Monición de entrada
En el jueves eucarístico, nos llena de una alegría muy especial recibirles en la casa de Dios, para celebrar juntos la santa misa, en la que también recordamos a Santa Teresa de Calcua, fundadora de las Misioneras de la Caridad.
Oramos por nuestros sacerdotes, pescadores de hombres, y pedimos a Dios que a todos, al celebrar estos misterios, nos permita contemplar su victoria en nuestra vida. Y que cada sacerdote sea lleno de la sabiduría divina.
Con esas intenciones, iniciemos entonando todos el canto de entrada.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (1Corintios 3, 18-23)
Ayer acusaba Pablo a los Corintios de inmaduros e infantiles , por las divisiones que se suscitaban entre ellos. Hoy vuelve al tema desde la perspectiva de la » sabiduría «. Escuchemos atentos.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 3, 18-23
Hermanos:
Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio.
Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como está escrito: «Él caza a los sabios en su astucia». Y también: «El Señor penetra los pensamientos de los sabios y conoce que son vanos».
Así, pues, que nadie se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro, vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 23)
Dios es Señor de todo… En Jesucristo todo lo ha entregado a los hombres, para que ellos, a su vez, en la fe, por Jesucristo, vuelvan al Padre. El dominio universal de Dios, que es la base de esta bendición salvífica, lo proclamamos con el salmo 23, diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 23, 1-2. 3-4ab. 5-6
R. Del Señor es la tierra y cuanto la llena.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.
Monición al Evangelio (Lucas 5, 1-11)
En el Evangelio de hoyo, Lucas nos narra la llamada vocacional de Pedro y de los otros primeros discípulos. Cantemos primero el aleluya, luego escucharemos este llamado que también es dirigido a nosotros hoy.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 5, 1-11
En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes.
Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:
—«Rema mar adentro, y echad las redes para pescar».
Simón contestó:
—«Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».
Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo:
—«Apártate de mí, Señor, que soy un pecador».
Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón:
—«No temas; desde ahora serás pescador de hombres».
Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Bendigamos al Señor que ha revelado a los pequeños los misterios del Reino de los cielos. Con todos los pobres y los últimos de la tierra, oremos respondiendo todos:
Escúchanos, Señor.
- Por la Iglesia, para que siempre sienta con fuerza su pertenencia al Sefior. Que, lejos de toda astucia y sabiduría mundana, anuncie el Evangelio con franqueza y sencillez a todos. Oremos.
- Por los gobernantes de las naciones, para que dirijan a los pueblos dejándose orientar por la sabiduría de Dios, y no la de los hombres. Oremos.
- Por los estudiosos, los científicos, los investigadores: que pongan so ciencia y su sabiduría al servicio del bien común para hacer crecer las sociedades civiles en humanidad y belleza. Oremos.
- Por los que viven en la duda y en la desconfianza con respecto a Dios. Para que su desconfianza sea visitada por la ternura de Jesús que se hace prójimo en los acontecimientos cotidianos y hace fecunda la vida de quien se confía a Él. Oremos.
- Por los jóvenes que escuchan el llamado de Jesús a seguirlo y a servirlo en la vida consagrada o en el sacerdocio. Que profundicen la autenticidad de su vocación, que encuentren la ayuda oportuna y la compañía necesaria para hacer el don libre de su vida. Oremos.
Presidente: Acoge, Padre, nuestras oraciones y escúchalas según tu voluntad, para que nuestra vida esté toda en Cristo Señor nuestro. -Amén.
Presentación de las Ofrendas
Alabando a Dios porque ha pronunciado nuestro nombre y nos ha confiado una misión, llevemos al altar nuestros dones de vino y pan.
Comunión.
Cristo, que nos llama a cada uno de nosotros a seguirle, nos invita también a participar de su banquete. Acerquémonos con fe a comulgar.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 5, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia