Monición de Entrada
Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos. Con la alegría de saber que Cristo ha nacido y mora en nuestros corazones, les damos la más cordial bienvenida a esa celebración litúrgica, la santa misa del 10 de enero.
Estamos en este tiempo de prolongación navideña, en que se suceden las diversas manifestaciones o epifanías de Jesús al inicio de su ministerio. Dejemos que hoy se nos manifieste y dispongámonos a iniciar nuestra celebración, con el canto de entrada.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Juan 4, 19—5, 4)
De nuevo san Juan repite los temas que ha ido desarrollando, cada vez con matices nuevos, durante los días anteriores, sobre el amor que Dios nos tiene y el amor que nosotros debemos tener a Dios y al hermano.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 4, 19—5, 4
Queridos hermanos:
Nosotros amamos a Dios, porque él nos amó primero. Si alguno dice: «Amo a Dios», y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve.
Y hemos recibido de él este mandamiento: Quien ama a Dios, ame también a su hermano.
Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Dios que da el ser ama también al que ha nacido de él.
En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor de Dios: en que guardemos sus mandamientos.
Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 71)
En Cristo la salvación ha alcanzado plenitud de sentido. En él se han cumplido todas las profecías universalistas. Él ha sido revelación para todos los hombres. Todos los pueblos le adoran, porque a todos se ha manifestado. Unámonos a esa adoración universal diciendo juntos:
Salmo responsorial: Salmo 71, 1-2. 14 y 15bc. 17
R. Se postrarán ante ti, Señor,
todos los pueblos de la tierra.
Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R.
Él rescatará sus vidas de la violencia,
su sangre será preciosa a sus ojos.
Que recen por él continuamente
y lo bendigan todo el día. R.
Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.
Monición al Evangelio (Lucas 4, 14-22a)
Es una escena programática y llena de significado la que escuchamos hoy en el evangelio, con la primera homilía de Jesús y su manifestación mesiánica a los de su pueblo, Nazaret.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 4, 14-22a
En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca.
Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.
Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
«El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque él me ha ungido.
Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres,
para anunciar a los cautivos la libertad,
y a los ciegos, la vista.
Para dar libertad a los oprimidos;
para anunciar el año de gracia del Señor».
Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles:
—«Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír».
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: A Dios, que es amor, dirijamos nuestra oración confiada:
Concédenos, Señor, permanecer en el amor.
- Por la Iglesia, para que siga la verdad y el amor como único criterio para el pensar, el hablar y el actuar, para que convenza al mundo de que quien es generado por Dios, puede y debe vivir sólo de este modo. Oremos.
- Por todos los jóvenes que anuncian la sanación y la liberación que el Señor quiere ofrecer en los ambientes en los que viven, estudian y trabajan, para que encuentren el coraje para enfrentar las críticas y las burlas con tal de poder evangelizar a sus coetáneos. Oremos.
- Por todas las personas que trabajan por la paz en todos los niveles, en particular los gobernantes que se esfuerzan por desarrollar iniciativas culturales que apuntan a la difusión de valores como el encuentro, el diálogo, el conocimiento y el respeto recíproco. Oremos.
- Por todos nosotros los bautizados que nos sentimos responsables por el hecho de que hoy la Palabra comunica a través de nuestras vidas, para que sepamos dar testimonio al mundo de la belleza de una vida en la que la Palabra de Dios se hace carne y se consuma por amor. Oremos.
Presidente: Padre santo, haz que la fe en Cristo tu Hijo crezca en nosotros y traiga copiosos frutos de conversión. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Presentación de las Ofrendas
Los dones de pan y vino, que llevamos al altar, se convertirán en el Cuerpo de Cristo, que nos reconforta en las tempestades de la vida.
Comunión
Jesús hoy también se hace presente; Él es la respuesta para los que sufren, la vida para los muertos, la fuerza para los débiles. Vayamos a recibirle en la comunión.
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Fuentes: Aldazábal, J. Enséñanos tus Caminos 1. Adviento y Navidad día tras día, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo de Adviento y Navidad, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia
