.
Daré gracias a tu nombre,
por tu misericordia y tu lealtad;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R.
Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R.
Monición al Evangelio (Lc. 11, 29-32)
También Jesús nos habla sobre la oración, cuya eficacia tiene su causa, más que en nuestra insistencia, en la bondad paternal de Dios, que siempre escucha las oraciones de sus hijos.
Con el canto dispongámonos a escuchar el Evangelio.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 7-12
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡Cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden!
En resumen: Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Hoy la liturgia nos regala un secreto: orar es buscar el corazón de Dios para pedir ayuda como lo hacen los hijos con sus padres. Esta relación nos pone en la humildad, no nos hace sentir autosuficientes, sino conscientes de nuestra indigencia. Por eso digamos juntos:
Señor, ven en nuestra ayuda.
- Por la santa Iglesia, para que, con la ayuda y la gracia del Espíritu Santo, proclame al mundo que en el misterio pascual de la muerte y la resurrección del Señor Jesús se cumplen la liberación y la verdadera alegría del hombre. Oremos.
- Por todos los consagrados a la vida religiosa, monástica y laica, para que sean auténticos maestros espirituales y fortalezcan en los hermanos la fe en la oración de intercesión y la esperanza de ser escuchados. Oremos.
- Por gobernantes de las naciones, para que sientan la necesidad de recurrir a Dios para pedirle una mirada límpida y nueva, ciencia recta junto a un corazón puro para ver mejor las necesidades del pueblo y llevar bienestar a todos. Oremos.
- Por los enfermos y los que sufren, para que en las palabras del Señor. «Pidan y se les dará» encuentren alivio, consuelo y esperanza, y seguros de ser escuchados, puedan sentir alivio en sus sufrimientos y vivir abrazando la cruz unidos al Señor Jesús. Oremos.
- Por todos nosotros, para que la confianza que nos han dado las lecturas de hoy nos impulse a dedicarle más tiempo a la oración diaria, confiando todo en las manos de Dios. Oremos.
Presidente: Dios, Padre nuestro, tú eres un Dios que siempre está cerca en nuestras necesidades, tu amor sale siempre al encuentro de nuestras peticiones y nos respondes con generosidad, haz que tu Palabra se cumpla hoy en nosotros y escucha la oración que este pueblo te ha dirigido. Todo te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Presentación de las Ofrendas
Llevemos ahora al altar nuestros dones de pan y vino, que sean ofrendas agradables a Dios.
Comunión
Hermanos, ahora nos acercamos al altar a participar del Banquete del Amor. Dispongamos nuestro corazón para recibir a Jesús y cantemos todos.
Final
Queridos hermanos, la misa ha terminado. La Palabra de Dios nos ha dado a certeza de que Dios siempre escucha el clamor de sus hijos; pero debemos estar conscientes de que es su voluntad la que se hace y no la nuestra. Vayamos a vivir una vida de oración constante.
También te puede interesar:
- Moniciones para todos los días del ciclo B (2023-2024)
- ¿Qué son las moniciones en las celebraciones litúrgicas?
- La Oración Universal (Oración de los Fieles)
- Taller para lectores o proclamadores de la Palabra
- Cuál es el color y tamaño adecuado para el mantel del altar?
Una forma de agradecer por este servicio que te brindamos es comentando y compartiendo nuestras publicaciones.
Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 3 La Cuaresma día tras día, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 2003; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo de Cuaresma y Pascua, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia.
