Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches), queridos hermanos. Hoy es jueves eucarístico y, en la primera semana de Adviento, les damos una cordial bienvenida a esta celebración.
Tenemos que edificar sobre la roca y descalificar las palabras vacías, el culto no comprometido, sólo exterior, para celebrar esta Santa Misa como se merece.
Dispongámonos bien, para comenzar esta celebración con el canto de entrada. De pie, por favor.
Moniciones a las lecturas
Monición a la primera lectura (Isaías 26, 1-6)
La imagen de las murallas y baluartes le sirve al profeta Isaías para anunciarnos que podemos confiar en l Señor, nuestro Dios. Él es nuestra muralla y torreón, la roca y la fortaleza de nuestra ciudad.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 26, 1-6
Aquel día, se cantará este canto en el país de Judá:
«Tenemos una ciudad fuerte,
ha puesto para salvarla murallas y baluartes:
Abrid las puertas para que entre un pueblo justo,
que observa la lealtad;
su ánimo está firme y mantiene la paz,
porque confía en ti.
Confiad siempre en el Señor,
porque el Señor es la Roca perpetua:
doblegó a los habitantes de la altura
y a la ciudad elevada;
la humilló, la humilló hasta el suelo,
la arrojó al polvo,
y la pisan los pies, los pies del humilde,
las pisadas de los pobres».
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 117)
Sólo acertaremos en la vida si ponemos de veras nuestra confianza en él: «mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres». Refugiémonos en el Señor, diciendo con el salmista:
Salmo responsorial: Salmo 117, 1 y 8-9. 19-21. 25-27a
R. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los jefes. R.
Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación. R.
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina. R.
Monición al Evangelio (Mateo 7, 21. 24-27)
El Evangelio de San Mateo también nos habla de edificar sobre roca. Debemos construir sobre la Palabra de Dios escuchada y aceptada como criterio de vida. Nos disponemos para escuchar con mucha atención esta Palabra, porque debemos ponerla en práctica.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 21. 24-27
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«No todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca.
Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los viento y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Presidente: Con la confianza del hombre sabio que construye sobre la roca, elevemos nuestras oraciones al Señor diciendo todos:
Señor, fuerza nuestra, escúchanos.
- Por la Iglesia, Ciudad fuerte que confía en el Señor, para que, en medio de una humanidad que pierde cada vez más el sentido de la vida, sea la cas fuerte construida sobre la roca y guíe a cada hombre al Reino de los cielos. Oremos.
- Por el Papa, los obispos, los sacerdotes y todos los consagrados, para que cada día renueven su adhesión a Dios que los ha llamado y sean siempre guiados por el Espíritu Santo en discernimiento y en la puesta en práctica de la voluntad del Padre. Oremos.
- Por la paz en el mundo, para que, como la casa del evangelio, también la justicia, la colaboración entra las naciones y la protección de los derechos del hombre tengan como fundamento firme la confianza en el único Señor y Padre de la humanidad.. Oremos
- Por los que viven en situaciones de enfermedad, soledad, desempleo y explotación, para que todas las adversidades, como el viento y la lluvia que se abaten sobre la casa el sabio del Evangelio, no sean motivo de duda y oscuridad en su camino hacia el Reino de los cielo, sino ocasión de una entrega cada vez mayor al amor fiel y firme de Dios. Oremos
- Por todos nosotros, reunidos aquí este día para la celebración eucarística, para la Palabra que hemos escuchado, además de atesorarla en nuestro corazón, la pongamos en práctica. Oremos.
Presidente: Padre bueno, no permitas que las fuerzas del mal se abatan sobre nuestra vida. Escucha y atiende las oraciones que te hemos expresado con el deseo de cumplir siempre tus designios. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Presentación de las Ofrendas
«El Señor es mi pastor, nada me falta». Del fruto del trabajo del hombre, llevemos al altar las ofrendas de pan y vino. Cantemos todos.
Comunión
En la Eucaristía nos ofrece Jesús la mejor comida festiva: él mismo se nos hace presente y se ha querido convertir en alimento para nuestro camino. Agradecidos con ese enorme don, y con mucha devoción, vayamos a comulgar.
Final
El único fundamento que no falla y da solidez a lo que intentamos construir es Dios. Seremos buenos arquitectos si en la programación de nuestra vida volvemos continuamente nuestra mirada hacia él y hacia su Palabra, y nos preguntamos cuál es su proyecto de vida, cuál es su voluntad, manifestada en Cristo Jesús, y obramos en consecuencia. Que ahora que regresamos a nuestros hogares, comencemos a programar nuestra vida construyendo sobre la roca.
Fuentes: Aldazábal, J. Enséñanos tus Caminos 1. Adviento y Navidad día tras día, Centro de Pastoral Litúrgica, Barcelona; Monjas Agustinas de los Cuatro Santos Coronados, Oración de los Fieles Tiempo de Adviento y Navidad, Ed San Pablo, Bogotá, Colombia.