Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos. Les damos la más cordial bienvenida a la casa de Dios para celebrar la santa misa en el miércoles de la décimo cuarta semana del tiempo ordinario.
Los proyectos de Dios nos incluyen a todos nosotros. Todos tenemos una misión y por eso estamos aquí. Dispongámonos a trabajar donde Dios nos manda y comencemos esta misa con el canto de entrada. De pie, por favor.
También te puede interesar:
- Moniciones para todos los días del ciclo A (2022-2023)
- ¿Qué son las moniciones en las celebraciones litúrgicas?
- La Oración Universal (Oración de los Fieles)
- Taller para lectores o proclamadores de la Palabra
- Cuál es el color y tamaño adecuado para el mantel del altar?
Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Génesis 41, 55-57; 42, 5-7.1 7-24a)
Dentro del ciclo del patriarcado de Jacob, hoy comenzamos a leer parte de la historia de José, que por una sabia previsión se hace persona importante en el momento de sequía que azota a Egipto y a los países limítrofes, incluido el de Canaán. Escuchemos.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Génesis 41, 55-57; 42, 5-7.1 7-24a
En aquellos días, llegó el hambre a todo Egipto, y el pueblo reclamaba pan al Faraón; el Faraón decía a los egipcios:
—«Dirigíos a José y haced lo que él os diga».
Cuando el hambre cubrió toda la tierra, José abrió los graneros y repartió raciones a los egipcios, mientras arreciaba el hambre en Egipto.
Y de todos los países venían a Egipto a comprarle a José, porque el hambre arreciaba en toda la tierra.
Los hijos de Jacob fueron entre otros a comprar grano, pues había hambre en Canaán.
José mandaba en el país y distribuía las raciones a todo el mundo.
Vinieron, pues, los hermanos de José y se postraron ante él, rostro en tierra. Al ver a sus hermanos, José los reconoció, pero él no se dio a conocer, sino que les habló duramente:
—«¿De dónde venís?».
Contestaron:
—«De tierra de Canaán, a comprar provisiones».
Y los hizo detener durante tres días.
Al tercer día les dijo:
—«Yo temo a Dios, por eso haréis lo siguiente, y salvaréis la vida: si sois gente honrada, uno de vosotros quedará aquí encarcelado, y los demás irán a llevar víveres a vuestras familias hambrientas; después me traeréis a vuestro hermano menor; así probaréis que habéis dicho la verdad, y no moriréis».
Ellos aceptaron, y se decían:
—«Estamos pagando el delito contra nuestro hermano, cuando le veíamos suplicarnos angustiado y no le hicimos caso; por eso nos sucede esta desgracia».
Intervino Rubén:
—«¿No os lo decía yo: «No pequéis contra el muchacho», y no me hicisteis caso? Ahora nos piden cuentas de su sangre».
Ellos no sabían que José les entendía, pues había usado intérprete.
Él se retiró y lloró; después volvió a ellos.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 32)
En la primera lectura vimos cómo Dios se demostró de nuevo libertador de su pueblo. Por eso con el salmo 32, alabamos los designios de su misericordia. Lo hacemos diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 32, 2-3. 10-11. 18-19
R. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando los vítores con bordones. R.
El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad. R.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y a reanimarlos en tiempo de hambre. R.
Monición al Evangelio (Mateo 10, 1-7)
Con el pasaje evangélico de hoy se inicia el discurso apostólico de Jesús, que es el segundo de los cinco grandes discursos que, son la columna vertebral del evangelio de Mateo, y que iremos leyendo en días sucesivos.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 10, 1-7
En aquel tiempo, Jesús llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia.
Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judas Iscariote, el que lo entregó.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:
—«No vayáis a tierra de gentiles, ni entréis en las ciudades de Samaria, sino id a las ovejas descarriadas de Israel.
Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Elevemos, unánimes, nuestra oración al Señor, haciéndonos voz de toda la comunidad, de la Iglesia entera y de cada uno de nuestros hermanos y hermanas. Digamos:
Concédenos tu Espíritu de comunión, Señor.
- Por el Papa, los sacerdotes y todos los fieles: que sean testimonio de unidad y de concordia, en constante diálogo y recíproca colaboración. Oremos.
- Por los jóvenes llamados al sacerdocio y por sus formadores: que el Señor les dé Espíritu de discernimiento y de sabiduría para que los seminarios sean lugares de auténtico crecimiento humano, en un clima de diálogo y búsqueda sincera de la voluntad de Dios. Oremos.
- Por los países pobres probados por la miseria y por la carestía, donde aún muchos niños mueren de hambre y sufren por la desnutrición. Que el Señor suscite hombres de gobierno que, como Josué, sepan promover una economía atenta a todo el pueblo, en una justa y sabia distribución de los bienes de la tierra. Oremos.
- Por la paz en las familias: que el Señor renueve la alegría y la frescura del vínculo matrimonial, para que las dificultades y los conflictos sean superados a través del diálogo y del recíproco respeto. Oremos.
- Por todos nosotros, para que la Palabra que hemos escuchado nos haga recordar que, por nuestro bautismo, también nosotros somos elegidos y enviados por el Señor a anunciar la Buena Noticia de salvación. Oremos.
Presidente: Señor Jesús, tú no miras la fragilidad de nuestras relaciones, tan parecidas a las de los hermanos de Josué, sino que las sanas llamándonos a ser tus discípulos. Te damos gracias porque en nuestro camino nos previenes y nos acompañas, y te pedimos que sigas sosteniéndonos y acogiendo nuestras intenciones. Tú eres Dios y vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Presentación de las Ofrendas
Dios nos bendice con la cosecha del campo. Agradecidos, bendigamos al Señor y llevemos al altar los dones de pan y vino.
Comunión.
Jesús, que nos ha elegido también a nosotros, nos invita a su banquete. Acudamos a recibirle.
Final
Queridos hermanos, es toda la comunidad cristiana la que debe anunciar la salvación de Dios y dar testimonio de ella con palabras y con obras. Vayamos a misionar en el ámbito de la familia, del trabajo, del estudio, de la política, de los medios de comunicación, de la sociedad en general.
Comentando las lecturas de hoy.
(Pbro. Miguel A. Soto)
La Misión de Jesús necesita colaboradores
Ayer veíamos que Jesús es un hombre de Palabra y Acción y que se conmovía al ver a Israel como un rebaño sin pastor. Ahora no solo siente esa compasión sino que elige y envía a sus discípulos para que prediquen. La Palabra y la acción de Jesús queda asociada a los suyos para que la continúen y extiendan.
Dios tendrá otros medios, y seguramente más eficaces, para hacer llegar su mensaje al mundo entero, pero quiso que los hombres asumiéramos ese compromiso. Y así fue llamando uno a uno a sus discípulos, no un grupo selecto y exclusivo que reuniera requisitos inalcanzables para cualquier persona. Pescadores, cobradores de impuestos… como tú, como yo. Hombres comunes, del pueblo, para prepararles y asignarles una gran misión, la de continuar su obra salvadora.
También hoy Jesús sigue preocupado por tantos pueblos que están como ovejas sin pastor y requiere operarios, hombres y mujeres valientes, capaces de continuar con esa obra salvadora y convertirse en colaboradores suyos. El llamado ahora es para ti, y los nombres de los doce del Evangelio de hoy deben ser sustituidos por el de cada uno de nosotros. Y no necesariamente hay que hacerse sacerdote, religioso o religiosa. Desde cualquier vocación podemos hacer que esa obra redentora de Cristo se prolongue y llegue hasta donde sea posible. En nuestro mismo vecindario conocemos a más de una persona que necesita de Dios y ahí está nuestro territorio para recorrerlo y anunciar la Buena Nueva de salvación. Ahí en nuestro mismo círculo familiar o laboral debe haber una persona necesitada de Dios y hoy es cuándo Dios necesita de ti para enviarte.
¿Te arriesgas ahora? La decisión es tuya!
También te puede interesar:
- Moniciones para todos los días del ciclo A (2022-2023)
- ¿Qué son las moniciones en las celebraciones litúrgicas?
- La Oración Universal (Oración de los Fieles)
- Taller para lectores o proclamadores de la Palabra
- Cuál es el color y tamaño adecuado para el mantel del altar?
Prohibida la reproducción total o parcial de este material, sin la autorización de www.cristomaniacatolica.com
Una forma de agradecer por este servicio que te brindamos es comentando y compartiendo nuestras publicaciones.
Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 5, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia