Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos. Nos reunimos en la casa de Dios para celebrar las santa misa diaria, en el miércoles de la vigésimo quinta semana del tiempo ordinario.
Con nuestro compromiso misionero, asumido en nuestro bautismo, nos disponemos a aceptar el llamado que Dios nos trae hoy en su Palabra.
De pie, cantemos todos para iniciar la santa misa de hoy,
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Esdras 9, 5-9)
El texto que leemos hoy, nos manifiesta la consternación de Esdras, porque los jefes del pueblo le han comunicado la depravación de los hijos de Jacob, le han hablado de sus relaciones idolátricas con los gentiles. Escuchemos.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Esdras 9, 5-9
Yo, Esdras, al llegar la hora de la oblación de la tarde, acabé mi penitencia y, con el vestido y el manto rasgados, me arrodillé y alcé mis manos al Señor, mi Dios, diciendo:
—«Dios mío, de pura vergüenza no me atrevo a levantar el rostro hacia ti, porque nuestros delitos sobrepasan nuestra cabeza, y nuestra culpa llega al cielo.
Desde los tiempos de nuestros padres hasta hoy hemos sido reos de grandes culpas y, por nuestros delitos, nosotros con nuestros reyes y sacerdotes hemos sido entregados a reyes extranjeros, a la espada, al destierro, al saqueo y a la ignominia, que es la situación actual.
Pero ahora, el Señor, nuestro Dios, nos ha concedido un momento de gracia, dejándonos un resto y una estaca en su lugar santo, dando luz a nuestros ojos y concediéndonos respiro en nuestra esclavitud.
Porque éramos esclavos, pero nuestro Dios no nos abandonó en nuestra esclavitud; nos granjeó el favor de los reyes de Persia, nos dio respiro para levantar el templo de nuestro Dios y restaurar sus ruinas y nos dio una tapia en Judá y Jerusalén».
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Tobías 13, 2. 4. 6. 7. 8)
Respondemos a la primera lectura con el canto de Tobit, en el que exhorta a la fidelidad e invita a ser luz para los gentiles. Dios es justo al castigar a su pueblo, pero lo definitivo es la esperanza en la restauración. Unámonos todos diciendo:
Interleccional: Tobías 13, 2. 4. 6. 7. 8
R. Bendito sea Dios, que vive eternamente.
Él azota y se compadece,
hunde hasta el abismo y saca de él,
y no hay quien escape de su mano. R.
Dadle gracias, israelitas, ante los gentiles,
porque él nos dispersó entre ellos.
Proclamad allí su grandeza,
ensalzadlo ante todos los vivientes:
que él es nuestro Dios y Señor,
nuestro padre por todos los siglos. R.
Veréis lo que hará con vosotros,
le daréis gracias a boca llena,
bendeciréis al Señor de la justicia
y ensalzaréis al rey de los siglos. R.
Yo le doy gracias en mi cautiverio,
anuncio su grandeza y su poder
a un pueblo pecador. R.
Convertíos pecadores,
obrad rectamente en su presencia:
quizás os mostrará benevolencia
y tendrá compasión. R.
Monición al Evangelio (Lucas 9, 1-6)
Jesús ya había elegido a los doce apóstoles. Ahora les envía con poder y autoridad a una primera misión evangelizadora, dándoles instrucciones precisas de lo que deben hacer.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 1-6
En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades.
Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles:
—«No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco llevéis túnica de repuesto.
Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio.
Y si alguien no os recibe, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa».
Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando el Evangelio y curando en todas partes.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Unamos nuestras voces a la oración de Esdras, seguros de que el Señor acoge el grito de quien se dirige a Él con corazón humilde y arrepentido. Digamos todos:
Ten piedad de nosotros, Señor.
- Por el Papa, los obispos, los sacerdotes, los misioneros y todo el pueblo de Dios, para que sean siempre testigos valientes y entusiastas de la Buena Noticia del Evangelio, en la humildad de saberse instrumentos de la obra de salvación de Dios. Oremos.
- Por los que viven su misión en países ensangrentados por la guerra, donde la Iglesia es perseguida, o donde el consumismo y la riqueza ha acallado la Palabra de Dios. Que siempre sean sostenidos por la oración de la Iglesia y puedan vivir en la fidelidad al Evangelio como el pueblo de Israel en el exilio. Oremos
- Por las personas gravemente enfermas, por los que sufren de depresión y enfermedades psíquicas, por los que han perdido el deseo de vivir y el sentido de la vida. Que puedan encontrar hombres que, y como los primeros apóstoles, les den el consuelo y la fuerza que viene del Evangelio. Oremos.
Presidente: Señor, Padre santo, acoge las invocaciones que te hemos dirigido con corazón agradecido por tus continuos prodigios y arrepentido por nuestras caídas y nuestra fragilidad frente a tu amor. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Presentación de las Ofrendas
Con las ofrendas de pan y vino, presentemos también nuestro compromiso con la evangelización.
Comunión.
Jesús, que también a nosotros nos envía a proclamar su Palabra, también nos alimenta con su Cuerpo y su Sangre. Acudamos con fe a comulgar.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 6, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia