Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos. Sean todos bienvenidos a la casa de Dios para celebrar juntos la santa misa, en el miércoles de la vigésima semana del tiempo ordinario.
Hoy celebramos la memoria de San Pío X, quien se impuso, siendo Papa, por su sencillez y su vigor. Con mano firme gobernó la Iglesia en una época en que ésta debía hacer frente a un laicismo virulento y a posiciones extremadamente radicales sobre conocimientos teológicos y bíblicos.
Que nuestra celebración de hoy se convierta verdaderamente en una acción de gracias por todas las bendiciones que Dios nos da. Participemos activamente, comenzando con el canto de entrada. De pie y cantemos todos,.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Ezequiel 34, 1-11)
En la primera lectuara de hoy, la voz del profeta Ezequiel se alza contra los pastores de Israel: sus dirigentes, tanto civiles como religiosos. Escuchemos.
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PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Ezequiel 34, 1-11
Me vino esta palabra del Señor:
—«Hijo de Adán, profetiza contra los pastores de Israel, profetiza, diciéndoles: «¡Pastores!, esto dice el Señor:
¡Ay de los pastores de Israel
que se apacientan a sí mismos!¿No son las ovejas
lo que tienen que apacentar los pastores?Os coméis su enjundia,
os vestís con su lana;matáis las más gordas,
y las ovejas no las apacentáis.No fortalecéis a las débiles,
ni curáis a las enfermas,
ni vendáis a las heridas;no recogéis a las descarriadas,
ni buscáis las perdidas,
y maltratáis brutalmente a las fuertes.Al no tener pastor, se desperdigaron
y fueron pasto de las fieras del campo.Mis ovejas se desperdigaron y vagaron sin rumbo
por montes y altos cerros;mis ovejas se dispersaron por toda la tierra,
sin que nadie las buscase, siguiendo su rastro.Por eso, pastores,
escuchad la palabra del Señor:‘¡Lo juro por mi vida! —oráculo del Señor—.
Mis ovejas fueron presa, mis ovejas fueron pasto
de las fieras del campo, por falta de pastor;pues los pastores no las cuidaban,
los pastores se apacentaban a sí mismos;
por eso, pastores, escuchad la palabra del Señor:
Así dice el Señor:
Me voy a enfrentar con los pastores;
les reclamaré mis ovejas,
los quitaré de pastores de mis ovejas,
para que dejen de apacentarse a sí mismos
los pastores;
libraré a mis ovejas de sus fauces,
para que no sean su manjar'».
Así dice el Señor Dios:
«Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas,
siguiendo su rastro»».
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 22)
Con imágenes vivas y sencillas de la vida pastoril describe el salmista la protección y el cuidado de Dios sobre los suyos. Este salmo 22 es un canto de confianza y tranquilidad sosegada. Unámonos diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R.
Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.
Monición al Evangelio (Mateo 20, 1-16)
Hoy se proclama como evangelio la comúnmente llamada parábola de los obreros en la viña, y que sería mejor titular del «amo generoso». Cantemos el aleluya para escuchar luego esta enseñanza sobre la generosidad de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 20, 1-16
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
—«El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.
Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo:
«Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido».
Ellos fueron.
Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo.
Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo:
«¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?».
Le respondieron:
«Nadie nos ha contratado».
Él les dijo:
«Id también vosotros a mi viña».
Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz:
«Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros».
Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.
Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo:
«Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno».
Él replicó a uno de ellos:
«Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?».
Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Al Padre, dador de todo bien, que ha llamado al hombre para que cooperara con su trabajo, pidamos:
Concédenos trabajar siempre con honestidad y laboriosidad
- Por el Papa, los obispos y todo el orden sacerdotal: para que sean incansables en el anuncio de la absoluta gratuidad con la que Dios nos llama a todos a trabajar por el Reino, no basándose en los méritos, sino sólo en su infinito amor. Oremos.
- Por todos los que trabajan en situaciones precarias, por los que tienen salarios injustos o contratos esclavizantes. Para que, no obstante, desempeñen con rectitud su trabajo confiando en la Providencia de Dios. Oremos.
- Por todos los empleadores: para que sean honestos en el pago de la justa remuneración, sin sacar provecho de la dificil situación económica para cometer injusticias en perjuicio de sus trabajadores. Oremos.
- Por nosotros, para que siempre nos dejemos edificar por la manera original como la que Dios lleva adelante su designio de salvación. Oremos.
Presidente: Te bendecimos, Padre bueno, porque con el trabajo le has dado a cada hombre la posibilidad de hacerse cargo de sus seres queridos, haz que no olvidernos nunca la dignidad del trabajo humano. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Presentación de las Ofrendas
Agradecidos con Dios por las múltiples bendiciones que recibimos de Él todos los días, llevemos al altar nuestras ofrendas de vino y pan.
Comunión.
En su generosidad desbordante e incomparable, Jesús se nos ofrece Él mismo en el Pan y Vino que nos dan la vida eterna. Acudamos con fe a comulgar.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 5, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia