Monición de entrada
En el inicio de la trigésima primera semana, nos llena de mucha alegría recibirles en la casa de Dios para la celebración eucarística de hoy, en la que recordamos a san Carlos Borromeo, patrono de los catequistas y seminaristas.
Preparemos todo nuestro ser para que Dios obre en nosotros, por la celebración de estos misterios. Con mucha alegría, entonemos el canto de entrada.
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Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Filipenses 2, 1-4)
En su carta a los filipenses, en la que les muestra mucho cariño, hoy les pide encarecidamente que le den la alegría de vivir en unidad. Es un llamado para nosotros, que debemos escuchar.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 1-4
Hermanos:
Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.
No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás.
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 130)
A la exhortación de san Pablo respondemos con el salmo 130, un salmo de humildad. No es la soberbia o el orgullo lo que nos conduce, sino el abandono filial, que se traduce en confianza y esperanza. Con términos de ternura maternal nos sentimos en los brazos de Dios y lo alabamos diciendo:
Salmo responsorial: Salmo 130, 1. 2. 3
R. Guarda mi alma en la paz junto a ti, Señor.
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad. R.
Sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre. R.
Espera Israel en el Señor
ahora y por siempre. R.
Monición al Evangelio (Lucas 14, 12-14)
En el texto evangélico de hoy, prosigue el discurso de sobremesa de Jesús en casa de un fariseo principal. El sábado pasado leíamos la recomendación de Jesús sobre no ir buscando los primeros puestos al ser invitados. Hoy sigue con el tema , pero esta vez diciéndonos a quién deberíamos invitar preferentemente a comer.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 14, 12-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a uno de los principales fariseos que lo había invitado:
—«Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado.
Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Al Señor, que nos llama a estar unidos en la fe y en la caridad, dirijamos nuestras oraciones diciendo:
Guárdanos, Señor.
- Por la Iglesia: que, unida en la fe, sea dócil a la acción del Espíritu y que, como Jesús, nunca dé un paso atrás, sino que incluso ante las críticas y las persecuciones realice actos de verdadera caridad, sobre todo entre los más débiles y los más frágiles. Oremos.
- Por el Papa: que exhorte a todo hombre a vivir a diario el Evangelio, amando con desinterés y con humildad, en cualquier situación que tenga que enfrentar. Oremos.
- Por la paz: para que los gobernantes de los países más desarrollados busquen con recta conciencia soluciones para ayudar a los pueblos víctimas de las guerras y de la pobreza, y hagan propuestas legislativas para formar ciudadanos más responsables y solidarios. Oremos.
- Por nosotros aquí presentes: para que, en las decisiones que debemos tomar cada día, optemos por ponernos al servicio del Señor y de los hermanos, dejando a un lado nuestro interés personal. Oremos.
Presidente: Padre, que nos has dado todo, acoge con bondad las oraciones que hoy esta comunidad te ha dirigido y enséñanos a amar a nuestros hermanos totalmente. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
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Fuentes: Caballero, B., La Palabra cada día, Ed San Pablo, Madrid, 1990; Aldazábal, José, Enséñanos tus caminos 6, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 1996; Secretariado Nacional de Liturgia, Comentarios Bíblicos al Leccionario del Tiempo Ordinario; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo Ordinario Ciclo Ferial, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia