Monición de entrada
Queridos hermanos, es un gusto enorme volverles a ver reunidos en este lugar para celebrar la Santa Mia en el decimoquinto domingo del Tiempo Ordinario.
La liturgia de hoy nos hablará sobre el envío de los discípulos de dos en dos, porque el Evangelio se vive en comunidad. Por eso estamos aquí hoy, como una gran comunidad en torno a Jesús para vivir su palabra y ser sus enviados por el mundo.
Atendiendo su llamado, hoy nos fortalecemos con el banquete eucarístico, para ser testigos suyos en el mundo. De pie, cantamos…
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Moniciones a las lecturas
Monición única para todas las lecturas
Los de las lecturas para este domingo hablan de llamada, elección y envío. Tres aspectos de una misma vocación que se vive en el desapego radical y en el servicio. El profeta Amós y, después de Jesús, los apóstoles constatan que la fidelidad a esta llamada de Dios compromete toda la vida. Elegidos en Cristo, dice Pablo, nosotros hemos sido llamados y enviados a anunciar el evangelio. Escuchemos atentos este llamado que es para nosotros ahora.
Moniciones para cada lectura
Monición a la primera lectura (Amós 7, 12-15)
Un sencillo pastor y agricultor, sin preparación alguna, es investido por el Espíritu del Señor y enviado a llevar su mensaje de conversión al reino del norte desde el reino del sur. Escuchemos las dificultades que encontró para cumplir su misión.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Amós 7, 12-15
En aquellos días, dijo Amasías, sacerdote de Casa-de-Dios, a Amós:
«Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí. No vuelvas a profetizar en Casa-de-Dios, porque es el santuario real, el templo del país».
Respondió Amós:
«No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos.
El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: «Ve y profetiza a mi pueblo de Israel»».
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 84)
El Salmo 84 se une a la primera lectura, para hacernos escuchar el mensaje que los enviados de Dios quieren dirigirnos. Nos unimos al salmista diciendo:
Salmo responsorial: Salmo 84, 9ab-10. 11-12. 13-14
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos».
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R.
La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R.
El Señor nos dará lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R.
Monición a la segunda lectura (Efesios 1, 3-14)
El comienzo de la carta a los Efesios, que es la página que hoy leemos, es un himno que centra su contenido en la alabanza debida a Dios por la elección para ser hijos suyos por Cristo. Escuchemos esta visión grandiosa, positiva y optimista que nos muestra san Pablo sobre el hombre.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 3-14
Bendito sea Dios,
Padre nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.
Por su medio hemos heredado también nosotros.
A esto estábamos destinados
por decisión del que hace todo según su voluntad.
Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo,
seremos alabanza de su gloria.
Y también vosotros,
que habéis escuchado la palabra de verdad,
el Evangelio de vuestra salvación, en el que creísteis,
habéis sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido,
el cual es prenda de nuestra herencia,
para liberación de su propiedad,
para alabanza de su gloria.
Palabra de Dios.
Monición al Evangelio (Marcos 6, 7-13)
Del evangelio de San Marcos, hoy escuchemos el relato del envío de dos en dos. La misión de los doce incluye los elementos esenciales en toda misión: ir en nombre del Señor, en equipo pero sin equipaje, con poderes espirituales y confianza en el Señor
Cantemos el aleluya antes de escuchar esta noticia.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 7-13
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió:
—«Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio.
Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa».
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Dirijamos ahora con confianza nuestra oración a Dios, siempre fiel a su alianza con nosotros, para que, sostenidos por su gracia, no nos desanimemos en nuestro peregrinar.
Todos: Por tu bondad, Señor, escúchanos
- Por el pueblo de Dios, para que reciba el mensaje del Evangelio, lo mantenga vivo en su corazón y lo ponga en práctica con las obras que le agradan al Señor. Oremos.
- Por quienes dirigen el curso de las naciones, especialmente los de nuestro país, para que aparten de su corazón el egoísmo y se preocupen por mantener el amor a Dios y al prójimo. Oremos.
- Por los los que no tienen trabajo, para que, depositando su fe en Dios providente ,logren conseguir un empleo digno y estable. Oremos.
- Por nosotros, aquí reunidos, para que no dejemos de escuchar la Palabra de Dios ni de cumplir sus mandamientos, y así podamos ser sus verdaderos discípulos fundamentados en el amor. Oremos.
Presentación de las Ofrendas
Con el pan y el vino, ofrezcámonos también nosotros, para que Dios nos utilice para la evangelización del mundo y, al recibir esos dones convertidos en el Cuerpo de Cristo, podamos crecer en santidad. Cantemos…
Comunión
San Pablo nos ha dicho hoy que, en Cristo, Dios quiso que residiera toda plenitud. Al comulgar recibimos la plenitud de Cristo en un pedazo de pan. Acerquémonos a recibir ese alimento que nos da la vida eterna. Cantemos todos.
Final
Nos retiramos a nuestros hogares con la dicha de haber celebrado juntos estos sagrados misterios y con el propósito de vivir, en estos próximos días, la alegría de creer en Jesús y de tratar de vivir como Él.
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