Monición de entrada
Queridos hermanos, nos encontramos reunidos para la celebración de la santa misa en el jueves de la vigésimo novena semana del tiempo ordinario; jueves eucarístico y de oración por los sacerdotes, justamente en el día en que celebramos la memoria de un presbítero: San Antonio María Claret.
Seamos dóciles a la acción del Espíritu Santo y permitamos que la celebración de estos misterios nos hagan romper las cadenas del pecado que nos oprime.
Con esas intenciones, iniciemos nuestra misa con el canto de entrada.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Efesios 3, 14-21)
Para motivarnos a cambiar de vida y dar signos de conversión, san Pablo nos hace hoy una comparación con la esclavitud. Escuchemos.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 3, 14-21
Hermanos:
Doblo las rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, pidiéndole que, de los tesoros de su gloria, os conceda por medio de su Espíritu robusteceros en lo profundo de vuestro ser, que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; y así, con todos los santos, lograréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo, comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano. Así llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios.
Al que puede hacer mucho más sin comparación de lo que pedimos o concebimos, con ese poder que actúa entre nosotros, a él la gloria de la Iglesia y de Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 32)
En la carta a los Efesios vuelve insistente el tema de la realización en Jesucristo del plan salvador de Dios. Contra todas las adversidades, el plan salvador de Dios está en el camino de su total realización. Alabemos a Dios por esa misericordia que tiene con nosotros y digámosle:
Salmo responsorial: Salmo 32, 1-2. 4-5. 11-12. 18-19
R. La misericordia del Señor llena la tierra.
Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R.
Que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R.
Pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad. R.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R.
Monición al Evangelio (Lucas 12, 49-53)
Para manifestar su ardiente deseo de llevar a cabo su misión, Jesús hace hoy unas afirmaciones que pueden parecernos un tanto paradójicas.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 49-53
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla!
¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división.
En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Al Señor, que nos llama a seguirlo con corazón puro, dirijamos nuestras oraciones diciendo:
Escúchanos, Señor.
- Por la Iglesia: que el Espíritu la fortalezca y la haga perseverante en la oración, y, consciente de que está fundada en la caridad, sea siempre expresión del amor del Padre. Oremos.
- Por el Santo Padre y todo el orden sacerdotal: que, sostenidos por el Espíritu, siempre estén dispuestos a anunciar la Palabra de salvación, sin caer en soluciones intermedias por miedo o desánimo. Oremos.
- Por los jóvenes que se sienten llamados a la vida religiosa o sacerdotal: que la oposición de sus familiares o amigos no apague su entusiasmo, sino que, con perseverancia y confianza, den testimonio de fe. Oremos.
- Por las parejas separadas: que no que se sientan excluidas o juzgadas por su decisión, sino que sean acogidas y acompañadas por su comunidad y por la Iglesia para que redescubran el amor de Dios por ellas. Oremos.
Presidente: Padre, fuente de nuestra alegría, acoge y escucha nuestras oraciones. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 6, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia