Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos. Gracias por atender el llamado de Dios, que nos reúne una vez más en torno a su altar para compartir su banquete. En el viernes de la vigésimo novena semana, es un gusto para nosotros recibirles en este lugar para celebrar juntos la santa misa diaria.
La Palabra de Dios sigue advirtiéndonos de la llegada inesperada de Jesús en su segunda venida. Que la participación en esta eucaristía nos ayude a orientar bien nuestra vida y prepararnos cada día mejor.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Efesios 4, 1-6)
Los primeros capítulos que hemos escuchado de la carta a los Efesios, habían sido más teológicos. Ahora, a partir del capítulo cuarto, entra en una sección más exhortativa y práctica. Escuchemos la exhortación de hoy.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 1-6
Hermanos:
Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados.
Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 23)
El tiempo de la Iglesia es tiempo de peregrinación hacia el templo definitivo: Jesucristo glorioso. Todas las exigencias que nos ha puesto san Pablo, como exigencias de la vida eclesial, son las necesarias para subir al nuevo monte del Señor. Con el salmo 23, ahondemos en nuestra búsqueda de la presencia de Dios y digamos todos:
Salmo responsorial: Salmo 23, 1-2. 3-4ab. 5-6
R. Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.
Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Este es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.
Monición al Evangelio (Lucas 12, 54-59)
Con un ejemplo tomado de la naturaleza y de la sabiduría popular, Cristo se queja de la poca vista de sus contemporáneos.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 54-59
En aquel tiempo, decía Jesús a la gente:
—«Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: «Chaparrón tenemos», y así sucede. Cuando sopla el sur decís: «Va a hacer bochorno», y lo hace.
Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿Cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer?
Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel.
Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: El Señor nos invita a ser dignos de nuestra vocación. A Él, unidos en la fe, dirijamos nuestras oraciones diciendo:
Concédenos tu paz, Señor.
- Por la Iglesia: que todo cristiano se ponga en la escucha de la Palabra y con responsabilidad siga siempre la voz del Señor, incluso en los caminos difíciles o en proyectos aparentemente destinados al fracaso. Oremos.
- Por el Papa: que el Señor guarde y bendiga su ministerio. Que le conceda ojos límpidos para ver el mundo con esperanza y dar testimonio de la presencia del Reino entre nosotros. Oremos.
- Por nuestras comunidades, para que la conciencia de tener un único Padre abra nuestro corazón a la acogida del otro, dejando a un lado las envidias, rivalidades y celos. Oremos.
- Por los encarcelados: que su dignidad en cuanto personas sea siempre respetada y que el período de detención que deben pagar sea un medio para alcanzar el arrepentimiento y la conversión. Oremos.
Presidente: Dios, que nos llamas a ser hermanos, no con palabras, sino con actos, escucha con benevolencia nuestras súplicas. Por Jesucristo nuestro Señor. -Amén.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 6, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia