Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos. Siendo este un día muy especial, dedicado a la eucaristía, nos da mucha alegría recibirles en la casa de Dios para la celebración de hoy.
Llegamos ya al jueves de la segunda semana de Pascua y las lecturas nos siguen animando con el testimonio que los primeros cristianos daban de Jesús, muerto y resucitado.
Animados por el mismo Espíritu Santo que movía a los apóstoles, comencemos esta santa misa con el canto de entrada. De pie y cantamos.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Hechos de los apóstoles 5, 27-33)
El libro de los Hechos de los apóstoles nos sigue mostrando cómo la asistencia del Espíritu Santo sigue impulsando a los apóstoles para que prediquen con valentía la Buena Noticia de la resurrección de Jesús. Escuchemos el testimonio de hoy.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 5, 27-33
En aquellos días, los guardias condujeron a los apóstoles a presencia del Sanedrín, y el sumo sacerdote les interrogó:
—«¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre».
Pedro y los apóstoles replicaron:
—«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen».
Esta respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 33)
Seguimos ahora con el salmo 33, como lo hacíamos ayer, alabando a Dios, porque siempre está cerca de sus elegidos. Unámonos al salmista diciendo:
Salmo responsorial: Salmo 33, 2 y 9. 17-18.19-20
R. Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha.
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R.
El Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias. R.
El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor. R.
Monición al Evangelio (Juan 3, 31-36)
Terminamos hoy de leer el capítulo 3 del Evangelio de san Juan, y las palabras con las que concluye el diálogo de Jesús con Nicodemo son el resumen de todo el evangelio de Juan. Preparémonos para escucharlas cantando primero el aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 31-36
El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica la veracidad de Dios. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Al Padre que ha prometido el don del Espíritu a quien crea en dirijamos nuestras intenciones, seguros de el que seremos escuchados. Hijo,
Renuévanos con tu Espíritu, Señor.
- Por la Iglesia, para que ante la indiferencia y las críticas del mundo, continúe haciendo el bien a todos y respondiendo con la luz del Evangelio a los cuestionamientos de los hombres con respecto al sentido de la vida. Oremos.
- – Por el Santo Padre Francisco, para que pueda dar testimonio con su vida de que el Señor inspira sus palabras y sus obras, y con la luz del Resucitado, pueda seguir conduciendo a la Iglesia a la luz de la verdad. Oremos.
- Por las víctimas de la injusticia, por los que sufren por la desobediencia a la ley del amor, para que el Señor haga madurar toda conciencia en la rectitud y el bien, para que el mal no venza sobre el bien. Oremos.
- Por toda esta comunidad, para que los hombres que no creen y que están inquietos en la búsqueda del significado de la vida, encuentren en nosotros, discípulos de Jesús, el testimonio de una fe viva y verdadera que da valor a nuestros días, y para que, a través de nosotros, deseen el encuentro con Dios Padre. Oremos.
Presidente: Padre celestial, cuida a tu Iglesia, escucha su clamor y concédele el coraje de escuchar tu voz y de abandonarse con confianza a tu voluntad. Por Cristo Señor nuestro. Amén.
Presentación de las Ofrendas
Con el pan y el vino que llevamos como ofrendas al altar, presentamos al Señor también nuestros trabajos y fatigas. Cantemos todos.
Comunión.
Hacia nuestra pascua definitiva, Cristo nos anima con su presencia real en la santa Eucaristía. Acudamos a comer del pan que nos da la vida eterna.
Final
Queridos hermanos, como san Pedro y los demás apóstoles fueron valientes para dar testimonio de Cristo, vayamos nosotros también al mundo, a dar testimonio con nuestra vida.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 3 La Pascua día tras día, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1999; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo de Cuaresma y Pascua, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia.