Miércoles de Ceniza: Origen y significado de las cenizas
Con el Miércoles de Ceniza damos inicio al tiempo de Cuaresma. El rito de la imposición de la ceniza inaugura este período de cuarenta días que la Iglesia nos ofrece para prepararnos y vivir a plenitud los misterios de la Pasión, muerte y resurrección de Cristo.
Después del Evangelio y la homilía se bendice e impone la ceniza, hecha de los ramos de olivo o de otros árboles, bendecidos el año precedente.
La primera fórmula de bendición de la ceniza data del siglo XI, y se extendió rápidamente por toda Europa y luego a los otros continentes.
La ceniza se extrae de la quema de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior, y su imposición nos recuerda que somos del polvo y que al polvo hemos de volver. En la segunda fórmula se nos hace un llamado a arrepentirnos y creer en el Evangelio. Realmente es una ocasión propicia para meditar sobre el misterio de la muerte, para la que debemos estar preparados arrepintiéndonos de nuestros pecados todos los días, pues, como nos lo recordaba el Papa Pablo VI, comenzamos a morir desde que nacemos, por lo tanto, la conversión no es un paso que hay que dejar para mañana, sino que tiene que ser ahora, pues «hoy es día de salvación», como nos exhorta la segunda lectura que todos los años leemos para esta ocasión.
Las cenizas son impuestas en la frente del fiel, haciendo la señal de la cruz con ellas mientras el ministro dice cualquiera de las dos fórmulas siguientes: «Acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás», o «Conviértete y cree en el Evangelio».
Ayuno
El miércoles de ceniza como el viernes santo, son días para el ayuno y la abstinencia. Así lo establece el canon #1251 del Código de Derecho Canónico:
«Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo«
La abstinencia de comer carne para este día es obligatorio a partir de los 14 años de edad; y el ayuno de los 18 hasta los 59 años. El ayuno consiste hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia es no comer carne. Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre. Recordemos que no serviría tanto dejar de comer carne si nos deleitamos siempre en comernos a nuestro prójimo a través del chisme y tantas cosas que hablamos de más sobre la vida de las otras personas. Abstenerse de pecar es la mejor forma de agradar a Dios y agradecerle por tan grande sacrificio en el Calvario por nuestra redención.
Confesiones
En muchas parroquias este día se celebran confesiones y mucha gente se acerca para comenzar una cuaresma justamente con un gran propósito, y qué mejor propósito que confesarse bien y abstenerse durante estos cuarenta días de aquel pecado que más nos cuesta entregarle al Señor; ese pecado que es nuestro talón de Aquiles con mucha frecuencia.
Que la Santísima Virgen María nos ayude a vivir una Cuaresma de purificación para que la Pascua realmente sea una gran fiesta con Jesús.