Monición de entrada
Queridos hermanos, tengan todos muy buenos días (tardes, noches). Bienvenidos todos a la casa de Dios para la celebración de la santa misa en el martes de la decimoprimera semana del tiempo ordinario.
El solo hecho de participar diariamente en la misa nos hace diferentes al mundo. La Palabra de Dios nos pide que establezcamos esa diferencia y que hagamos las cosas no como las hace el mundo.
Dispuestos a dejarnos moldear por la Palabra de Dios, comencemos esta celebración con el canto de entrada.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura ()
El tema de esta lectura es la colecta que se está organizando en Corinto para los pobres de Jerusalén. Pablo les propone como modelo la generosidad de las pobres Iglesias de Macedonia, para que sigan su ejemplo.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 8, 1-9
Queremos que conozcáis, hermanos, la gracia que Dios ha dado a las Iglesias de Macedonia:
En las pruebas y desgracias creció su alegría; y su pobreza extrema se desbordó en un derroche de generosidad.
Con todas sus fuerzas y aún por encima de sus fuerzas, os lo aseguro, con toda espontaneidad e insistencia nos pidieron como un favor que aceptara su aportación en la colecta a favor de los santos.
Y dieron más de lo que esperábamos: se dieron a sí mismos, primero al Señor y luego, como Dios quería, también a nosotros.
En vista de eso, como fue Tito quien empezó la cosa, le hemos pedido que dé el último toque entre vosotros a esta obra de caridad.
Ya que sobresalís en todo: en la fe, en la palabra, en el conocimiento, en el empeño y en el cariño que nos tenéis; distinguíos también ahora por vuestra generosidad.
No es que os lo mande; os hablo del empeño que ponen otros para comprobar si vuestro amor es genuino.
Porque ya sabéis lo generoso que fue nuestro Señor Jesucristo: siendo rico, se hizo pobre por vosotros, para enriqueceros con su pobreza.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 145)
Con el salmo 145, alabemos la generosidad de Dios que se hizo visible en Jesucristo. Digamos todos:
Salmo responsorial: Salmo 145, 2. 5-6. 7. 8-9a
R. Alaba, alma mía, al Señor.
Alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista. R.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;
que mantiene su fidelidad perpetuamente. R.
Que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos. R.
Monición al Evangelio ()
En el Evangelio de hoy escucharemos la sexta y última de las antítesis del discurso del
monte, con la que Jesús nos abre nuevos horizontes para el amor.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 43-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Habéis oído que se dijo: «Amarás a tu prójimo» y aborrecerás a tu enemigo.
Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Que el Señor, que hace justicia a los oprimidos y da el pan a los hambrientos, nos mire, benigno, también a nosotros. A Él con confianza dirijámonos diciendo:
Confírmanos en la caridad, Señor.
- Por la Iglesia, para que a través de su misión evangelizadora lleve a todos el anuncio del amor de Dios, dando al mismo tiempo prueba de amor y generosidad. Oremos.
- Por el Papa Francisco, los obispos y los sacerdotes, para que siempre sean ejemplo de caridad fraterna y amor recíproco. Que sepan comunicar a los fieles que acuden a ellos el amor sobreabundante que ha tenido Jesús. Oremos.
- Por los pueblos en conflicto y las familias divididas: que el Señor derrame abundantemente la paz verdadera en sus corazones, para que, en el respeto y en la preocupación por el otro, aprendan a amar incluso a quienes son hostiles y distantes. Oremos.
- Por los pobres, los indigentes y los que, afectados por crisis económicas, se encuentran en la desesperación y ya no tienen esperanza, para que el Señor ponga en su camino personas amorosas y animadas por la caridad fraterna que vayan a su encuentro con generosidad y acogida. Oremos.
- Por esta comunidad, para que sepamos hacer la diferencia en nuestra sociedad, tratando a todos como Dios nos ha pedido hoy en su Palabra. Oremos.
Presidente: Oh Dios Padre, tu Hijo, de rico que era, se hizo pobre por nosotros; te pedimos que, siguiendo su ejemplo, nos concedas descubrir que la fe en ti es la verdadera riqueza de nuestra vida. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Presentación de las Ofrendas
«Dieron más de lo que yo esperaba, se dieron a sí mismos», nos ha dicho San Pablo. Llevemos al altar los dones de pan y vino y, con nuestra ofrenda económica generosa, hagamos vida la Palabra escuchada.
Comunión.
En su amor infinito, Cristo se nos ofrece bajo las especies de Pan y Vino consagrados para darnos la vida eterna. Acudamos a recibirle cantando.
Final
Queridos hermanos, en el mundo de hoy tenemos que saber hacer la diferencia y no dejarnos llevar por sus ideologías. Vayamos a vivir, sin temor alguno, el amor que Dios nos ha mostrado en esta celebración.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 4, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia; Farnés Sherer, Pedro, Moniciones y Oraciones Sálmicas, Ed. Regina, Mallorca, 1978.