Monición de entrada
Queridos hermanos, en un día tan especial dedicado a Jesús sacramentado, nos da una alegría especial recibirles en la casa de Dios para la celebración eucarística.
La liturgia de este jueves de la tercera semana de pascua nos habla precisamente del Pan de vida, que ha bajado del cielo para darle vida al mundo. Y nosotros queremos esa vida eterna que Cristo nos promete, por eso estamos aquí y comenzamos esta celebración con el canto de entrada. De pie, por favor.
También te puede interesar:
- Moniciones para todos los días del ciclo B (2023-2024)
- ¿Qué son las moniciones en las celebraciones litúrgicas?
- La Oración Universal (Oración de los Fieles)
- Taller para lectores o proclamadores de la Palabra
- Cuál es el color y tamaño adecuado para el mantel del altar?
Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Hechos de los apóstoles 8, 26-40)
Del libro de los Hechos de los apóstoles leemos hoy una escena que nos presenta cómo es el camino de la iniciación cristiana: el anuncio de Jesús, la fe, la celebración sacramental
y la vida cristiana. Evangelización, conversión, sacramento, vida. Escuchemos atentos.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 8, 26-40
En aquellos días, el ángel del Señor le dijo a Felipe:
—«Ponte en camino hacia el Sur, por la carretera de Jerusalén a Gaza, que cruza el desierto».
Se puso en camino y, de pronto, vio venir a un etíope; era un eunuco, ministro de Candaces, reina de Etiopía e intendente del tesoro, que había ido en peregrinación a Jerusalén. Iba de vuelta, sentado en su carroza, leyendo el profeta Isaías.
El Espíritu dijo a Felipe:
—«Acércate y pégate a la carroza».
Felipe se acercó corriendo, le oyó leer el profeta Isaías, y le preguntó:
—«¿Entiendes lo que estás leyendo?».
Contestó:
—«¿Y cómo voy a entenderlo, si nadie me guía?».
Invitó a Felipe a subir y a sentarse con él. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era éste:
«Como cordero llevado al matadero,
como oveja ante el esquilador,
enmudecía y no abría la boca.
Sin defensa, sin justicia se lo llevaron,
¿quién meditó en su destino?
Lo arrancaron de los vivos».
El eunuco le preguntó a Felipe:
—«Por favor, ¿de quién dice esto el profeta?; ¿de él mismo o de otro?».
Felipe se puso a hablarle y, tomando pie de este pasaje, le anunció el Evangelio de Jesús. En el viaje llegaron a un sitio donde había agua, y dijo el eunuco:
—«Mira, agua. ¿Qué dificultad hay en que me bautice?».
Mandó parar la carroza, bajaron los dos al agua, y Felipe lo bautizó. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco no volvió a verlo, y siguió su viaje lleno de alegría.
Felipe fue a parar a Azoto y fue evangelizando los poblados hasta que llegó a Cesarea.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 65)
Con el salmo 65 alabemos a Dios por todo lo que ha hecho con nosotros. Hagámoslo diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 65, 8-9. 16-17. 20
R. Aclamad al Señor, tierra entera.
Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,
haced resonar sus alabanzas,
porque él nos ha devuelto la vida
y no dejó que tropezaran nuestros pies. R.
Fieles de Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo:
a él gritó mi boca
y lo ensalzó mi lengua. R.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica
ni me retiró su favor. R.
Monición al Evangelio (Juan 6, 44-51)
El evangelio que escucharemos es la continuación del discurso eucarístico de Jesús en la sinagoga. En el texto de hoy la idea principal es la de la fe en Jesús, como condición para la vida.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 44-51
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
—«Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado.
Y yo lo resucitaré el último día.
Está escrito en los profetas: «Serán todos discípulos de Dios».
Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí.
No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre.
Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna.
Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.
Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Al Padre bueno que nos alimenta con toda Palabra que sale de su boca, dirijamos nuestra oración diciendo todos:
Señor, escucha la oración de tu pueblo.
- Por la Iglesia, para que, animada por el deseo de caminar en comunión con Dios y de conocer más profundamente la Palabra, abra el corazón y la mente a las innumerables enseñanzas que la Sagrada Escritura entrega a quien la medita con humildad. Oremos.
- Por el Papa, los obispos y los presbíteros, para que respondan a la invitación misionera de «ir a bautizar a todas las gentes» promoviendo el valor inmenso del Bautismo, que a menudo es vivido de manera inconsciente o superficial. Oremos.
- Por la paz en el mundo, para que los pueblos destrozados por las guerras civiles y que son olvidados porque que no son noticia en los medios de comunicación, pero que cada día causan numerosas víctimas, para que pronto tengan paz y serenidad. Oremos.
- Por los cristianos que son víctima de la intolerancia religiosa o racial, de la violencia física o moral, para que obtengan de la comunión con el cuerpo de Jesús, pan vivo bajado del cielo, la fuerza para perdonar a sus enemigos. Oremos.
- Por todos nosotros, para que, viviendo nuestro bautismo, busquemos también atraer hacia la Iglesia a todos aquellos que no tienen quien les oriente hacia Dios. Oremos.
Presidente: Te sean agradables, Señor, las humildes oraciones que con confianza filial te hemos dirigido. Escúchalas por Cristo nuestro Señor. Amén.
Presentación de las Ofrendas
Bendigamos al Señor por todo lo que hace por nosotros y llevemos nuestros dones de pan y vino al altar.
Comunión.
Porque creemos que Jesús es el Pan vivo bajado del cielo, ahora nos acercamos a recibirle. Cantemos todos.
Final
Queridos hermanos, cuando celebramos la Eucaristía, acogiendo la Palabra y participando del Cuerpo y Sangre de Cristo, tenemos la suerte de que sí «vemos, venimos y creemos» en Él, le reconocemos, y además sabemos que la fe que tenemos es un don de Dios, que es Él que nos atrae. Vayamos a conseguir que otros hagan lo mismo y traigámoslos a vivir nuestra fe.
También te puede interesar:
- Moniciones para todos los días del ciclo B (2023-2024)
- ¿Qué son las moniciones en las celebraciones litúrgicas?
- La Oración Universal (Oración de los Fieles)
- Taller para lectores o proclamadores de la Palabra
- Cuál es el color y tamaño adecuado para el mantel del altar?
Una forma de agradecer por este servicio que te brindamos es comentando y compartiendo nuestras publicaciones.
Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 3 La Pascua día tras día, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1999; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo de Cuaresma y Pascua, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia.