Monición de entrada
Queridos hermanos, tengan todos muy buenos días (tardes, noches). Les damos la más cordial bienvenida a la celebración eucarística de hoy, con la que iniciamos las misas diarias de la última semana del Año Litúrgico. En esta misa también celebramos la memoria de Santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir, patrona de las solteras y estudiantes.
Con nuestra mirada puesta ya en el adviento que se nos avecina, iniciemos esta celebración con el canto de entrada.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Apocalipsis 14, 1-3. 4b-5)
Continuando con la lectura del libro del Apocalipsis, hoy nos describe una visión optimista, presidida por el Cordero que conduce a los suyos a la victoria. Escuchemos.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Apocalipsis 14, 1-3. 4b-5
Yo, Juan, miré y en la visión apareció el Cordero de pie sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que llevaban grabado en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre. Oí también un sonido que bajaba del cielo, parecido al estruendo del océano, y como el estampido de un trueno poderoso; era el son de arpistas que tañían sus arpas delante del trono, delante de los cuatro seres vivientes y los ancianos, cantando un cántico nuevo. Y nadie podía aprender el cántico fuera de los ciento cuarenta y cuatro mil, los adquiridos en la tierra. Ellos son los que siguen al Cordero adondequiera que vaya; los adquirieron como primicias de la humanidad para Dios y el Cordero. En sus labios no hubo mentira, no tienen falta.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 23, 1-2. 3-4ab. 5-6 )
A l escuchar en la lectura de la palabra de Dios la presentación de aquellos jóvenes judíos valientes, cantamos ya el himno que ellos, en medio de la persecución y el peligro, entonaron a Dios, en quien tenían puesta su confianza. Es la verdadera revelación de su grandeza. Pongamos nosotros también nuestra confianza en Dios diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 23, 1-2. 3-4ab. 5-6
R. Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.
Monición al Evangelio (Lucas 21, 1-4)
No importa la cantidad de lo que damos, sino el amor con que lo damos. En el texto de hoy Jesús nos da una gran lección al respecto, alabando la actitud de una viuda, a quien nos propone como modelo.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 1-4
En aquel tiempo, alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el arca de las ofrendas; vio también una viuda pobre que echaba dos reales, y dijo:
«Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie, porque todos los demás han echado de lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Con la confianza y el abandono de la viuda del Evangelio, presentemos a Dios nuestras oraciones junto con el ofrecimiento de nuestra vida y digamos.
Aumenta en nosotros la fe, Señor.
- Por la Iglesia de Dios: para que todo bautizado pueda conocer cada vez más al Dios en el que ha puesto su confianza, de modo que pue- da abandonarse totalmente a su voluntad de salvación. Oremos.
- Por todas las viudas ancianas que temen vivir en soledad los últimos años de su vida y por todas las mujeres que han quedado viudas en edad joven: que el Señor sostenga a las primeras en la espera y con- ceda a las segundas fuerza, consolación y esperanza. Oremos.
- Por los ricos de nuestro tiempo: para que en medio del bienestar y del poder propios de su condición, el Señor tenga sus oídos abiertos al grito de los pobres y venza en ellos la tentación de engañarse creyendo que pueden todo por sí mismos. Oremos.
- Por los jóvenes que se sienten llamados por el Señor a una vida de consagración. Que, en la escucha de las Escrituras y en el acompañamiento espiritual, puedan discernir con confianza y decidir sin miedo donar a Él toda su vida. Oremos.
Presidente: Señor, aumenta en nosotros la confianza en ti; haz que, preparándonos para acogerte cuando vengas en el último día, podamos salir a tu encuentro sin temor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Presentación de las ofrendas
«Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie», nos ha dicho Jesús. Con los dones de pan y vino, presentemos también nuestra ofrenda económica.
Comunión
A Cristo, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, le recibimos en la comunión. Vayamos cantando a comulgar.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 6, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia.