Monición de entrada
Queridos hermanos, tengan todos muy buenos días (tardes, noches). Al iniciar las misas diarias de esta semana, nos es grato recibirles en este lugar. Hoy también celebramos la San Agustín, obispo y doctor de la Iglesia. Sean todos bienvenidos.
Hoy comenzamos a leer, como primera lectura, las cartas de San Pablo. Dejemos que la Palabra de Dios nos vaya instruyendo día a día y haciendo de nosotros mejores cristianos.
Dispongámonos a iniciar esta misa, con el canto de entrada. De pie, y cantemos todos.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Tesalonicenses 1, 1-5. 8b-10)
Después de nueve semanas en que hemos ido siguiendo la historia de Israel en los Libros del AT, hoy pasamos al NT y lo comenzamos leyendo esta semana la primera carta que San Pablo escribió a la comunidad cristiana de Tesalónica. Escuchemos el texto de hoy, que recoge la oración de Pablo en forma de acción de gracias.
PRIMERA LECTURA
Comienzo de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 1, 1-5. 8b-10
Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz.
Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones.
Ante Dios, nuestro Padre, recordamos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor.
Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido y que, cuando se proclamó el Evangelio entre vosotros, no hubo sólo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda.
Sabéis cuál fue nuestra actuación entre vosotros para vuestro bien.
Vuestra fe en Dios había corrido de boca en boca, de modo que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de la acogida que nos hicisteis: cómo, abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que os libra del castigo futuro.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 149)
La vida de la comunidad de Tesalónica es ejemplar. San Pablo la ha
evocado así en la lectura. Nosotros reconocemos que esta vida es fruto
del amor de Dios a su pueblo, y por eso lo alabamos, con el salmo 149, diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 149, 1-2. 3-4. 5-6a y 9b
R. El Señor ama a su pueblo.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. R.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes. R.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles. R.
Monición al Evangelio (Mateo 23, 13-22)
Los ataques de Jesús contra los fariseos empezamos a leerlos el sábado pasado. Con el texto de hoy comienza, propiamente, el discurso de las acusaciones y amenazas de Jesús contra los escribas y fariseos.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 23, 13-22
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo:
—«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de los cielos! Ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que quieren.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que viajáis por tierra y mar para ganar un prosélito y, cuando lo conseguís, lo hacéis digno del fuego el doble que vosotros!
¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: «Jurar por el templo no obliga, jurar por el oro del templo sí obliga»! ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más, el oro o el templo que consagra el oro?
O también: «Jurar por el altar no obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar sí obliga». ¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura por el altar jura también por todo lo que está sobre él; quien jura por el templo jura también por el que habita en él; y quien jura por el cielo jura por el trono de Dios y también por el que está sentado en él».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Al Señor, que nos ha escogido y llamado aquí, confiémosle nuestras oraciones diciendo:
Purifícanos, Señor
- Por la Iglesia, para que cada día persevere en la meditación de la Palabra y sepa reconocer la acción del Espíritu siempre actuante. Que permanezca firme en la esperanza y activa en la caridad, para poder llevar a cumplimiento la misión evangelizadora que le ha sido asignada. Oremos.
- Por el Papa, los obispos y los sacerdotes, para que vivan el seguimiento de Jesús en la humildad y en el verdadero abandono. Que el Señor les conceda la perseverancia de estar cerca de todo hombre, ayudándonos a redescubrir el amor que Dios nos tiene. Oremos.
- Por los que son discriminados a causa de la religión, para que se respete su derecho a creer y su libertad de profesar abiertamente su fe. Que perseveren en la esperanza y se sientan siempre sostenidos por la oración de toda la Iglesia. Oremos.
- Por los que cargan el peso de la soledad, para que redescubran la alegría de la verdadera oración y perciban que sólo Dios puede dar la serenidad y la alegría que tanto buscan. Oremos.
- Por todos nosotros, reunidos en torno al altar eucarístico, para que la Palabra de Dios vaya haciendo eco en nuestra vida, y demos muestras de una sincera conversión. Oremos.
Presidente: Padre, escucha nuestras súplicas y guíanos por la vía de la salvación. Te lo pedimos por Cristo tu Hijo y nuestro Señor. Amén.
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Presentación de las Ofrendas
Bendigamos a Dios por todo lo que nos da y llevemos al altar nuestras ofrendas de vino y pan.
Comunión.
Cristo, Pan de vida bajado del cielo, nos invita al banquete eucarístico. Vayamos con fe a comulgar.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 5, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia