Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches), queridos hermanos. Sean bienvenidos a la celebración eucarística, en el viernes de la trigésima semana del tiempo ordinario.
En cada misa, Dios nos alimenta con el pan eucarístico y el pan de su Palabra. Dispongámonos a recibirle, participando activamente en esta celebración, que iniciamos con el canto de entrada.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Romanos 9, 1-5)
Hoy iniciamos la lectura del capítulo 9 de la carta de san Pablo a los Romanos. En el texto de hoy empieza a manifestar el dolor que siente por la obstinación de su pueblo Israel y a reflexionar sobre su futuro. Escuchemos.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 9, 1-5
Hermanos:
Digo la verdad en Cristo; mi conciencia, iluminada por el Espíritu Santo, me asegura que no miento. Siento una gran pena y un dolor incesante en mi corazón, pues por el bien de mis hermanos, los de mi raza según la carne, quisiera incluso ser un proscrito lejos de Cristo.
Ellos descienden de Israel, fueron adoptados como hijos, tienen la presencia de Dios, la alianza, la ley, el culto y las promesas. Suyos son los patriarcas, de quienes, según la carne, nació el Mesías, el que está por encima de todo: Dios bendito por los siglos. Amén.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 147)
Lo mismo que, después del destierro, el salmista invitaba a Jerusalén a glorificar al Señor, invitamos nosotros hoy al antiguo pueblo de Dios a un reconocimiento agradecido de la salvación obrada por Yahvéh. Unámonos al salmista diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 147, 12-13. 14-15. 19-20
R. Glorifica al Señor, Jerusalén.
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti.R.
Ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz. R.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos. R.
Monición al Evangelio (Lucas 14, 1-6)
Del Evangelio de san Lucas, escucharemos la narración de un milagro realizado en sábado, que se cuenta con pocos detalles. Lo fundamental es el diálogo de Jesús con sus adversarios sobre el sentido del sábado.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 14, 1-6
Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando.
Se encontró delante un hombre enfermo de hidropesía y, dirigiéndose a los maestros de la Ley y fariseos, preguntó:
—«¿Es lícito curar los sábados, o no?».
Ellos se quedaron callados.
Jesús, tocando al enfermo, lo curó y lo despidió.
Y a ellos les dijo:
—«Si a uno de vosotros se le cae al pozo el hijo o el buey, ¿no lo saca en seguida, aunque sea sábado?».
Y se quedaron sin respuesta.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Padre, el Evangelio que hemos escuchado nos recuerda que sólo tú puedes saciar nuestra sed de vida. Líbranos del orgullo y de la autosuficiencia de los fariseos que no saben reconocer tu acción. Por eso te pedimos:
Escúchanos, Señor.
- Por la Iglesia, para que recuerde siempre la ley nueva recibida del Señor Jesús y se comprometa con todas sus energías con el amor por los hombres. Oremos.
- Por los obispos, los presbíteros y los diáconos, para que puedan reconocer los frutos que nacen de su colaboración con el anuncio del Evangelio y no dejen de hacer a Dios una alabanza alegre por la obra que ha iniciado en el mundo y que llevará a cumplimiento. Oremos.
- Por todos los que aún no han recibido el anuncio del Evangelio y por los que han perdido la fe, para que en su camino puedan encontrar cristianos auténticos y alegres que sepan anunciarles la Palabra que salva. Oremos.
- Por los que están agonizando, para que puedan recibir, junto al afecto de sus seres queridos, el consuelo de los sacramentos y la Palabra que infunde esperanza y coraje para el paso a la vida eterna. Oremos.
Presidente: Padre misericordioso, escucha las oraciones que tus hijos te hemos presentado y atiéndelas, según tu voluntad. Te lo pedimos, por Cristo nuestro Señor. Amén.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 4, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia.